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El vestuario se resigna a perder a Messi: "Después de esto, no se queda ni loco"
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TRAS LA FILTRACIÓN DE SU CONTRATO

El vestuario se resigna a perder a Messi: "Después de esto, no se queda ni loco"

Sus compañeros le ven implicado, pero en el vestuario se cree que la filtración y publicación del contrato por parte 'El Mundo' son la gota que colma el vaso de la paciencia del argentino

Foto: Messi, tras perder la Supercopa de España. (Reuters)
Messi, tras perder la Supercopa de España. (Reuters)
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Lionel Messi marcó el domingo contra el Athletic de Bilbao el gol número 650 de su carrera con el Fútbol Club Barcelona, horas después de que el diario 'El Mundo' publicara con todas las comas, puntos y números, especialmente los números, su último contrato con el Barça. Un documento que poco tiene que ver con la servilleta que firmó su padre en el bar de un club de tenis cuando todo era un sueño. Mientras medio barcelonismo se preocupa y se flagela por descubrir quién ha filtrado el documento, la otra mitad mira al futuro con sensatez y gran preocupación. “Olvídate, está más fuera que dentro”, era una de las frases más repetidas ayer en Barcelona entre todo lo que oliera a Messi... Compañeros, empleados del Barcelona o colaboradores del clan, después de —quizá— cobrar 555.237.169 euros porque alguien se lo firmó y de que la última gota de la traición colmara el vaso de la paciencia de un futbolista que parece haber tomado una decisión: cambiar de aires.

El último contrato de Messi, a día de hoy redactado en catalán, ya lo conoce todo el mundo. Pero el que está por firmar, el que debe ser el último del mejor jugador del mundo, aún no lo conoce nadie. Probablemente estará redactado en otro idioma. O eso creen todos los que rodean a la Pulga.

Messi le ha dicho a Laporta que el dinero no será problema para la renovación

“No sigue ni loco”, “se pira”, “está hasta los huevos”... son algunos de los mensajes que escupen los teléfonos de los jugadores del Barça cuando se les pregunta “¿Qué tal Leo?”. El grupo le ve implicado, como apuntó el propio Ronald Koeman a la conclusión del partido ante el Athletic, pero parece que la paciencia se le ha agotado. Lo trascendente, llegados a este punto, no es el documento firmado y publicado gracias al trabajo periodístico de los compañeros de 'El Mundo', sino la oferta que ha de aceptar Messi y, en consecuencia, el documento que tiene que firmar Leo y que debe ser el último de su carrera.

Según fuentes de la candidatura de Joan Laporta, cuando el expresidente contactó con el padre de Messi para pedirle tiempo y solicitarle que no negociara con nadie hasta que no se pronunciaran los socios del Barça en las urnas y el Barça tuviera un nuevo presidente, la situación quedó muy clara. El dinero no sería un hándicap para la renovación de su hijo por el Barça, según advirtió Jorge Messi a Laporta: “Como si el contrato se paga en 20 años. Eso no va a ser problema”.

placeholder Messi, rodeado de defensas, contra el Athletic. (Reuters)
Messi, rodeado de defensas, contra el Athletic. (Reuters)

La conversación, privada y telefónica, entre Buenos Aires y Barcelona fue desvelada a medias cuando Laporta aseguró en rueda de prensa que “la continuidad de Leo Messi en el Barça no será nunca cuestión de dinero”. Como es habitual, Laporta no mentía. De hecho, el hoy candidato está teniendo mucho cuidado al desvelar sus conversaciones privadas. Por ejemplo, con Puyol, que no será su director deportivo, pero sí trabajará con él si gana las elecciones. O con Víctor Valdés, Jordi Cruyff... O con el padre de Messi, con el que ha hablado y quien le dejó claro que anteponía la cuestión deportiva a la económica.

Pero si algo tienen claro en la Fábrica Moritz, sede de la candidatura de Laporta, es que lo que menos importa a los Messi, llegados a este punto, es el dinero: ya lo han ganado sobradamente, parece evidente. Y la idea es seguir ganándolo, más allá del tiempo que siga jugando y que siga metiendo goles. De hecho, ese es el plan de negocio sobre el que trabajó, y está trabajando, el Manchester City al pensar en la posibilidad de incorporar al argentino.

Ferran Soriano, CEO de la multinacional del fútbol que es el City, trabaja con la idea de un contrato que los vincule con el mejor jugador de la historia más allá de los tres años. Que pueda meter goles en los campos de Inglaterra, disputando la Premier, pero que ese mismo contrato le lleve posteriormente a Estados Unidos, a Nueva York, al menos un par de años. Y que finalmente le convirtiera en embajador de la entidad durante una larga temporada, por lo que sus emolumentos se devenguen, pongamos por caso, durante 10 temporadas… O más. Esa era la idea también de Víctor Font, una idea que ligara a Messi al Barça definitivamente de por vida. Incluida la creación de una franquicia del Barça en la MLS, a imagen y semejanza del City de Nueva York de su amigo Ferran Soriano.

Mientras los abogados de Messi diseñan querellas contra el periódico que publicó el contenido de su último contrato con el Barcelona, por el incumplimiento de la cláusula que lo convertía en privado, los pocos amigos de Messi en Barcelona dan por hecho que la decisión de dejar el Barça está tomada y la Pulga se plantea dónde firmará su último contrato. Y la intención de Leo es marcharse levantando un título: ya sea la accesible Copa, trofeo muy apreciado por él, o los más complicados de Champions o una Liga que parece teñida de rojiblanco.

Lionel Messi marcó el domingo contra el Athletic de Bilbao el gol número 650 de su carrera con el Fútbol Club Barcelona, horas después de que el diario 'El Mundo' publicara con todas las comas, puntos y números, especialmente los números, su último contrato con el Barça. Un documento que poco tiene que ver con la servilleta que firmó su padre en el bar de un club de tenis cuando todo era un sueño. Mientras medio barcelonismo se preocupa y se flagela por descubrir quién ha filtrado el documento, la otra mitad mira al futuro con sensatez y gran preocupación. “Olvídate, está más fuera que dentro”, era una de las frases más repetidas ayer en Barcelona entre todo lo que oliera a Messi... Compañeros, empleados del Barcelona o colaboradores del clan, después de —quizá— cobrar 555.237.169 euros porque alguien se lo firmó y de que la última gota de la traición colmara el vaso de la paciencia de un futbolista que parece haber tomado una decisión: cambiar de aires.

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