Es noticia
El Barça es el mismo tostón de antes de la pandemia
  1. Deportes
  2. Fútbol
FC Barcelona - Leganés

El Barça es el mismo tostón de antes de la pandemia

El equipo de Quique Setién no disparó a puerta hasta que lo hizo Ansu Fati y fue gol. Para aventurar que el Leganés se cerraría atrás, ordenadito, no hacía falta una pandemia

Foto: Leo Messi durante el partido frente al Leganés. (Reuters)
Leo Messi durante el partido frente al Leganés. (Reuters)

Era mi cumpleaños y el teléfono sonaba. Familia y amigos a los que hace meses que no veo querían felicitarme y yo tenía que centrarme en el partido del Barça. La previa, los datos, la alineación, los analistas con sus bandas largas, profundas y cuidado con los córners y los espacios y la pelota parada, el monumental Camp Nou vacío que impresiona, el céntrate y no puedo hablar contigo pero mañana que no tengo partido te llamo y nos contamos… Y a los 20 minutos me llamó una amiga y pude mantener la conversación hasta el gol de Ansu Fati en el 42’ porque en ese rato no pasó nada. Nada de nada.

Es curioso cómo funciona la ilusión, cómo podemos convencernos de que hay un vergel sin que exista ni un brote del bosque que nos hemos imaginado. Antes del coronavirus nadie, ni siquiera Messi, veía capaz al Barça de ganar la Champions y lo de la Liga era lanzar una moneda al aire. Tres meses después y con la única referencia de ver a varios jugadores botando un rollo de papel higiénico en sus casas, el Barça de repente era candidato a todo, los jugadores estaban como motos, el parón les había ido genial y lo íbamos a flipar, así que doy por buena la conversación con mi amiga a partir del minuto 20’ después de que Guerrero tuviera dos ocasiones claras; una que desbarató Lenglet bajo palos en el 11’ y otra que se paseó delante del área azulgrana en el 13’. Eso que me llevé que no era fútbol.

Foto: Leo Messi da instrucciones al equipo, en presencia de Setién y Sarabia, en Mallorca (fcbarcelona)

Nadie podrá rebatir que no estaba lo suficientemente atenta porque el Barça no disparó a puerta hasta que lo hizo Ansu Fati y fue gol. Para aventurar que el Leganés se cerraría atrás, ordenadito, no hacía falta una pandemia. Para presenciar que el equipo de Setién sigue lento y previsible tampoco, pero sí sirve para desenmascarar a los entusiastas porque sí. Porque ha vuelto el fútbol. Porque ya es una victoria. Porque el PIB y muchos empleos dependen de LaLiga. Porque las ganas de ver a Messi. Porque qué divertido será ¡Yupiii! … Y así hasta que empieza el partido y la realidad no tiene nada que ver con el entusiasmo previo. Es el mismo tostón de últimamente y encima en un estadio gigante vacío en el que el pitido del árbitro rompe ‘El cant dels ocells’ de Pau Casals porque la tele manda y hay prisita.

Llenemos los minutos que quedan con estadísticas y más cuando Messi marca de penalti en el 70’; así no hablaremos del aburrimiento, de la falta de pulso, de fútbol, de juego, de emoción. Quedará postergado el debate sobre qué pinta Griezmann en este Barça, cuál es su trascendencia en el juego y el resultado. Qué hace Arthur, al que comparaban con Iniesta y con Xavi y ahora dice que no le mueven de Barcelona ni con una grúa porque vive fenomenal y está muy contento. Hablemos, en fin, de otra cosa que no sea lo que estamos viendo porque hay que vender el pescao aunque no huela bien. Y si encima en el 72’ entra al campo Riqui Puig que carga sobre sus hombros el peso de todos los sueños locos que se hicieron realidad hace tiempo -con un tal Guardiola en el banquillo- igual hasta parece que el club, el entrenador, confía en la cantera y saldremos mejores , más fuertes, como afirman los anuncios oficiales.

Podría haber hablado con más amigas durante la segunda parte, pero ninguna llamó. Sigo teniendo unas ganas tremendas de entusiasmarme con lo que veo sin que nadie me recuerde estadísticas, ni análisis sesudos, ni el PIB. Me gustaría creer que, efectivamente, el Barça es otro. Pero no. Es el mismo tedio de antes y al fútbol siempre me ha conectado la diversión. Y esto no hay quien se lo trague.

Era mi cumpleaños y el teléfono sonaba. Familia y amigos a los que hace meses que no veo querían felicitarme y yo tenía que centrarme en el partido del Barça. La previa, los datos, la alineación, los analistas con sus bandas largas, profundas y cuidado con los córners y los espacios y la pelota parada, el monumental Camp Nou vacío que impresiona, el céntrate y no puedo hablar contigo pero mañana que no tengo partido te llamo y nos contamos… Y a los 20 minutos me llamó una amiga y pude mantener la conversación hasta el gol de Ansu Fati en el 42’ porque en ese rato no pasó nada. Nada de nada.

Leo Messi Ansu Fati
El redactor recomienda