Es noticia
El tropiezo del Barça (también) en Champions: pitos y Piqué pide paciencia
  1. Deportes
  2. Fútbol
empate a cero ante el slavia de praga

El tropiezo del Barça (también) en Champions: pitos y Piqué pide paciencia

El FC Barcelona empató a cero en casa contra el Slavia de Praga, el equipo más débil de su grupo en la Champions League. Piqué pidió paciencia tras el encuentro

Foto: Leo Messi fue el mejor de un Barcelona gris. (EFE)
Leo Messi fue el mejor de un Barcelona gris. (EFE)

Se vendía el partido ante el Slavia de Praga como la oportunidad perfecta para tratar de olvidar el sopapo ante el Levante del pasado sábado, dar una buena imagen en el Camp Nou y dejar la clasificación para la siguiente fase de la Champions League casi sentenciada. Pues ni una cosa ni la otra. Nada, empate a cero. Los checos tenían que ser los que pagaran los platos rotos y lo que terminó sucediendo es que la afición azulgrana despidió al Barça con una sonora pitada que enseguida quedó tapada por el himno a todo trapo por la megafonía del estadio. Es evidente que al Camp Nou se le está acabando la paciencia. Ser líderes en la Liga y en la Champions no basta porque el juego del equipo sigue dejando mucho que desear.

Conscientes de la mezcla entre nerviosismo y enfado que están produciendo a la hinchada, Piqué rogó un poco de calma al final del encuentro ante los micrófonos de Movistar: “Es cierto que no estamos al nivel que esperábamos, pero pediría a la gente que tuviera un poco de calma. El primer año con Luis Enrique también había muchas críticas al juego y terminamos ganando el triplete, así que un poco de paciencia porque el equipo está esforzándose al máximo”. La diferencia entre el vigor que asegura Piqué y lo que recibe el público es notable. Porque ante el Slavia jugaron andando. La circulación de pelota fue desesperante y todo en general demasiado previsible como para sorprender a un equipo con las ideas muy claras y bien ordenado.

placeholder Gerard Piqué habló tras el empate ante el Slavia de Praga. (EFE)
Gerard Piqué habló tras el empate ante el Slavia de Praga. (EFE)

Los checos solo tiraron a puerta en el minuto 45 y les anularon un gol, pero merodearon constantemente por el área azulgrana mientras que el Barça no fue capaz de romper la línea de seis prácticamente en el centro del campo. Extremadamente incómodo, los recursos del conjunto de Valverde parecieron limitadísimos. Un sobar la pelota para nada, sin alegría ni salero y a ver si lo arregla Messi. Y Messi lo intentó: un tiro al larguero en el 35 y tres disparos a puerta que el portero Kolár desbarató. Poco más. La segunda mitad fue un monólogo azulgrana, pero en un tono tan monocorde y aburrido que resultaba desesperante.

Dembélé, que jugó 64 minutos, también fue despedido con pitos cuando fue sustituido por Ansu Fati. Y Griezmann sigue estando gris, un ni fu ni fa que no le conduce a ninguna parte. En la jugada en la que Messi chutó a la cruceta el francés estaba mejor colocado, pero le ignoró. Mal asunto, igual que la lesión, otra vez, de Jordi Alba, que no había viajado a Valencia por molestias y ante el Slavia aguantó solo 45 minutos.

No hay reacción ni cuando se presume que el rival es inferior y suena la música de la Champions en el Camp Nou. Las constantes vitales continúan bajo mínimos y la afición ya no esconde que lo que está viendo no le gusta nada. Primer aviso de la temporada.

Se vendía el partido ante el Slavia de Praga como la oportunidad perfecta para tratar de olvidar el sopapo ante el Levante del pasado sábado, dar una buena imagen en el Camp Nou y dejar la clasificación para la siguiente fase de la Champions League casi sentenciada. Pues ni una cosa ni la otra. Nada, empate a cero. Los checos tenían que ser los que pagaran los platos rotos y lo que terminó sucediendo es que la afición azulgrana despidió al Barça con una sonora pitada que enseguida quedó tapada por el himno a todo trapo por la megafonía del estadio. Es evidente que al Camp Nou se le está acabando la paciencia. Ser líderes en la Liga y en la Champions no basta porque el juego del equipo sigue dejando mucho que desear.

El redactor recomienda