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Un aficionado del Barça se cuela en la fiesta del Madrid en Marrakech y no pasa nada
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MARRAKECH DERROCHÓ PASIÓN BLANCA

Un aficionado del Barça se cuela en la fiesta del Madrid en Marrakech y no pasa nada

"Esto es increíble", se escuchaba tras el partido. Casi tanto como ver a un culé enseñando sus colores en la grada y que pase desapercibido. Pasión, pero con control

Foto: Un aficionado del Barcelona se coló en la fiesta del Real Madrid (Víctor García).
Un aficionado del Barcelona se coló en la fiesta del Real Madrid (Víctor García).

Dos horas antes de la primera semifinal del Mundial de Clubes entre el Real Madrid y el Cruz Azul, más de 20.000 aficionados blancos ya caldeaban las gradas del estadio de Marrakech. Cuando faltaban 30 minutos, el lleno era prácticamente absoluto con el blanco y la pasión como protagonistas. Los cánticos hacia los jugadores se repetían y el fervor por el Real Madrid alcanzaba cotas que son inimaginables en el Santiago Bernabéu y difícil de ver en cualquier estadio de España. Tal manera de animar, impresionaba al público español que había acudido hasta la ciudad a los pies del Atlas: “Esto es increíble”. Casi tanto como ver a un hincha del Barcelona enseñando sus colores en la grada y que pase desapercibido... Pasión, pero con control.

“¡Platini, Ronaldo Balón de Oro!”, gritaron al presidente de la UEFA cuando apareció por el palco marroquí (donde luego le acompañaría Joseph Blatter y Villar, quien no logra coincidir con CSD ni LFP). Por si alguien lo dudaba, la afición madridista de Marruecos está al día de toda la actualidad que rodea a su equipo, tanto o más de quien duerma todas las noches cerca del Bernabéu.

El choque empezó con “olés”, muy español (por cierto, parece que somos los únicos que cantamos “oé”, no “olé”) y prosiguió con vítores hacia Isco, Ronaldo, Iker, Ramos... Lejos de la ‘monotonía’ de un cántico por jugador, como suele ser habitual, la creatividad abarcaba ánimos de diferentes formas y colores. Por ejemplo: del típico “Iker, Iker”, pasaron a un desconocido -al menos en el Bernabéu- “Alé Casillas, alé Casillas”. Para Cristiano tenían también tres, jugando con el nombre compuesto o simplemente “Ronaldo, Ronaldo” y “Cristiano, Cristiano”. No faltó ningún nombre por corear, incluso el de los futbolistas que calentaban a lo largo del partido: Jesé, Nacho, Khedira, Chicharito... También sonaron hits típicos del feudo blanco entonando el nombre del equipo y hasta el nuevo himno, compuesto por un compatriota de los asistentes y que estaba en el estadio: Nadyr Khayat.

La Peña Casa, de Casablanca, hizo de Grada de animación para ser los protagonistas en el inicio de cada aclamación o canción a pregonar. A ese millar de gargantas, se dice pronto, se le unía a continuación el resto del entregado público. Había tantas ganas de Madrid que los decibelios, proporcionalmente a lo que debiera, casi eran más altos cantando que cuando el equipo de la Castellana marcaba. Al término del encuentro la fiesta merengue continuó con banderas y bufandas al aire mientras los claxons de los vehículos se convertían en nuevos protagonistas esporádicos de la noche en el desierto.

“Esto es increíble, cómo pueden saberse todos los cánticos del Bernabéu, el nombre de absolutamente todos los futbolistas y vibrar con tanto nervio por un equipo que no es ni de esta ciudad, ni de este país, ni de este continente...”. La cuestión que lanzaba el aficionado madridista presente en las gradas se responde atendiendo al fenómeno universal del fútbol, y más concretamente del español, cuyos abanderados son el FC Barcelona, primero, y el Real Madrid, después por poco. Este martes, los culés no se dejaron ver por el centro de Marrakech, aunque sí se vio alguno por las gradas del estadio y luciendo sus colores... ¿provocación? Nadie le dio importancia y el gesto se tomó como una broma, un motivo más por el que reír en esta fiesta del fútbol.

Dos horas antes de la primera semifinal del Mundial de Clubes entre el Real Madrid y el Cruz Azul, más de 20.000 aficionados blancos ya caldeaban las gradas del estadio de Marrakech. Cuando faltaban 30 minutos, el lleno era prácticamente absoluto con el blanco y la pasión como protagonistas. Los cánticos hacia los jugadores se repetían y el fervor por el Real Madrid alcanzaba cotas que son inimaginables en el Santiago Bernabéu y difícil de ver en cualquier estadio de España. Tal manera de animar, impresionaba al público español que había acudido hasta la ciudad a los pies del Atlas: “Esto es increíble”. Casi tanto como ver a un hincha del Barcelona enseñando sus colores en la grada y que pase desapercibido... Pasión, pero con control.

Cristiano Ronaldo