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Obiang no quiere confirmar si acudirá o no al partido de España en Malabo
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Obiang no quiere confirmar si acudirá o no al partido de España en Malabo

Obiang hace lo que quiere. Pero en la Federación saben que una foto del dictador presidiendo un partido de España, traería problemas y críticas

Foto: La afición guineana, durante el entrenamiento de España (Efe).
La afición guineana, durante el entrenamiento de España (Efe).

Obianghace lo que quiere. Por algo es el jefe del estado y un declarado dictador pese a que por Guinea Ecuatorial no se le reconozca así. Hoy su nombre y el de su país aparecerá por todos los rincones del mundo. El motivo, jugar ante la campeona. El pueblo mostrará la felicidad que intentan aparentar hacia el exterior y que les lleva a negar el régimen en el que viven. El mejor ejemplo de eso es que nadie se atreve a confirmar su presencia en el estadio deMalabo. En la federación cruzan los dedos. Saben que una foto del dictador presidiendo un partido de España, traería problemas y críticas. Los jugadores no quieren verle y los dirigentes temen el momento, aceptado desde que se cerró el partido dos semanas atrás, eso sí, con la federaciónguineanay no con el gobierno de la nación africana. La imagen de Julio Iglesias cantando enMalabopara el presidente de hace poco más de un año, algunos la tienen grabada a fuego.

AndoniGoikoetxea, seleccionadorguineanoy rival esta noche, afirma no conocer aTeodoroObiang. El presidente tuvo su momento de gloria con motivo la Copa deÁfrica, se hizo fotos con el controvertidoJosephBlatterentre otros, y mostró al mundo que su país es capaz de organizar un evento importante. El partido de esta noche es otro paso adelante de ese empeño de demostrar lo que no es. Las fotos del presidente por cualquier rincón deMalabodejan patente que la ley y el orden solo tiene una dirección en Guinea Ecuatorial.

En esa limpieza de imagen que está llevando a cabo, el fútbol ha vuelto a ser considerado como un escaparate perfecto. Hoy pretende que la presencia de Del Bosque y compañía sea una fiesta. Las 20.000 localidades del estadioMalaboestarán repletas. Los 7 y 20 euros que valen las entradas no han sido problema para los aficionados. "Es el partido del siglo y tenemos que estar allí", repetían los que rezagados que hoy mismo buscaban entradas por los alrededores del estadio.

Y es que la situación económica de Guinea Ecuatorial y unida a la crisis que golpea Europa, ha provocado el regreso de muchosguineanosque buscaron en el viejo continente su salvación. Ahora muchos de ellos han vuelto y están recibiendo el rechazo de sus compatriotas. "Aquí el que quiere encuentra empleo", repiten sin parar cuando preguntas por el acceso a un puesto de trabajo.

La relación entre lasfederacioneses excelente, más allá de la presencia deGoikoetxea. Las dos delegaciones sí tuvieron el encuentro oficial previo a todo este tipo de partidos, aunque no hubo cena ni comida oficial, e incluso fueron recibidos por la número dos delayuntamiento, pero no hay previsto acercamiento alguno a nivel oficial con el gobierno deObiangni con él, pero si aparece por el estadio...

Obianghace lo que quiere. Por algo es el jefe del estado y un declarado dictador pese a que por Guinea Ecuatorial no se le reconozca así. Hoy su nombre y el de su país aparecerá por todos los rincones del mundo. El motivo, jugar ante la campeona. El pueblo mostrará la felicidad que intentan aparentar hacia el exterior y que les lleva a negar el régimen en el que viven. El mejor ejemplo de eso es que nadie se atreve a confirmar su presencia en el estadio deMalabo. En la federación cruzan los dedos. Saben que una foto del dictador presidiendo un partido de España, traería problemas y críticas. Los jugadores no quieren verle y los dirigentes temen el momento, aceptado desde que se cerró el partido dos semanas atrás, eso sí, con la federaciónguineanay no con el gobierno de la nación africana. La imagen de Julio Iglesias cantando enMalabopara el presidente de hace poco más de un año, algunos la tienen grabada a fuego.

Teodoro Obiang
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