España está en deuda con Chile por la 'tángana de la paz' vivida en Suiza

Corría el mes de septiembre de 2011 y, como esta noche, España se medía a Chile en un partido amistoso en Suiza. La fecha, el lugar y los protagonistas no son más que una caprichosa casualidad. O no, que de eso se encarga la Federación. El caso es que entre aquel encuentro y el de hoy han pasado tres años y toda una catarsis en la Selección. En el grupo, que no en los resultados.

Aquel 2 de septiembre de 2011 marcó un antes y un después dentro del vestuario, donde madridistas y culés habían roto relaciones. Mal asunto para el reciente campeón del Mundo, que zozobraba desde dentro. La cadena de refriegas vivida en los Clásicos que disputaron Real Madrid y Barcelona por aquellos tiempos había dejado en entredicho el futuro de la Selección y una honda preocupación en Vicente del Bosque. La llegada de Mourinho en 2010 había puesto todo patas arriba.

La inteligencia emocional del seleccionador y sus dotes como psicólogo lo más que habían alcanzado en la guerra abierta entre madridistas y azulgranas era una calma chica que dejaba un ambiente que se podía cortar. Todo al borde de la ruptura. De un lado Arbeloa, Casillas, Alonso…; del otro, Busquets, Xavi, Iniesta… Todos malcarados y con el colmillo retorcido por la rivalidad extrema a la que les habían conducido sus clubes. Ni la mano sabia de Vicente del Bosque parecía poder reconducir una situación que a un año vista de la Eurocopa de 2012 –esa que se acabó ganado- sólo dibujaba el desastre de la mejor generación de futbolistas que había dado este país. Todo hasta que se cruzó Chile en el camino.

Hay códigos en el fútbol que manan de lo que sucede en el césped. Y uno de ellos es la defensa de tu compañero ante el rival más allá de lo explicable. Un sentido grupal que cohesiona a los mejores equipos. España conoce como nadie esa ley no escrita. Quizá por ello, la solución a los problemas entre los jugadores del Real Madrid y Barcelona se encontró ahí: en la hierba y con una tángana. Nada mejor que sentir la amenaza externa para reagrupar a la tribu. Una patada de Vidal a Iniestaen aquel España vs. Chile de 2011 fue catártica. Al auxilio de su compañero apareció su supuesto enemigo Arbeloa, ese con quien de azulgrana y blanco se habían ‘esperado fuera’, para defenderle ante el ‘ataque’ chileno. Nada como una refriega para saber dónde están tus amigos. Pronto se sumaron Busquets,Xavi, Alonso y compañía. Todos a una. Ni Madrid, ni Barça: España. Del Bosque, que no da puntada sin hilo, lo celebró a su manera: “No hay mal que por bien no venga”.

Liberadas las tensiones sobre césped, la resaca de la ‘batalla’ ante Chile –la dureza del encuentro fue más allá de los estipulado en el manual de amistosos- terminó por desterrar las diferencias y, poco a poco, todo volvió a su ser. Nada más primitivo. La vuelta a la normalidad ya la saben. Iker Casillas y Xavi enterraron el hacha de guerra y España siguió su rumbo triunfal sin más turbulencias. La Eurocopa de Polonia y Ucrania en gran medida se empezó a fraguar en el denominado ‘Partido de la Paz’. Esta noche bien pueden celebrarlo…