Messi y lo sucedido en el Bernabéu pasan factura a la selección española

Dicen que cuando una cicatriz se vuelve a abrir el dolor supera el umbral de lo que aguanta el cuerpo. Pues bien, la selección española ha comprobado durante estos tres días de convivencia en Doha cómo la herida, que parecía cerrada entre madridistas y azulgranas, vuelve a manar sangre. Messi y todo lo que sucedió alrededor de su figura en el último clásico copero han sido definitivos para que los grupos vuelvan a caminar por distintos caminos, pese a los intentos de Sergio Ramos de que todo funcionara con normalidad. La ciudad catarí ha sido testigo de cómo los jugadores del Barcelona han dejado claro que caminan por una senda diferente a la de Arbeloa, como habrían hecho en caso de que Xabi Alonso hubiera aparecido en la concentración. El distanciamiento es evidente y el defensa del Real Madrid lo ha comprobado durante estos tres días. Villa ha sido el único de los jugadores azulgrana con el que ha mantenido contacto al acudir a un centro comercial junto a Ramos.

Iker Casillas y Xavi Hernández, ausentes en Doha, tienen una nueva misión por delante. Si el 17 de agosto de 2011 pusieron, a través del teléfono, las bases de la paz que llevó a España a conquistar la Eurocopa el pasado verano, ahora la distancia se ha vuelto a hacer evidente. El problema es que en apenas tres semanas hay otro doble enfrentamiento entre los dos grandes del fútbol español. Veinte días más tarde hay una nueva convocatoria de la selección, en la que el capitán blanco no estará presente por culpa de la lesión que le ha obligado a pasar por el quirófano. 

En esta ocasión han sido Puyol y Ramos los que han intentado acortar distancias, pero todo queda pendiente de las posibles maniobras de los que el pasado mes de octubre recibieron el premio Príncipe de Asturias. Al menos es lo que espera y desea Vicente del Bosque, que se ha encontrado con una situación que parecía superada, pero que vuelve a florecer cuando nadie lo esperaba.

Arbeloa ha estado al lado de Sergio Ramos en Doha en todo momento, los dos únicos madridistas presentes en la cita ante el combinado charrúa. Negredo y Mario Suárez también han sido sus otros apoyos dentro de la convivencia. Al lateral se le han hecho muy largos estos días de concentración y más tras comprobar que Del Bosque no le dio minuto alguno ante Uruguay. Los jugadores de Vilanova, en clara mayoría en esta ocasión, se han mantenido distantes, alejados de los blancos de manera premeditada. No aceptan el comportamiento de sus dos compañeros de selección en el último enfrentamiento y en esta ocasión no parece tan sencillo que todo pueda volver a la normalidad.

Leo Messi estalló al término del choque del Bernabéu y se encaró con Karanka y Arbeloa, este último en el parking y en presencia de la mujer del jugador blanco. El argentino estaba indignado por el trato recibido por el defensa y por el de Xabi Alonso, baja de última hora de la convocatoria de Del Bosque. El problema es que Messi no eligió el camino más adecuado para reclamar respeto y trato deportivo sobre el terreno de juego.

De hecho, ayer mismo Jordi Alba continuó con el asunto y recordó a Callejón, el jugador que dio veracidad a todos los rumores aparecidos tras el partido del Bernabéu, que nadie había visto ni oído lo que el madridista dijo sobre Messi y su comportamiento. Lo cierto es que la herida se ha vuelto a abrir, para preocupación de Del Bosque, a un mes y medio de jugar la clasificación directa para el próximo Mundial de Brasil.