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El mensaje 'Catalonia is not Spain' presidió el Camp Nou
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ESCASAS PERSONALIDADES DEL MUNDO DEL DEPORTE EN EL PALCO DEL FEUDO AZULGRANA

El mensaje 'Catalonia is not Spain' presidió el Camp Nou

'Catalonia is not Spain' rezaba una pancarta estratégicamente colocada en el centro del campo, al lado opuesto del palco del Camp Nou, un mensaje que recibió

Foto: El mensaje 'Catalonia is not Spain' presidió el Camp Nou
El mensaje 'Catalonia is not Spain' presidió el Camp Nou

'Catalonia is not Spain' rezaba una pancarta estratégicamente colocada en el centro del campo, al lado opuesto del palco del Camp Nou, un mensaje que recibió a las autoridades que presidieron el partido. La citada pancarta estuvo colgada del graderío durante dos minutos, el tiempo que tardó en sonar el himno de la Champions y los obligados saludos, ayer más fríos que nunca, entre los jugadores de ambos equipos y los árbitros del choque. Nadie se acercó a retirarla. 

El tiro de cámara era el perfecto y tuvo la publicidad que quisieron los portadores de la misiva. Antes del numero exhibicionista, cualquier mensaje en castellano que se emitía por megafonía era silenciado por los pitos que atronaban en el estadio azulgrana. La jornada de honor la iniciaron los presidentes de Barcelona y Real Madrid compartiendo espacio gastronómico. No, no es que coincidieran en un restaurante de la Ciudad Condal, que sería lo lógico tras lo que se han dicho en lo últimos días y por las denuncias puestas en la sede de la UEFA de Nyon: es que quedaron en el restaurante 'The Mirror'. 

Me imagino las primeras conversaciones: "¿Qué, cómo va vuestra denuncia?", "¿y la vuestra?" Contestaba el madridista al azulgrana. Pero debieron pensar que lo que no arregla un arroz socarrat no lo soluciona nadie y ahí se pusieron como si no pasara nada. Dicen que la comida fue fría y no por culpa de la cocina del local. Eso sí, los directivos de uno y otro equipo en lo privado se llevan fenomenal, pero en lo deportivo ni agua. Al enemigo, ya saben.

 

Ya en el palco, Sandro Rosell fue de los primeros en salir a la grada. No aguantaba dentro ante tanto saludo. Y es que por el estadio azulgrana aparecieron Artur Más, President de la Generalitat, Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, Hereu y Gallardón, alcaldes de Barcelona y Madrid, Pasqual Maragall, ex president de la Generalitat, Lluis Martínez, arzobispo de Barcelona, Ángel Juanes, presidente de la Audiencia, José Manuel Entrecanales, presidente de Entrecanales… así que no me extraña que se colocara delante de su sitio en el palco y se dedicara a mirar, a observar, entre otras cosas, a la famosa pancarta.

Muchas emociones en el palco

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Florentino Pérez apareció en el sitio que tenía reservado, Rosell a su derecha y Gallardón a la izquierda, pura coincidencia, y lo cierto es que no pudo reprimir los nervios. No paró durante todo el partido. 

Se movía, miraba la tele que tenía a los pies, gesticulaba, vistazo al teléfono tras alguna jugada a la espera de un mensaje: ¿Mourinho desde la soledad de la habitación del hotel? Era un manojo de nervios y eso, en un palco, es muy complicado de controlar. Más bien imposible diría yo. Rosell, sin embargo apenas se movía. Parecía pegado al sillón presidencial.

 

El palco de ayer fue muy recio, muy político. Candidatos, presidentes de todo tipo, abogados, secretarios generales, pero deportistas o gente relacionada con el deporte, más bien poca. Allí estaba Vicente del Bosque, con el ánimo de controlar de cerca ese desgaste en las relaciones entre los dueños de la Roja, y Sergio Batista, seleccionador argentino que no se perdió detalle de lo que hicieron Messi e Higuaín. Junto a ellos, Albert Soler, Secretario de Estado para el deporte, que pinta bastante bien, por cierto. Antes de iniciarse la segunda parte, saltó el tonto de siempre. Esta vez quería colocarle la barretina a Ronaldo.

 

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'Catalonia is not Spain' rezaba una pancarta estratégicamente colocada en el centro del campo, al lado opuesto del palco del Camp Nou, un mensaje que recibió a las autoridades que presidieron el partido. La citada pancarta estuvo colgada del graderío durante dos minutos, el tiempo que tardó en sonar el himno de la Champions y los obligados saludos, ayer más fríos que nunca, entre los jugadores de ambos equipos y los árbitros del choque. Nadie se acercó a retirarla. 

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