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José Mourinho reacciona, pero llega demasiado tarde para frenar al Barcelona
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EL CONJUNTO DE PEP EMPATÓ EN CASA E HIZO VALER LA RENTA CONSEGUIDA EN EL BERNABÉU

José Mourinho reacciona, pero llega demasiado tarde para frenar al Barcelona

El Barcelona vuelve a Londres, la ciudad en la que ganó su primera Copa de Europa y lo hace tras eliminar a un Real Madrid que

Foto: José Mourinho reacciona, pero llega demasiado tarde para frenar al Barcelona
José Mourinho reacciona, pero llega demasiado tarde para frenar al Barcelona

El Barcelona vuelve a Londres, la ciudad en la que ganó su primera Copa de Europa y lo hace tras eliminar a un Real Madrid que en el Camp Nou dio la cara desde el primer minuto, algo que no supo ni quiso hacer en el partido de ida del Santiago Bernabéu.  El equipo de Mourinho perdió su derecho de estar en la final de Wembley en el primer choque, tras la polémica expulsión de Pepe y la recriminada actuación de Álves

Al árbitro belga solo se le pueder alguna explicación por el gol anulado a Higuaín. Piqué derribó a Cristiano y éste impactó de manera involuntaria con su espalda sobre Mascherano, pero el árbitro solo vio falta del portugués. El resto, más que correcto. En su visita al feudo azulgrana, el Madrid lo intentó e incluso el portugués decidió jugar de una manera más ofensiva de lo que acostumbra, con el consiguiente cambio de imagen de su equipo. El gol de Pedro, el de la sentencia llegó cuando el Real Madrid se había podido acercar más a la portería de Valdés. En ese momento, el equipo blanco sacó casta, lo que le valió para empatar y para demostrar que también tiene fútbol para tutear al Barcelona.

 

En el duelo entre Messi y Ronaldo, la victoria global ha sido del argentino. El ex del United volvió a defraudar. Se equivoca en este tipo de partidos. Quiere solucionar todo él solo y así no hay manera. Tuvo un par de arrancadas, pero poco bagaje para lo que se espera de él. Al menos ha dado la Copa al Real Madrid, pero en las otras citas, el azulgrana ha estado por encima, sin excesivos alardes, pero más participativo. En la noche del martes, Casillas volvió a recordarle que agradeciera a los aficionados blancos su presencia en el Camp Nou cuando ya tenía un pie en el vestuario. Dos aplausos y hacía dentro.

 

Mourinho decidió restar tensión al partido y se refugió en una habitación del hotel Rey Juan Carlos con el fin de ver el partido con cierta tranquilidad en el intento de dirigir a su equipo hacia una remontada que se presumía como imposible. El portugués sabía que debía cambiar el paso. Los dos goles de desventaja con los que se iniciaba el segundo partido de las semifinales le obligaba a correr ciertos riesgos en la alineación, aunque también es cierto que la ausencia de jugadores como Ramos, Khedira o Pepe le marcaron la alineación inicial. La sorpresa llegó de la mano de Kaká e Higuaín como titulares, la pareja del éxito en Valencia y la del fallo ante el Zaragoza.  

El Madrid jugó de tú a tú al Barcelona

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Con Lass y Xabi de referencia por delante de la defensa, el técnico dispuso un 4-2.-3-1 como dibujo táctico. El Barcelona, sin sorpresas, con todo lo que tenía, pero sin la frescura de antes salvo en diez minutos, del treinta al cuarenta de la primera mitad. 

El paso adelante del ex del Inter sirvió para demostrar que este Real Madrid también es capaz de jugar sin estar pendiente del rival por muy Barcelona que sea. No es que el equipo blanco saliera volcado al ataque, demostró que puede presionar en campo contrario, que en ocasiones sabe jugar en equipo y que cuando se centra y se olvida de dar patadas puede formar un buen once. 

La iniciativa fue azulgrana pasados los diez minutos iniciales, pero al menos el Real Madrid dejó en el arranque de ser un equipo ambicioso y que, sobre todo, no renunciaba a jugar al fútbol. El problema con el que se encontró Mourinho es que dio la oportunidad a Kaká, un jugador que todavía no ha vuelto y no se le espera. Ante el Barcelona tuvo una hora de juego por delante y nada demostró. Apenas se movía por el terreno de juego y solo hay que contabilizarle un pase bueno a Di María. Muy poco. Pasaban los minutos y ni Barcelona ni Real Madrid acertaban con la tecla adecuada. El juego era intenso, más disputado al del pasado miércoles, más igualado, pero sin apenas ocasiones. 

Los madridistas abusaron del juego individual. Ronaldo y Di María la buscaban, lo intentaban pero se obstinaban en hacer la guerra por su cuenta. El esfuerzo del resto se venía abajo. Los de Guardiola se perdían en toques y más toques, pero lejos de la portería de Casillas. No se activaron hasta pasada la media hora. Fueron diez minutos en los que el capitán blanco justificó su sueldo. Busquets, Villa y Messi en dos ocasiones comprobaron la seguridad del que tenían enfrente. Así se llegó al descanso, con Víctor Valdés de casi espectador pese a la mejora madridista.

Pedro sentenció la eliminatoria

 

La segunda parte se inició con un Real Madrid crecido. Se le acaba el tiempo. En apenas cinco minutos se estrenó Higuaín y también el portero azulgrana, pero llegó el desajuste defensivo que sentenció la eliminatoria

Pedro tiró un desmarque de los suyos, de esos en los que pasea por el fuera de juego con una habilidad de equilibrista. Iniesta vio el movimiento y asistió al canario, que no falló. Jarro de agua fría para los de Mourinho, que antes del gol ya tenía preparados a Adebayor y Özil. El gol hizo cambiar de idea a Karanka, reservando al alemán.

 

El golpe, lejos de amilanar a los blancos, los picó en su orgullo, tiraron de casta y del fútbol que pudo poner Özil en cuanto salió en lugar de Kaká. Di María se fabricó una jugada que en el primer intento terminó en el palo de la portería de Víctor Valdés, pero que Marcelo, a la segunda, sí que acertó a transformar en gol. Silencio en el Camp Nou. Con casi media hora por delante, Guardiola sintió el miedo ese del que habló en la rueda de prensa anterior al partido. 

Sacó a Keita y los suyos durmieron el partido, con la pelota y jugando menos que en otros partidos. El Real Madrid había recuperado vida y ya sólo les quedaba el ataque, pero nunca se sintieron dueños del partido. Al contrario, entraron en discusiones y situaciones que nada convenía a los blancos. El tiempo corría y las ocasiones no aparecían por ningún lado y si lo hacían eran por la portería de Casillas. Al final, hasta Abidal tuvo la suerte de poder jugar unos minutos y sentirse igual de finalista que el resto de sus compañeros.

Ficha técnica:

1 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Puyol (Abidal, m.90); Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Messi y Villa (Keita, m.74)

1 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Carvalho, Albiol, Marcelo; Lass Diarra, Xabi Alonso; Di María, Kaká (Özil, m.60), Cristiano; Higuaín (Adebayor, m.55).

Goles: 1-0, m.54: Pedro. 1-1, m.64: Marcelo,

Arbitro: Frank de Bleeckere (BEL). Mostró cartulina amarilla a Carvalho (m.13), Lass Diarra (m.58), Xabi Alonso (m.69), Marcelo (m.76), Pedro (m.82) y a Adebayor (m.85)

Incidencias: Asistieron al encuentro 95.701 espectadores, en partido correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou. Un espontáneo saltó al terreno del juego justo antes del inicio del segundo tiempo e intentó ponerle una barretina a Cristiano Ronaldo. Los servicios de seguridad lo retuvieron.

 

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El Barcelona vuelve a Londres, la ciudad en la que ganó su primera Copa de Europa y lo hace tras eliminar a un Real Madrid que en el Camp Nou dio la cara desde el primer minuto, algo que no supo ni quiso hacer en el partido de ida del Santiago Bernabéu.  El equipo de Mourinho perdió su derecho de estar en la final de Wembley en el primer choque, tras la polémica expulsión de Pepe y la recriminada actuación de Álves

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