Por qué se equivocan los que subestiman a Álex Palou por no valorar el nivel de Indycar

Álex Palou está arrasando en el campeonato Indycar americano, también conocido como Fórmula Indy. Su espectacular nivel de pilotaje ha provocado que su nombre suene con asiduidad como futuro miembro de la parrilla de Fórmula 1. Pero igual que son muchos en el paddock los que advierten de su talento, no faltan los que plantean interrogantes acerca de su verdadera capacidad. Desde Europa es habitual desde hace décadas juzgar con cierto desdén el nivel de pilotaje al otro lado del Atlántico. Y los hechos demuestran que a menudo no es así.

Palou se encamina a conseguir su segundo título en Indycar si no cambian mucho las cosas. Numerosas opiniones sostienen que el año pasado no se le hubiera escapado el título de no haberse visto envuelto en la agria disputa legal entre Chip Ganassi Racing, su actual empleador, y McLaren, que tiene asegurados sus servicios a futuro. Si en 2021 y 2021 se vio un nivel que mezclaba velocidad y regularidad, lo que estamos viendo esta temporada es un escalón superior. Es un dominio puro y duro. Un piloto que está en una liga superior al resto. Lógico, por tanto, que su nombre aparezca en las quinielas como sustituto de pilotos cuyo rendimiento actual en Fórmula 1 está cuestionado.

El caso Colton Herta

El año pasado se luchó desde diversas esferas para que el norteamericano Colton Herta encontrara un puesto en la Fórmula 1. A pesar de que había demostrado que era un piloto rápido en Indycar y otros escalones inferiores a la Fórmula 1, la licencia no le fue concedida. El primer trasvase de un piloto de Indycar a la Fórmula 1 quedó en suspensos y Red Bull, los más interesados en ficharle, tuvieron que optar finalmente por Nick de Vries.

Las ventajas de Palou sobre Herta son innegables, así que es una cuestión de tiempo que se dé su paso a la Fórmula 1. El catalán, aparte de poseer la superlicencia, está familiarizado con los neumáticos de desgaste programado de Pirelli. Así es como crecen los pilotos de Fórmula 2 y Fórmula 3 antes de llegar a la Fórmula 1. En Norteamérica no han tenido un piloto tan exportable a la F1 desde Juan Pablo Montoya.

El posible futuro en Fórmula 1 de Palou depende de que McLaren le encuentre acomodo en su equipo o en una escudería rival. Con dos pilotos muy cotizados como Lando Norris y Oscar Piastri, la única oportunidad de que Palou se sentara en uno de esos monoplazas sería que una de sus estrellas fuera fichada por Ferrari, Mercedes o Red Bull. No parece a priori que esto sea posible, pero nunca puede descartarse nada. La otra alternativa sería una cesión, al estilo futbolístico, a otro equipo del estilo de Alpha Tauri Williams o Haas.

Hay escépticos que cuestionen la talla de Álex Palou frente a un supuesto bajo nivel de Indycar, hay muchos datos que indican que en absoluto es el caso. Vean, por ejemplo, el caso de Marcus Ericsson, que cuando estuvo en Fórmula 1 demostró tener nivel. Pero en absoluto ser algo excepcional. Es exactamente la misma situación que goza en Indycar como compañero de Palou en Chip Ganassi Racing. El sueco rinde de forma aceptable, pero está claramente un escalón por debajo del español. Otro ejemplo claro, Romain Grosjean, que en sus años en activo demostró ser un piloto muy rápido y a la vez muy errático. El francés, en las dos temporadas que lleva compitiendo en Norteamérica, no la ha hecho ni mejor ni peor que en la Fórmula 1, alternando velocidad y fallos con la misma frecuencia.

Hay una gran camada de jóvenes talentos de Indycar, como Pato O'Ward, Felix Rosenqvist, Marcus Armstrong, Scott McLaughlin, Callum Illott o Rinus Veekay. En mayor o menor medida no se puede hablar de ninguno de ellos como pilotos fracasados que, ante la falta de un futuro en la Fórmula 1, optaron por un campeonato mejor. Todos tienen un enorme talento, que a priori dan de sobra la talla para estar en Fórmula 1. Al final, sólo hay 20 volantes disponibles. Además, pilotos como Alonso, Hamilton, Hulkenberg o Pérez tienen carreras muy longevas porque han sido capaces de mantener su nivel a pesar de sus numerosos años en la brecha.

Hoy día todo se sabe

Es un lugar común que muchos digan que los campeones de Indycar, como Michael Andretti o Alex Zanardi, fracasaron estrepitosamente en la Fórmula 1. También podría decirse que otros campeones de la especialidad como Jacques Villeneuve o Juan Pablo Montoya brillaron a gran altura cuando hicieron la transición. Todo depende del contexto y el tiempo para aclimatarse. No se debe considerar al Indycar como una categoría de promoción, sino simplemente como algo diferente, obviamente de un nivel inferior, tecnológico y mediático. Sin embargo, en ocasiones puede disfrutar de una cuota importante de talento. Quizá no equiparable en nivel, pero desde luego significativa en un selecto grupo de pilotos. Es lo que conoce a la perfección el paddock de Fórmula 1.

Luca Baldisserri, el ingeniero italiano que se hizo famoso por ser el cerebro en la sombra de Michael Schumacher, dirigía la Ferrari Driver Academy y probó hace diez años a Álex Palou. La evaluación del joven gerundense se hizo en el circuito de Fiorano y tuvieron claro que allí había material de Fórmula 1. El ingeniero italiano explicó por qué a una edad tan temprana se puede saber con tanta claridad el potencial de un piloto: "Aquí tenemos registrados los datos de cientos de pilotos, incluyendo los mejores. Tenemos métodos para saber su capacidad de aprendizaje, su adaptabilidad a los cambios, su sensibilidad técnica... Puedes equivocarte algo acerca del potencial último, pero tienes claro en descartar a aquellos que nunca llegarán por mucho que se empeñen. Álex está en el grupo reducido de los que con seguridad llegarán".

Sirva el anterior ejemplo de evaluar jóvenes pilotos que tiene Ferrari para percatarse de que todos los jefes de los equipos de Fórmula 1 tienen los resortes para averiguar la información relevante. Los datos clave para saber si es un piloto por el que hay que apostar muy fuerte o no. Cuando alguien como Álex Palou está dominando con autoridad a un contingente de pilotos de los que conocen todos los datos, se acaban los prejuicios. Si se le subestima, el tiempo acabará demostrando lo errado de esa percepción.