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McLaren o cómo cometer los errores de Ferrari sin tener sus fortalezas
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MAL INICIO EN EL MUNDIAL

McLaren o cómo cometer los errores de Ferrari sin tener sus fortalezas

Después de un comienzo de temporada decepcionante, el equipo británico ha destituido a su director técnico, James Key. Un cambio que encierra también muchos peligros

Foto: Zak Brown, jefe de McLaren junto a su staff técnico. (EFE/Shawn Thew Pool)
Zak Brown, jefe de McLaren junto a su staff técnico. (EFE/Shawn Thew Pool)

"Era necesario un cambio". Así resumió de forma enfática Zak Brown en un tuit -el anuncio oficial de McLaren, el equipo que dirige- acerca de toda la reestructuración de su departamento técnico. Después de despedir a James Key, ya no habrá un nuevo director, sino una especie de triunvirato donde Peter Prodromou, Neil Houldey y David Sánchez reportarán al director de equipo, Andrea Stella. Es difícil saber si esta decisión solucionará o por contra empeorará la situación de McLaren, pero desde luego hay muchas señales que alertan del enorme riesgo de la operación.

La estabilidad es clave en la Fórmula 1 para lograr resultados. Quien dude de ello, sólo tiene que observar a Red Bull y Mercedes, los equipos que han dominado con mano de hierro el Mundial la última década. En ambas organizaciones, los cambios en los puestos clave a nivel gerencial y técnico han sido mínimos. Cuando ha sido preciso sustituir a alguien muy relevante en dichas escuderías, los procesos han sido organizados y nunca traumáticos. Este es el riesgo que asume ahora McLaren.

Ferrari opera de manera radicalmente opuesta. La escudería italiana ha tenido vaivenes de competitividad directamente relacionados con los cambios abruptos en sus cúpulas directivas. Sin embargo, han compensado su autoboicoteo organizativo con una poderosa infraestructura y una innata genialidad técnica. ¿Es este el caso también de McLaren? El mítico equipo británico sólo volverá a la cumbre imitando lo mejor de su histórico rival, pero nunca replicando sus peores debilidades.

La espera para que lleguen los resultados

La decisión tomada por Zak Brown no tendrá resultados operativos de forma inmediata. De los tres ingenieros implicados, uno de ellos, David Sánchez, acaba de salir de Ferrari y debe pasar aún por un periodo obligatorio de inactividad. Esto se conoce en el argot de la Fórmula 1 como gardening leave. En la era digital, es francamente difícil, por no decir imposible, evitar que de una forma o de otra Sánchez empiece a volcar en McLaren la información que tiene. No obstante, esto no esconde el hecho de ser un serio inconveniente, especialmente con esta nueva dirección tricéfala. Si realmente consiguen simplificar la toma de decisiones, como es su objetivo, no va a ayudar esta situación. Además, el proceso constructivo del coche de la próxima temporada comienza precisamente ahora mismo.

La decisión se ha tomado para mejorar los procesos. Implícitamente, se deduce que James Key estaba siendo un freno a la hora de la toma de decisiones. Es cierto que la agilidad y efectividad en procesar y ejecutar el know-how técnológico de una organización es vital. Pero no está tan claro que dividir jefaturas sea una solución. Véase el caso del equipo más exitoso de la actualidad, Red Bull, donde hay un férreo liderazgo individual a cargo de Adrian Newey.

James Key fue identificado hace años como uno de los más brillantes discípulos del propio Newey. Cabe preguntarse, por tanto, si la raíz de los problemas de McLaren no es de cuestiones procedimentales o de competencia de su director técnico recién destituido. Es peligrosamente ingenuo pensar que todos los problemas de una organización se resuman en la sustitución de una persona. Porque, además, siendo justos, Key no goza todavía del túnel de viento y de las herramientas de simulación que sí tiene Newey en Red Bull.

placeholder Desde el momento mágico de Monza 2021, McLaren ha retrocedido en competitividad. (Reuters/Massimo Pinca)
Desde el momento mágico de Monza 2021, McLaren ha retrocedido en competitividad. (Reuters/Massimo Pinca)

El valor de los pilotos

A James Key le podrían exigir producir un chasis a la altura del Red Bull cuando los recursos humanos y tecnológicos a disposición suya sean mínimamente comparables. Pero no es el caso. Sin embargo, Aston Martin, equipo que comparte motor Mercedes con McLaren, están también inmersos en un proceso similar de inversión en capital humano e infraestructura tecnológica. Este hecho nos lleva a la segunda gran cuestión. ¿Por qué un equipo en similar proceso de construcción como los primeros han sido capaces de hacer un buen coche y los segundos no lo han logrado?

La Fórmula 1 es un deporte sumamente complejo y el éxito responde a la suma de excelencia en multitud de detalles. De entrada, cuando peleas frente a titanes como Red Bull, Mercedes y Ferrari tienes que hacer todo bien y esperar que alguno de ellos falle en algo. Luego, la línea que divide el éxito y el fracaso es muy fina y la prueba está en que el debutante, Oscar Piastri, entró entre los diez mejores en la clasificación. Su diferencia respecto a Lance Stroll y Fernando Alonso era de apenas unas décimas. Es decir, está claro que Aston Martin han trabajado algo mejor que McLa, pero tampoco es que pueda hablarse en absoluto de desastre técnico. Las diferencias son mínimas.

placeholder Alonso ha vuelto a ser competitivo en Aston Martin. (Reuters/Hamad I Mohammed)
Alonso ha vuelto a ser competitivo en Aston Martin. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Fernando Alonso tiene que ver en los recientes éxitos de Aston Martin. Más allá de las dos décimas ocasionales que pueda encontrar un día una superestrella de la liga de los Verstappen, Hamilton o el propio Alonso, está el factor de motivación y liderazgo técnico que aporta un piloto top. McLaren debería haber tenido ese mascarón de proa en Daniel Ricciardo, pero desafortunadamente la operación salió mal. Lando Norris podría haber tomado el testigo, pero últimamente ha dado más la impresión de buscar un futuro en un equipo ganador, que en seguir navegando con los británicos en mitad del pelotón.

Andrea Stella, el nuevo director de equipo en McLaren, es un profesional de una extraordinaria valía y quizá haya consensuado este cambio con Zak Brown. Tal vez se haya dado cuenta de que un talento de la valía de David Sanchez estaba disponible en el mercado. Es posible que la dirección tricéfala sea tan sólo una situación provisional hasta que uno de los tres jefes de área asuma finalmente el mando único. Es difícil, en definitiva, descifrar que pasa por la cabeza de los jefes del equipo británico para haber tomado en estos momentos una decisión tan arriesgada. Porque los cambios necesarios puede ser positivos, pero a menudo estropean también más que solucionan. Que se lo pregunten a Ferrari...

"Era necesario un cambio". Así resumió de forma enfática Zak Brown en un tuit -el anuncio oficial de McLaren, el equipo que dirige- acerca de toda la reestructuración de su departamento técnico. Después de despedir a James Key, ya no habrá un nuevo director, sino una especie de triunvirato donde Peter Prodromou, Neil Houldey y David Sánchez reportarán al director de equipo, Andrea Stella. Es difícil saber si esta decisión solucionará o por contra empeorará la situación de McLaren, pero desde luego hay muchas señales que alertan del enorme riesgo de la operación.

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