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Cuando Checo Pérez pilota con los ojos cerrados (literal) en el pasillo de su casa
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VISPERAS DEL GP DE MÉXICO

Cuando Checo Pérez pilota con los ojos cerrados (literal) en el pasillo de su casa

El mexicano llega al Gran Premio de casa en el mejor momento de su carrera deportiva, acariciando la posibilidad del subcampeonato y vencer ante su entregado público

Foto: Sergio Perez en la rueda de prensa previa al Gran Premio de México 2022. (EFE/Luis Licona)
Sergio Perez en la rueda de prensa previa al Gran Premio de México 2022. (EFE/Luis Licona)

No es fácil convivir junto a una superestrella como Max Verstappen, ni aguantar la presión ante un jefe ‘tirano’ como Helmut Marko. Tampoco es sencillo ser profeta en tu tierra cuando con tu mismo coche gana otro piloto, o ganarte el respeto como hispano en un mundo mayoritariamente anglosajón. Este 2022, Sergio Pérez no va a lograr todos los objetivos que con lógica ambición se había propuesto, pero puede estar más que satisfecho de su temporada y lo alto que está dejando el pabellón mexicano en la Fórmula 1.

Su mayor desafío e ilusión es ser el primer mexicano en ganar en su país. Esta es una de las mejores oportunidades de su vida. Esta semana, Checo Pérez es profeta en su tierra. "No hay duda que prefiero ganar en México antes que ser subcampeón del mundo, -explicó el de Guadalajara, en el roadshow de su ciudad-. Espero ganar, tengo la oportunidad de hacerlo y es un sueño que tengo desde niño. Sería increíble poder cumplirlo”, confesaba estos días antes de la cita mexicana.

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El pasado martes, el piloto de Guadalajara fue la estrella de un evento organizado por Red Bull en su propia ciudad natal. Nadie organiza mejor que esta compañía de estos ‘roadshows’ con monoplazas de Fórmula 1, uno de los muchos legados que ha dejado Dietrich Mateschitz, el recientemente fallecido fundador de la compañía austríaca. Lo que no contaban quizá ni los propios organizadores es que el entusiasmo se desbordara de tal manera que hasta 150.000 paisanos de Checo acudieron a ver rodar a su ídolo de cerca.

El tapatío (así se conoce a los naturales de la Guadalajara mexicana) estaba feliz de rodar en su ciudad natal y comprobar el enorme alcance que tienen sus actuaciones en la Fórmula 1, un deporte que en México también está creciendo, como en Norteamérica. Sin embargo, es gracias a Checo que la máxima especialidad del automovilismo hoy día es muy importante, porque desde que Hector Rebaque dejara de competir en Fórmula 1 en 1981, todos los pilotos mexicanos acababan encauzando sus carreras en Indycar. La proximidad geográfica y comercial de Estados Unidos respecto a Europa se imponía.

Una carrera deportiva muy sufrida

De hecho, tuvo mucho mérito que el propio Checo no se dejara influir por la ‘vía cómoda’ del Indycar y lo apostara todo al sueño de la Fórmula 1, porque el joven Sergio creció viviendo muy de cerca del mundo Indycar, dado que su padre Antonio Pérez Garibay era la persona de confianza de Adrián Fernández, el gran mito del automovilismo mexicano junto a los hermanos Rodríguez hasta la llegada de Pérez. Con cuatro victorias en su haber, sí puede decirse ahora que es el piloto de su país más exitoso de todos los tiempos.

La carrera deportiva de Checo ha sido una constante demostración a sus críticos de cuanto estaban de equivocados con sus juicios y prejuicios desde que llegara sólo a Europa con 14 años, sin nadie de su familia a su lado y con el dinero más que justo. Quizá por esa dureza y sacrificios, lejos de su país y de su gente, es probablemente el piloto de la parrilla que con más orgullo y expresividad exhibe su patriotismo.

Uno de los principales sambenitos que acompaña a Checo ha sido que debía su carrera profesional al patrocinio de las empresas mexicanas, (fundamentalmente de Carlos Slim), mucho más que a su talento. Afortunadamente, el día que fichó Pérez por Red Bull sus detractores se quedaron sin su argumento favorito, porque si hay un equipo de la parrilla que no necesita del dinero de un piloto es precisamente el de los actuales campeones mundiales. Alguien debería pensar también que si el Sr. Slim es un empresario de éxito, será porque algo debe saber sobre inversiones y, a la vista está, la apuesta por su paisano le ha salido muy rentable. Pero la prueba del algodón más clara de que algo especial debe de tener Checo como piloto, se da cuando el ogrodel automovilismo, el Dr. Helmut Marko, no sólo promovió en su día su fichaje, sino que por su consentimiento ha renovado dos años más.

Y no es una cuestión menor, porque Pérez es el único piloto de la historia reciente que ha llegado al equipo fuera de sus programas de talento. No tenía mucho sentido fichar a un piloto veterano con diez temporadas por una marca que ha invertido cantidades ingentes en promocionar el talento joven. Pero el nivel de exigencia para sentarte junto a un extraterrestre como Max Verstappen es tal, que En Red Bull comprendieron que muy pocos iban a dar la talla como la está haciendo el mexicano.

La dificultad de batir a Max

Pero Checo admite que ser campeón del mundo sigue siendo su objetivo y cree que, aunque sea muy difícil, no va a cejar en su empeño. Al comienzo de la temporada 2022 estuvo más cerca en ritmo de Verstappen que la pasada, y le hizo ver que había alguna posibilidad. "No es fácil vencer [a Max], pero tengo que seguir intentándolo. Tengo que seguir mejorando. Y creo que puedo hacerlo, -afirmaba Checo en las vísperas del Gran Premio de casa-, es una cuestión de sentirte cómodo con el coche, como estaba en las primeras carreras”,

La tendencia comenzó a girar cada vez más a favor de Max Verstappen a medida que el desarrollo de Red Bull se hizo más al gusto del neerlandés, al hacerse el RB18 cada vez menos propenso al subviraje. “Nada que restar del mérito de Max, -afirmaba en una reciente entrevista categórico Checo-, él es extremadamente bueno, extremadamente talentoso, muy, muy trabajador y rinde justo cuando hay que hacerlo, pero obviamente tener a todo el equipo a tu alrededor como es su caso siempre ayuda. No será fácil derrotarle, pero tengo que seguir intentándolo, he demostrado que soy capaz de hacerlo.

Pérez, eso sí, ha demostrado conocer el autódromo de los Hermanos Rodriguez como las calles de su Guadalajara Natal, donde hizo la exhibición con su Red Bull. Tal es el dominio que tiene del circuito que, en la continuación del evento, realizó una demostración con los ojos vendados, donde acompañado sólo por el sonido del motor, era capaz de hacer toda la vuelta con una perfección en las trazadas asombrosa. Ojalá que esa confianza en sus posibilidades y la moral que da correr ante tu público le dé ese empujón final a Checo para que cumpla su gran sueño. Se lo merece.

No es fácil convivir junto a una superestrella como Max Verstappen, ni aguantar la presión ante un jefe ‘tirano’ como Helmut Marko. Tampoco es sencillo ser profeta en tu tierra cuando con tu mismo coche gana otro piloto, o ganarte el respeto como hispano en un mundo mayoritariamente anglosajón. Este 2022, Sergio Pérez no va a lograr todos los objetivos que con lógica ambición se había propuesto, pero puede estar más que satisfecho de su temporada y lo alto que está dejando el pabellón mexicano en la Fórmula 1.

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