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La lesión de Fernando Alonso o cuando las manos del piloto nunca deben estar al volante
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El volante como una segadora

La lesión de Fernando Alonso o cuando las manos del piloto nunca deben estar al volante

En dos días, Fernando Alonso y la leyenda americana Jimmie Johnson sufrieron lesiones en las manos por no soltarlas del volante. En el caso del asturiano, con mayor mérito

Foto: Alonso, en el momento del impacto en el accidente de Albert Park. (Formula 1)
Alonso, en el momento del impacto en el accidente de Albert Park. (Formula 1)

Lando Norris sufrió un accidente en una partida de Twitch, y quitó inmediatamente las manos del volante. Tan solo se trataba de una carrera virtual, pero el instinto reflejo del piloto salió inmediatamente a flote. Aquello de que las manos siempre deben ir al volante, como te enseña el profesor de la autoescuela, no rige con los pilotos de carreras. Al menos, en caso de accidente. La regla de oro para un piloto es retirarlas inmediatamente con el fin de evitar lesiones o fracturas ante un volante que gira enloquecido durante el golpe. Por no seguirla, Fernando Alonso​ arrastra desde el Gran Premio de Australia una lesión de la que aún no se ha recuperado.

Salvar el alerón

El español lleva en su mano izquierda las típicas cintas de rehabilitación desde entonces. Tras sus palabras después del Gran Premio de Mónaco, parece que su recuperación total llevará tiempo. Pero Alonso no es el único. Una de las estrellas del automovilismo americano, Jimmie Johnson, sufrió el mismo incidente con un día de diferencia, aunque en su caso tuvo que pasar por el quirófano al día siguiente de terminar la cita del Indycar de Long Beach en la que se accidentó. ¿Por qué Fernando no soltó las manos del volante en Albert Park?

Las imágenes de la cámara de a bordo mostraron a Fernando Alonso retirando las manos del volante después del accidente. Y luego, apretándolas repetidamente para comprobar si había sufrido lesiones. Debió notar inmediatamente el impacto y el temor a una fractura que, en principio, no se produjo. Jimmie Johnsson no tuvo tanta suerte, lo que confirmaba que, dentro de lo que cabe, sí la tuvo Alonso. Sin embargo, y después de las carreras transcurridas desde entonces, las vendas han acompañado al piloto español. Tras el Gran Premio de Mónaco, el asturiano explicó que las secuelas han sido superiores a lo que inicialmente parecían.

"Mis huesos, ligamentos y tendones, todo es un desastre ahora mismo. Necesito dos o tres meses porque no hay cirugía. Nada que puedas hacer. Sólo descansar. Desafortunadamente, cada dos semanas tengo que pilotar. Intento descansar en casa, pero llevará algunos meses". Las lesiones musculares, de tendones y ligamentos, sobre todo cuando han sido distensiones, requieren reposo. Un lujo que no se permite el piloto español: "Hacen falta los puntos".

¿Por qué Alonso rompió esa regla de oro de un piloto en Albert Park? Por una serie de factores que en otras situaciones hubieran hecho soltar el volante al español, gesto tan instintivo para cualquier piloto como encoger el cuerpo antes del impacto. Sin embargo, Fernando luchaba por la pole e intentó sacar el monoplaza de la grava para seguir la sesión. "Aguanté el volante hasta el último momento para salvar el alerón delantero. No obstante, no tenía dirección asistida; no tenía nada". En estos tiempos de restricciones, un alerón o cualquier pieza vale su peso en oro.

El fallo hidráulico del A522 endureció brutalmente la dirección, el motor se quedó parado, y Alonso navegó 'a vela' hacia las protecciones sin tracción. Aun así, siguió girando el volante pero, a pesar de sus esfuerzos, no lo suficiente para evitar el encontronazo. Fernando sufrió distensión en los pulgares, algo que notó inmediatamente tras el golpe. Sin embargo, pudo sufrir lesiones peores en dedos y muñecas. El ejemplo lo tuvo en Jimmie Johnsson un día antes del accidente del español.

Un latigazo brutal

Ocho veces ganador de la Nascar, Johnson es una leyenda viviente en Estados Unidos. Tras su retirada, dio el salto al Indycar, donde compite en el equipo Ganassi con Alex Palou. En su segunda temporada en monoplazas, el proceso de aprendizaje no es sencillo. En la primera sesión de la jornada inicial del Gran Premio de Long Beach, se fue contra los muros. En su caso, aunque retiró los brazos, no fue lo suficientemente rápido y la mano derecha sufrió el golpe de un giro brutal del volante. Una auténtica segadora. Curiosamente, según explicó el piloto después, no sintió dolor alguno. Pero la revisión posterior mostró que se había fracturado un dedo.

Johnson participó el resto del fin de semana gracias a una férula de carbono que protegió su dedo, aunque por su estado físico provocó varios errores tanto sábado como domingo. Y terminó la carrera con un nuevo accidente. El lunes pasaron por el quirófano, donde le insertaron un clavo. Pocos días más tarde tenían que enfrentarse a los primeros entrenamientos de las 500 millas de Indianápolis. Allí tomó parte, así como las carreras en Barber y el Indy GP. El clavo sigue en su dedo.

A juzgar por su rendimiento en Mónaco, parece que Fernando Alonso puede gestionar las secuelas del accidente de Albert Park. Los baches del trazado monegasco y la naturaleza de la pista no fueron las mejores circunstancias de su lesión. Posiblemente, tenga que ser infiltrado cada vez que sale a la pista. El español no se tomará ninguna carrera de descanso. Las direcciones asistidas de los monoplazas actuales de Fórmula 1 ayudan más al asturiano que a Johnson, ya que los coches americanos no cuentan con ella. Aunque el pasado no siempre fue igual en la Fórmula 1.

Los brazos son uno de los puntos débiles en un piloto y no sólo en caso de accidente. Un estudio llevado a cabo con los pilotos de Fórmula 1 al término de la temporada de 1998, publicado por el 'British Journal of Sports Medicine', reveló que 14 de los 22 pilotos sufrían algún tipo de problema físico en los brazos. Uno de ellos, cuyo nombre no fue revelado, terminaba siempre con calambres en las manos en cada carrera. Seis tenían problemas de ligamentos, otros dolores escapulares, compresión de la muñeca, siete sufrían con los nervios del brazo… Los tiempos han cambiado, pero no el gesto de soltar las manos del volante cuando uno ve llegar las protecciones a toda velocidad. Si quiere (Alonso) o le da tiempo (Johnson).

Lando Norris sufrió un accidente en una partida de Twitch, y quitó inmediatamente las manos del volante. Tan solo se trataba de una carrera virtual, pero el instinto reflejo del piloto salió inmediatamente a flote. Aquello de que las manos siempre deben ir al volante, como te enseña el profesor de la autoescuela, no rige con los pilotos de carreras. Al menos, en caso de accidente. La regla de oro para un piloto es retirarlas inmediatamente con el fin de evitar lesiones o fracturas ante un volante que gira enloquecido durante el golpe. Por no seguirla, Fernando Alonso​ arrastra desde el Gran Premio de Australia una lesión de la que aún no se ha recuperado.

Fernando Alonso