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Ralph Sánchez, el 'espíritu de Miami' que atraía a Julio Iglesias y a Emerson Fittipaldi
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UN VISIONARIO EXCEPCIONAL

Ralph Sánchez, el 'espíritu de Miami' que atraía a Julio Iglesias y a Emerson Fittipaldi

El Gran Premio de Miami de F1 quizá nunca hubiera tenido lugar sin el trabajo previo del visionario empresario cubano que llevó por primera vez las carreras a la ciudad americana

Foto: Ralph Sánchez, en un monoplaza. (FOTO: Patricia Sanchez Abril)
Ralph Sánchez, en un monoplaza. (FOTO: Patricia Sanchez Abril)

El Gran Premio de Miami, la última adición al calendario de Fórmula 1 está batiendo absolutamente todos los récords en términos de interés. El cartel de ‘no hay billetes' está colgado desde hace meses, las entradas VIP se están pagando alrededor de 10.000 dólares (el doble que en cualquier otra carrera) y los patrocinadores se pelean por tener su espacio en la pista. En definitiva, un éxito colosal para un debut de una carrera de Fórmula 1 del que es difícil encontrar precedentes.

Pero todo este ambiente de euforia debe mucho a los esfuerzos y la visión de Rafael 'Ralph' Sánchez (Cuba 1948 – Miami 2013), un entusiasta empresario que fue la fuerza impulsora de los Grandes Premios de Miami, primero de Sport-Prototipos y, posteriormente, de Indycar.

Foto: Ferrari es el gran dominador del Mundial de F1. (Reuters/Jennifer Lorenzini)

El día de la carrera, sin duda, evocará muchos recuerdos a Patricia Sánchez-Abril, su hija, que sabe que su padre fue la fuerza impulsora detrás de una década de carreras en el centro de Miami y el mismo que más tarde fundó el Homestead-Miami Speedway. "Mi padre estaría feliz y orgulloso de ver cómo la Fórmula 1 ha llegado aquí", afirmó Patricia, hoy vicedecana de la Universidad de Miami. "Imaginó siempre este momento; imaginó a este Miami como uno de los más importantes destinos deportivos y culturales del mundo", explica.

Sánchez, el padre de Patricia, había llegado a Miami en el éxodo clandestino de niños del régimen de Fidel Castro (conocido como operación 'Peter Pan'). Cuando le acogieron en el orfanato con ocho años, venía de Cuba sin nada, pero ya tenía inoculado el virus de las carreras: había visto correr a Juan Manuel Fangio y al Marqués de Portago en el Gran Premio de la Habana.

Sánchez empezó a progresar económicamente y logró traerse a Estados Unidos al resto de su familia, que había quedado en Cuba, y cuando tenía 30 años ya gozaba de un patrimonio considerable, fruto de su olfato y visión en el sector de la construcción. Fue en ese momento cuando pensó: '¿Por qué no replicar en Miami aquellas carreras con las que tanto disfruté de niño en el Malecón de La Habana?'. Dicho y hecho, el joven Sánchez pidió citas para reunirse con los políticos locales, a menudo esperando horas y horas para que le recibiesen para contar su loca idea de organizar carreras de coches en el paseo marítimo y el 'downtown' de Miami.

placeholder Julio Iglesias, junto a Emilio de Villota en el GP de Miami. (FOTO: Peter Mestre)
Julio Iglesias, junto a Emilio de Villota en el GP de Miami. (FOTO: Peter Mestre)

Toda la zona de Brickell y Biscayne Boulevard por donde discurría el circuito ideado por Sánchez es hoy en día una de las principales millas de oro a nivel mundial. Pero, a comienzos de los ochenta, era una zona degradada y por aquí las autoridades locales compraron la idea de organizar competiciones automovilísticas de renombre como medio de revitalizar la zona.

Sin embargo, el primer Gran Premio de Miami de Sport-Prototipos celebrado en 1983 fue un completo desastre a causa de las lluvias torrenciales. Las perdidas de 1,3 millones de dólares (una fortuna a mediados de los ochenta) no arredraron a Sánchez, que con su habilidad negociadora y tesón personal convenció a autoridades y patrocinadores para hacer un segundo intento en 1984. Entonces sí logró tal éxito que permitió que la carrera urbana de Miami se convirtiera en una de las citas de mayor prestigio del automovilismo norteamericano durante una década.

Patricia Sánchez-Abril, así recuerda la dureza y entusiasmo de aquellos comienzos: "Cuando el día de la carrera inaugural empezó a caer aquella lluvia torrencial, a pesar de que yo fuera una niña de ocho años, ya sabía que venían tiempos duros para mi familia. Pero al mismo tiempo estábamos todos unidos en la aventura de mi padre. Mi madre Lourdes, estaba siempre cubriendo a mi padre, mis abuelos en la sala de prensa, mi tío ponía la publicidad y nosotros, los niños, poníamos los carteles anunciadores".

placeholder Sánchez fue clave para el regreso de Fittipaldi. (FOTO: Peter Mestre)
Sánchez fue clave para el regreso de Fittipaldi. (FOTO: Peter Mestre)

El fichaje de Emerson Fittipaldi

Ralph Sánchez sabía que no bastaba con un tener un entorno atractivo y una buena organización para tener éxito. Era muy consciente que para que viniera el público necesitaba atraer a celebridades y a los pilotos de mayor renombre. Con su enorme poder de persuasión, logró uno de sus golpes maestros, como fue fichar a Emerson Fittipaldi para que regresara a la competición tres años después de haberse retirado de la Fórmula 1. Para que el brasileño viera que la propuesta iba en serio, creó un equipo de carreras exclusivo para el llamado 'Spirit of Miami' by Ralph Sánchez Racing.

A bordo de un desfasado prototipo March 85G que había pertenecido a un extraño hombre de negocios español de nombre Pepe Romero, Fittipaldi logró la 'pole position' de la carrera, demostrando que no había perdido un ápice de sus cualidades. Gracias a aquella participación, el mito brasileño del automovilismo relanzó de nuevo su carrera deportiva en Estados Unidos, que le llevó a ganar por dos ocasiones las 500 millas de Indianápolis.

El éxito del Gran Premio de Miami no pasó desapercibido para las celebridades locales. Julio Iglesias no se lo pensó dos veces cuando Emilio de Villota, que participaba entonces en el campeonato IMSA de Sport-Prototipos, le propuso apoyarle y se presentó en el circuito para ver lo que se estaba allí cociendo. Como Julio, muchos otras celebridades locales atendían a la llamada de Sánchez, que supo dar un glamour y un ambiente hasta entonces desconocidos en Estados Unidos, hasta el punto que un capítulo de la serie de TV 'Miami Vice' situó el Gran Premio de Miami en el centro de la trama.

placeholder La construcción del óvalo de Homestead. (FOTO: Patricia Sánchez-Abril)
La construcción del óvalo de Homestead. (FOTO: Patricia Sánchez-Abril)

Un proyecto que hoy se hace realidad

Después de los prototipos, vinieron las carreras del campeonato Indycar, en su mayor auge de popularidad en los noventa. Aquello no pasó desapercibido para Bernie Ecclestone, que ya por aquel entonces propuso a Sánchez la posibilidad de que la Fórmula 1 corriera en Miami. Como recuerda Patricia Sánchez-Abril, las vacaciones familiares en Europa asistiendo a Grandes Premios dieron sus frutos, y pilotos y equipos -junto a Bernie- empezaron a mostrar gran interés por ese posible Gran Premio en Miami.

Sin embargo, el huracán 'Andrew' en 1992 dio al traste con el proyecto porque, en otro audaz movimiento, Sánchez propuso al gobierno la construcción de un circuito en la zona de Homestead, una de las más afectadas por el cataclismo meteorológico. Se escogió construir un oval para albergar competiciones de Indycar y de Nascar, lo que invalidaba aquel sueño de Sánchez de que la Fórmula 1 llegara a Miami.

Gracias a Ralph Sánchez, el sur de Florida ha disfrutado durante tres décadas seguidas de competiciones automovilísticas de primer nivel. Esa base de aficionados y la potencia de Miami como destino privilegiado para la Fórmula 1 nunca habría sido igual sin la visión y la audacia del empresario de origen cubano.

El Gran Premio de Miami, la última adición al calendario de Fórmula 1 está batiendo absolutamente todos los récords en términos de interés. El cartel de ‘no hay billetes' está colgado desde hace meses, las entradas VIP se están pagando alrededor de 10.000 dólares (el doble que en cualquier otra carrera) y los patrocinadores se pelean por tener su espacio en la pista. En definitiva, un éxito colosal para un debut de una carrera de Fórmula 1 del que es difícil encontrar precedentes.

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