De luchar por la victoria a intentar rascar puntos: la nueva realidad de Lewis Hamilton

Cuando Lewis Hamilton regresó a las redes sociales tras varios meses de misterio con un rotundo mensaje diciendo: “I´m Back”, ("He vuelto"), seguro que nunca imaginó un regreso tan difícil. Volvía para ‘vengar’ ese título perdido a manos de Max Verstappen que sentía injustamente ‘robado’. Parece difícil que esa venganza vaya a ocurrir en 2022, a menos que cambien radical e inmediatamente la competitividad de su Mercedes.

Al final resultó verídico el sufrimiento que se anunciaba desde Mercedes. Se daba por descontado que Mercedes lucharía por la victoria o, como mínimo, perseguiría ligeramente por detrás a Ferrari y RedBull a principio de temporada. Pero de golpe y porrazo, se vieron luchando con el resto de la ‘clase media’ por entrar entre los diez mejores en clasificación.

Toto Wolff, el jefe de Mercedes, ha tachado esta situación de “inaceptable” en sus declaraciones con posterioridad al Gran Premio de Arabia Saudí. Lógico tras los años acostumbrados a un dominio abrumador. Pero igual de inaceptable, como pudo ser en su día para Williams o McLaren, por ejemplo, cuando acabaron sus cursos de gloria. La Fórmula 1 acoge a mucha gente brillante, grandes constructores y cuando falla el más mínimo engranaje, te ves superado de una tacada por varios equipos.

Con ese estilo un poco infantil que gasta a veces para ventilar sus frustraciones, Hamilton preguntó irónicamente a su ingeniero por la radio al acabar la carrera si por la décima plaza aún recibía puntos. Cuando la frustración y la adrenalina aún están altas se entienden ciertas reacciones, pero cabría recordarle que un campeón como él debe ser grande cuando gana y también cuando obtiene una modesta décima plaza. Esa zona de la tabla ha sido durante mucho (demasiado) tiempo el hábitat natural de alguien como Fernando Alonso. Pero el asturiano siempre ha demostrado que, aun estando muy lejos de las posiciones que su pilotaje merecía, peleaba y celebraba una décima posición, si ese era el mejor resultado al que se podía esperar ese día. Así se logra también grandeza.

Mercedes y Lewis volverán

Sería irresponsable descartar a Lewis Hamilton de la lucha por el título cuando quedan aún 21 carreras por delante. Las dudas se centran en saber no solo si Mercedes volverá a ganar, sino cuando será el momento. El león estará herido, pero tarde o temprano la escudería alemana dará con la tecla que les haga recuperar la competitividad. Sin embargo, Hamilton debería ser consciente de lo mucho que se juega este año y por qué no puede permitirse muchas más carreras como la vivida en Arabia Saudí.

Todo gran campeón aumenta su leyenda cuando la situación se pone difícil. De Ayrton Senna se recuerdan de forma especial aquellas victorias donde ganaba a pesar de que su coche estuviera muy lejos de ser el mejor. Sirva el ejemplo de la famosa carrera de Donnington en 1993, donde con el cuarto o quinto mejor coche de la parrilla el brasileño sacó bajo el agua una vuelta a toda la parrilla. Actuaciones que te elevan al olimpo más que 30 o 40 victorias logradas sin apenas oposición. Aunque le cueste ahora asumirlo, Lewis debe ser consciente que, si hay una temporada para hacer historia, es precisamente esta.

Que no dude Hamilton que, aunque no acabe campeón, si hace algo muy excepcional este año será una temporada más recordada que las de muchos de sus títulos. George Russell, su nuevo compañero, tiene una gran clase, y lo peor sería no dominarle como hizo con Valtteri Bottas. De lo contrario, podría depreciar su valor a lo ‘Sebastian Vettel’, batido en RedBull o Ferrari con Ricciardo o Leclerc, por lo que su estatus salió del terreno de los ‘dioses’ para instalarse en el de los ‘terrenales’. Aunque nadie discute el talento de Vettel, también sus logros llevarán aparejados la sombra de la superioridad de su coche.

No es tan mal coche el Mercedes

Porque la falta de competitividad de Mercedes en realidad no es tal. El W13 tiene problemas, pero entra con relativa comodidad en la Q3 y se coloca a la estela de los por ahora inalcanzables RedBull y Ferrari. Hamilton fue el mejor ‘del resto’ en Bahrein, y en Jeddah fue Russell, de nuevo, el primer coche de la ‘clase media’. Mientras se celebra la clara progresión del Alpine de Fernando Alonso, no se puede obviar que todavía el A522 es peor coche que el W13.

Sería absurdo sacar conclusiones de una carrera donde todo salió al revés, tanto en entrenamientos como en carrera. Pero Hamilton no puede permitirse este año ninguno de sus famosos ‘días fuera de la oficina’. Russell está ante la oportunidad de su vida para demostrar que merece un lugar entre los grandes y, a pesar de no contar con un coche ganador, habrá carreras con lluvia o situaciones anómalas donde Hamilton tendrá oportunidad para mostrar lo extraordinariamente buen piloto que es.

Esta será la temporada más crucial de toda la carrera deportiva de Lewis Hamilton. La verdadera grandeza se demuestra cuando eres siempre el mismo, independientemente que en el plato te pongan jamón de jabugo o choped.