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Las razones del 'no fichaje' de Jean Todt por Ferrari: celos, ambiciones y venganzas
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JOHN ELKANN SE ECHA ATRÁS

Las razones del 'no fichaje' de Jean Todt por Ferrari: celos, ambiciones y venganzas

Finalmente no se producirá el sonado regreso de Jean Todt a Ferrari. ¿Cuál fue el motivo, para que algo que las partes implicadas daban por hecho finalmente no se ejecutara?

Foto: Jean Todt, cuando era jefe de Ferrari en 2007. (EFE/Frank May)
Jean Todt, cuando era jefe de Ferrari en 2007. (EFE/Frank May)

Confirmado: Jean Todt no volverá a Ferrari, al menos, a corto plazo. No estamos ante un patinazo de los medios de comunicación que adelantaron el rumor, al dar por hecho algo que venía desde hace un mes comentándose con insistencia. Las conversaciones para que el saliente presidente de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) se incorporara a Ferrari existieron, las partes nunca lo negaron e, incluso, admitieron lo bonito que sería que fructificara el rumor. Sólo faltaba el anuncio, pero algo debió de ocurrir para que en el último momento el fichaje se frustrara, el asunto se enfriara y, finalmente, John Elkann, como accionista mayoritario de la marca del Cavallino, admitiera recientemente que de momento Jean Todt no regresará a trabajar a Maranello.

Era ciertamente una historia muy bonita de vender tanto para los medios como para los implicados, era el regreso a casa del artífice -junto a Michael Schumacher- de los años más gloriosos de la 'Scuderia'. Sin embargo, si rascamos en la intrahistoria de este asunto que ha venido coleando durante el último mes, hay muchas razones que explican por qué quizá no era tan buena idea como parecía que el directivo francés regresara a Ferrari en un rol de superconsejero. No olvidemos que, en cierto modo, la historia nunca se negó sino que se había admitido como posible tanto por la parte de Ferrari como la del propio Todt.

Foto: Mario Andretti al volante del Lotus 79, junto a Ronnie Petersson. (Imago)

En primer lugar, pensar que Todt estaría en Ferrari para dar consejos en un rol parecido al que estaba Alain Prost en Alpine o en su día estaba Niki Lauda en Mercedes, es no conocer bien a Todt, ni asumir cómo funcionan las cosas en Maranello. Si el propio Alain Prost ha reconocido que una de las razones de su marcha de Alpine se debe a que no tenían en cuenta sus opiniones, imaginen la situación de Todt como superconsejero si no se cumplen al pie de la letra sus indicaciones.

A Jean Todt le gusta mandar, le gusta decidir y, si se supone que iba a ser la persona que estaría entre John Elkann, Benedetto Vigna (CEO de Ferrari) y Mattia Binotto, la realidad es que el expresidente de la FIA vendría a dirigir y no a aconsejar. O, dicho de otra manera, Todt le contaría a Binotto qué tendría que hacer y a Elkann le informaría de sus órdenes. Niki Lauda, por ejemplo, no era un simple asesor de Mercedes, pues no olvidemos que también era accionista del equipo y no parece que con 75 años Todt vaya a llegar a la que fue su casa si no es para tener un rol con poder de decisión.

placeholder Todt y Schumacher fueron artífices de la época más gloriosa de Ferrari. (Reuters/Michael Mann)
Todt y Schumacher fueron artífices de la época más gloriosa de Ferrari. (Reuters/Michael Mann)

No tan 'querido' por todo Ferrari

Aquí viene la segunda parte de la cuestión, que no es otra más que el recelo existente de gran parte del equipo a que Jean Todt regrese de nuevo con posibilidades de mando. Existe una facción en Ferrari que no olvida el daño que como dirigente de la FIA hizo al equipo, especialmente durante la primera parte del mandato. Hay que recordar que la cosa entre Jean Todt y el entonces presidente Luca de Montezemolo acabó mal, muy mal. La salida del francés de Maranello fue de todo menos bonita y es evidente que Todt se tomó cumplida venganza una vez que logró ascender a la presidencia de la FIA.

La animadversión entre Montezemolo y Todt era visible cada vez que se encontraban en los circuitos y basta observar lo favorecidos que resultaron Red Bull y Mercedes por la FIA. Las casualidades no existen y menos aún en el estanque de tiburones que es la Fórmula 1. Recuerden, por ejemplo, que Fernando Alonso ganó en 2011 en Silverstone, la única carrera en la que no permitieron a Red Bull usar sus escapes soplados, que era una trampa como un piano si atendemos al espíritu del reglamento. Aun así, se les permitó al final competir con ellos el resto de la temporada y prohibirlos para la temporada siguiente. Una decisión, cuando menos, polémica.

Es cierto que Red Bull cumplía la literalidad de la norma, pero iba absolutamente en contra de su espíritu. En el pasado, en situaciones similares, no se descalificaba al equipo, pero se le impedía a partir de ese momento seguir utilizando la 'infracción'. La FIA sabe muy bien cuándo tiene que decir que 'no se pueden cambiar las normas con el partido empezado' si le conviene y sabe también cuándo prohibirlo de forma inmediata si los intereses a cubrir así lo indican. Recuerden, sin ir más lejos, el famoso 'mass damper' del Renault de Fernando Alonso que se prohibió con efecto inmediato en 2006 y estábamos exactamente ante el mismo tipo de 'interpretación gris' del reglamento. En el caso de Todt fue una prohibición diferida; en el caso de Mosley, una prohibición en tiempo real.

La animadversión entre Montezemolo y Todt era visible cada vez que se encontraban y basta ver lo favorecidos que resultaron Red Bull y Mercedes

Con Red Bull hubo mas situaciones polémicas durante sus años de dominio, en los que la FIA habitualmente tuvo manga ancha, pero por si fuera poco perjuicio el que se llevó Ferrari a comienzo de la década, luego vino la ayuda a Mercedes con el anticipo de la reglamentación híbrida de los propulsores. Una ayuda nunca reconocida oficialmente, pero asumida por todos, y que proporcionó una ventaja al constructor alemán que llega hasta nuestros días.

Nunca estuvo del todo claro el asunto de la 'trampa' de Ferrari en 2019, que les obligó a echar marcha atrás en las evoluciones que les acercó a nivel de motorización a Mercedes. El hecho de que se echara tierra sobre el asunto se debió, sobre todo, a que la distensión entre Ferrar y la FIA ya era un hecho con la salida de Luca de Montezemolo del equipo italiano y el acercamiento de Sergio Marchionne. Pero por mucho que se dulcificara recientemente la relación, en Maranello muchos no olvidan lo mucho que Todt, por acción u omisión, perjudicó en su momento a los del 'Cavallino'.

placeholder Nicholas Todt (izqda), hijo de Jean es el manager de Charles Leclerc.  (Reuters/Michael Mann)
Nicholas Todt (izqda), hijo de Jean es el manager de Charles Leclerc. (Reuters/Michael Mann)

Conflicto de intereses

Además de esto, muchos empleados del equipo -empezando probablemente por el propio Mattia Binotto- habrán alertado también a John Elkann de que el regreso de Todt implica también la vuelta a ciertas prácticas de dudosa imagen, como es el hecho que su hijo Nicholas sea el manager de Charles Leclerc, tal y como en su día ocurrió con Felipe Massa. ¿Qué consejo va a dar Todt a Ferrari? ¿Que negocie bien y pague el menor dinero posible a Leclerc en la negociación o, por el contrario, que llene de dólares a su hijo con un 'contratazo' multimillonario de su representado?

¿Qué va a aconsejar Jean Todt a Binotto, que compitan Sainz y Leclerc de tú a tú o, por el contrario, que den prioridad al piloto apoderado por su hijo? 'La mujer del César no sólo debe de ser honrada, sino también debe parecerlo', reza el dicho popular y la realidad es que este detalle sería el primer conflicto de intereses de una larga lista que le habrían acompañado en su nueva función como asalariado de Ferrari. No parece, desde luego, muy estético que minutos después de salir de la presidencia de la institución que rige el deporte, Todt ocupe un puesto relevante en uno de los equipos participantes.

En Ferrari han sido conscientes del problema que ha causado esta 'puerta giratoria' de manual y fue la gota que colmó el vaso en la negociación

Siempre ha habido trasvases de personal entre la FIA y los equipos con la lógica polémica que ello encierra, pero es que aquí no hablamos de un simple empleado, hablamos de la persona que ha hecho y desecho en el organismo que rige la Fórmula 1 durante los últimos once años. Probablemente, John Elkann y el presidente de Ferrari, Benedetto Vigna, (que efectivamente necesita de un asesor, porque de carreras sabe lo justo) hayan medido mejor las negativas consecuencias que habría acarreado el fichaje de Todt en caso de haberse materializado. Han debido de ser conscientes de la enorme controversia que ha causado esta 'puerta giratoria' de manual y, probablemente, ha sido la gota que ha colmado el vaso para abortar la contratación en el último minuto.

Algunos dicen que el fichaje de Todt vendría bien para recuperar la progresiva pérdida de influencia que ha tenido Ferrari a nivel político, pero aunque su mano seguirá siendo muy larga en la FIA, tampoco hay que olvidar que el nuevo presidente, Ben Sulayem, no es precisamente de la cuerda del francés, sino todo lo contrario, pues cayó derrotado ante él en las pasadas elecciones y derrotó a la candidatura de Graham Stoker, que era la que tenía la 'bendición' oficial.

Muchas veces, cuando se rasca en la superficie de las historias bonitas aparecen las aristas de los celos, venganzas y ambiciones que, aunque durmientes o disimulados, siempre estuvieron presentes. El rumor hizo que todo ello aflorara y del 'fichaje inminente' se terminó pasando al 'no fichaje' de manera definitiva.

Confirmado: Jean Todt no volverá a Ferrari, al menos, a corto plazo. No estamos ante un patinazo de los medios de comunicación que adelantaron el rumor, al dar por hecho algo que venía desde hace un mes comentándose con insistencia. Las conversaciones para que el saliente presidente de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) se incorporara a Ferrari existieron, las partes nunca lo negaron e, incluso, admitieron lo bonito que sería que fructificara el rumor. Sólo faltaba el anuncio, pero algo debió de ocurrir para que en el último momento el fichaje se frustrara, el asunto se enfriara y, finalmente, John Elkann, como accionista mayoritario de la marca del Cavallino, admitiera recientemente que de momento Jean Todt no regresará a trabajar a Maranello.

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