La 'tormenta en el desierto' de Carlos Sainz, o cómo debutar con vientos de 50 km/h

“Me siento bien, Estoy un poco impaciente, no mentiré, hace mucho que espero este momento”. Por fin llegó el momento para Carlos Sainz. Nada de monoplazas de años anteriores o simulador. Debutaba con Ferrari a bordo de su máquina para la presente temporada. Quizás nunca imaginó que ese primer contacto con el SF71 tendría lugar entre una tormenta de arena en el desierto. Pero no es esta pretemporada para perder un solo minuto, y menos en el caso de un piloto virgen con monoplaza. Era forzoso rodar a toda costa.

Sainz saltó a la pista con el objetivo concreto de una aclimatación progresiva y un programa que, afortunadamente, pudo cumplir en su cuota de la jornada. El susto a última hora de la mañana de Charles Leclerc hizo temer que su jornada se viera truncada, pero no fue el caso. Al final, Sainz se bajó aliviado y satisfecho con sus primeras 60 vueltas y la progresión lograda durante la tarde. Determinar dónde arranca Ferrari frente a sus rivales no tiene sentido ante las condiciones tan variables que condicionaron la jornada. Pero en comparación a un Mercedes que no dio pie con bola, en Ferrari podían darse por satisfechos.

Progresar adecuadamente

"Las condiciones son complejas para un primer día porque el viento es muy fuerte, hay algo de polvo en la pista y no será un día fácil, pero tengo que hacer el trabajo previsto y completar el programa”, avisaba Sainz antes de subirse al SF71. Un problema con el combustible, según versión del equipo, detuvo a Charles Leclerc a falta de diez minutos para terminar la mañana. Sainz tardó en salir a la pista, pero más por el vendaval y la tormenta de arena que engulló al trazado de Shakir . Antes, el español ya anticipaba el panorama que le espera en esta período. "Aún quedan muchas cosas que tengo que aprender del coche de este año y tras el día y medio quizá seguiré en la curva de aprendizaje en las primeras carreras”.

De momento, la primera jornada ayudó a tomar contacto, pero no referencias. "Los coches hoy en día son enormemente dependientes del viento. En cada curva que había viento de cara, el coche iba fenomenal, si venía de cola, era fatal. Era muy dificil de pilotar", explicaba Sainz al terminar la jornada. "Necesito un día más tranquilo. Debutar con Ferrari en un día con vientos de 50 km/h no ayuda", explicaba al terminar la jornada. Efectivamente, Sainz se emplazaba para los dos próximos días, con otras condiciones, "o en las primeras carreras con situación más calmada para ver el ajuste fino y los trucos del coche".

Coger el punto al SF71

No fue una jornada tampoco para ponderar ni la posición inicial de Ferrari, ni la de sus rivales. "Todo el mundo quiere adivinar el rendimiento de cada coche hoy, pero es demasiado pronto para decirlo, y muy dificil saberlo en este tipo de condiciones", explicaba Sainz en referencia a la variabilidad de las condiciones ambientales. La competitividad de un monoplaza no se calibra tan solo por su velocidad última, objetivo ajeno a una primera jornada, sino por la capacidad de gestionar los diferentes compuestos de neumáticos en distintas condiciones, el ritmo en tandas largas o diferentes cargas de gasolina, el rendimiento aerodinámico en diferentes tipos de curva y movimiento del monoplaza. En condiciones tan cambiantes como las del viernes resultaba muy complicado comparar.

Por la mañana Leclerc inició el programa de calibración y comprobación, con la pista mucho más lenta por las altas temperaturas, condiciones que explicaban su tiempo más lento respecto a Sainz a igualdad de compuestos para sus mejores vueltas (intermedios). Por la tarde, cuando la temperatura caía de forma importante y el viento amainó, casi todos bajaban sus cronos. Sainz tan solo llevó a cabo un par de intentos con el intermedio y logró el quinto mejor tiempo de la jornada. Sin embargo, la misión era coger el punto progresivamente al SF71, no sufrir inconvenientes que restaran tiempo en pista, y tachar las casillas de los ingenieros.

McLaren y Alpine se gustan

Ferrari aspira al salto cualitativo para aspirar al tercer puesto tras Mercedes y Red Bull. Todo apunta a que la pugna será extraordinaria esta temporada. Al menos para empezar, dos de sus teóricos rivales directos completaron una magnífica jornada. McLaren, con fiabilidad impecable pese a incorporar el nuevo motor Mercedes, 91 vueltas, y tiempos fáciles de lograr que llevaron a Lando Norris a la segunda posición del día. Y con un Alpine al que incluso sobró tiempo para llevar a cabo paradas en boxes en la parte final del día, con un total de 129 vueltas y el tercer mejor tiempo, aunque con compuesto más blando que el de Red Bull (inalcanzable la primera jornada) y McLaren.

En todo caso, la jornada inaugural de 2021 tampoco era propicia para mayores referencias debido al viento creciente y la suciedad del asfalto. La falta de condiciones constantes no permite referencias ajustadas, al margen de la tradicional letanía de las diferentes cargas de combustible y mapas de motor que relativizan los resultados. Y mucho menos, tampoco cabe buscar referencias con el último gran premio por las condiciones atmosféricas y diferente hora de celebración de la carrera respecto a los entrenamientos de pretemporada. Al margen del tiempo perdido por los recortes aerodinámicos. Por otro lado, el trazado de Shakir destaca por sus exigencias de tracción, tipo ‘stop and go’, sin grandes y rápidas curvas, por lo que las referencias de jerarquía que determinen estas tres jornadas podrían no tener comparación con algunos circuitos de muy diferente configuración, como Portimao, por ejemplo, tercera carrera del campeonato. Pero en 2021, lo tomas o lo dejas. Es lo que hay.