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Cuando todo sale perfecto: la 'pequeña victoria' de Carlos Sainz en el GP de España
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A 1,5 SEGUNDOS DEL QUINTO PUESTO

Cuando todo sale perfecto: la 'pequeña victoria' de Carlos Sainz en el GP de España

Carlos Sainz y McLaren lograron un sexto puesto que exprimió todas las opciones en una carrera impecable desde el punto de vista estratégico y de pilotaje. Incluidas las paradas

Foto: Carlos Sainz logró culminar un Gran Premio sin problemas tras una racha de mala fortuna. (McLaren)
Carlos Sainz logró culminar un Gran Premio sin problemas tras una racha de mala fortuna. (McLaren)
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"Recuerdo que en una ocasión Gilles me dijo: 'Lo que te mantienen motivado son las pequeñas victorias, el decirte a ti mismo que eras quinto y que no se podía hacer más de lo que hiciste. Mientras te vayas con esa sensación de la carrera, esto es lo que permite seguir". El veterano periodista británico Nigel Roebuck recordaba una conversación con el mítico Gilles Villeneuve, autor de carreras prodigiosas con un Ferrari sin esperanzas de victoria. Salvando las circunstancias del tiempo y los protagonistas, Carlos Sainz también cosechó en el GP de España su 'pequeña victoria' particular. Andreas Seidl lo sintetizó al final de la carrera. “Carlos ha maximizado todo lo que teníamos hoy”.

Tras una racha nefasta, el español suspiraba por un resultado no condicionado por factores ajenos a su rendimiento. En Montmeló, piloto y equipo navegaron con precisión a través de una serie de incertidumbres, decisiones y maniobras en pista para lograr un sexto puesto que difícilmente estaba en los papeles el viernes. Ni un solo fallo. “Por fin, por fin…”, respiraba un aliviado piloto tras conseguir esa 'pequeña victoria' que estuvo a su alcance. "Sí, sigue siendo mi circuito talismán, fin de semana talismán...".

"La perfecta ejecución"

Viernes, dos sesiones libres con otras tantas conclusiones provisionales: buen ritmo a una vuelta, pero con degradación en tandas largas que dejaba a McLaren a los pies de los Racing Point, Renault y Ferrari. Pero solo se contaba con dos antídotos. El primero, exprimir el MCL35 para la clasificación. Séptimo, aunque se escapó Albon. El segundo, un agresivo enfoque de carrera que defendiera esa posición. "Con la posibilidad de una estrategia a dos paradas… Podríamos estudiar también una parada, pero a la vez hay mucha gente hablando de dos y esto dará oportunidades, pero exigirá una ejecución perfecta de la carrera, así que veremos". De ello trató el GP de España para Carlos Sainz y McLaren.

Primer acto. En la salida, Sainz culebreó hacia el interior de la primera curva, casi rumiando la hierba, pero mantuvo la posición. Luego, Sainz se estabilizaba tras Albon, ese Red Bull que se había escapado vivo el día anterior. Segundo acto. ¿Qué estrategia elegiría McLaren? ¿Una?, ¿dos paradas? La elección y el momento para ejecutarla podrían sentenciar en el tráfico al piloto. “No ha sido fácil leer la carrera, había muchas estrategias diferentes, no ha sido fácil no desviarnos de ella, y ha dado su fruto”, explicaría luego Seidl. McLaren se mantuvo fiel a una elección de riesgo: dos primeros relevos con blandos y el medio para terminar. Se necesitaba agresividad en pista para aprovecharlos. El menor fallo del piloto para optimizar esos compuestos o de los mecánicos en boxes repetiría las escenas del Red Bull Ring, Hungría o Silverstone.

Controlando a Albon por delante, a Gasly por detrás y a Leclerc en la distancia, Sainz hacía la goma con su ritmo para gestionar el neumático, pero también incómodo, luego lo sabríamos, con un MCL35 torpón con los depósitos llenos. Primera parada. Los mecánicos de McLaren cumplen sobradamente. En su vuelta a la pista, Sainz incluso adelanta a Checo, que se la devuelve. Los neumáticos blandos se confirman como una buena elección frente a Albon. El Red Bull también cae. Cada movimiento del equipo o del piloto va encajando las piezas de un puzle que toma cuerpo a la perfección. Pero restaba una última parada. De nuevo, los fantasmas del pasado. “Estoy contento por los mecánicos, seguro que esto les da un poco de confianza con esas cuatro paradas buenas, y espero que nos sirva para coger algo de confianza”. Sainz lanzaba el guante del agradecimiento a los suyos. La última parada seguía hilando finamente el tapiz de la carrera para, a continuación, afrontar otro momento crucial.

No todo fue perfecto

“De lo que estoy seguro es de que el último motor era muy malo, no rendía como debía durante… algunas carreras, desafortunadamente”. Sainz la dejaba flotando en el aire al terminar. El español rodaba en la recta tras Ocon cuando Albon volvía a la pista. Sainz zigzagueaba con el Renault primero y adelantaba al Red Bull después. Luego sacó esos guantes de boxeo que tanto le gustan y esquivó los golpes de Albon hasta hacerle gimotear por la radio. “Es complicado el batir a un Red Bull, y también hacerlo en carrera, así que estoy más inclinado a pensar que estaría muy bien que termináramos donde estamos”, apostaba Sainz el sábado tras los clasificatorios. El Red Bullseye recibía la flecha del español y perdía uno de sus monoplazas frente a otro que rodaba a años luz el viernes. Ya solo faltaba deslizarse hacia la meta.

Pero con un bonus final ante la sanción a Checo Pérez. "Lo malo es que me ha doblado Verstappen, ese doblaje me hizo perder dos segundos y no he podido pasar a Checo. Luego, Max no ha doblado a los Racing Point, pero cuando me ha doblado le he podido seguir, señal del buen ritmo de nuestro coche vacío y al final de carrera". Faltaron 1,5 segundos para ser quinto. Superaba en meta a un Red Bull, a los dos Ferrari, a Renault y casi, casi al Racing Point de Checo.

“Por fin, por fin una carrera limpia, sin problemas, luchada. Probablemente ha sido de las más luchadas, diferente, por las paradas con tantos coches con estrategias distintas. Llevamos mereciendo un resultado así varias carreras y tenía que llegar en el gran premio de casa”. Sainz repetía ese “por fin” una y otra vez en las entrevistas tras la carrera. Por fin, fortuna y rendimiento se fundieron en un abrazo. Todo había salido bien. ¿Todo? No todo. "Cuando he pasado por la curva 5, he mirado a la grada, no había nadie, siempre lo celebro con ellos, y me ha dado bastante pena. Ojalá sea la última carrera y volvamos todos el año que viene". Para lograr otra ‘pequeña victoria’, como es tradición en Montmeló. Pero será ya diferente. Será con Ferrari.

"Recuerdo que en una ocasión Gilles me dijo: 'Lo que te mantienen motivado son las pequeñas victorias, el decirte a ti mismo que eras quinto y que no se podía hacer más de lo que hiciste. Mientras te vayas con esa sensación de la carrera, esto es lo que permite seguir". El veterano periodista británico Nigel Roebuck recordaba una conversación con el mítico Gilles Villeneuve, autor de carreras prodigiosas con un Ferrari sin esperanzas de victoria. Salvando las circunstancias del tiempo y los protagonistas, Carlos Sainz también cosechó en el GP de España su 'pequeña victoria' particular. Andreas Seidl lo sintetizó al final de la carrera. “Carlos ha maximizado todo lo que teníamos hoy”.

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