Cómo el legado de María de Villota sigue vivo en un precioso casco y un mono de carreras

“Los pilotos al final almacenamos cascos, monos y material de las carreras como recuerdo, pero con este se trataba de que tuviera un destino solidario, que es la idea del Legado de María de Villota”. El piloto español Andy Soucek fue nombrado embajador de la obra que mantiene viva la llama de las acciones y proyectos solidarios iniciados por la piloto española tras su accidente y antes de su fallecimiento en 2013. Como embajador, y también para competir durante el pasado año, Soucek diseñó un casco especial. Ahora, todo su equipamiento de piloto servirá para algo más que decorar las vitrinas.

“Ha sido para un una de las cosas más bonitas que me han pasad en mi vida”, explica Soucek al reflexionar sobre este año fuera del coche de carreras. “Siempre digo que la gente que tenemos la posibilidad debemos ayudar a quien más lo necesitan, y el vehículo del Legado tiene todo el sentido para mí. Es algo que empezó una amiga mía y que ha mantenido su familia”. Ahora ese casco con la estrella de la propia María, el mono y los botines usados durante todo un año de carreras servirán, no para recordar victorias y podios, sino para pagar tratamientos a niños con enfermedades mitocondríacas neuromusculares. Es lo que deseaba De Villota.

La subasta

Tras su accidente en Fórmula 1, y además de la dura experiencia clínica, la piloto española sufrió un proceso de transformación interior que la hizo volcarse en desarrollar programas solidarios como el Primera Estrella, destinado a recaudar fondos para Fundación Ana Carolina Mahou. El programa nació como experiencia para ayuda a niños y jóvenes en edad pediátrica, de 0 a 18 años, con un tipo enfermedades mitocondríacas neuromusculares sin tratamiento farmacológico. Solo a base de tratamientos especiales que ayuden a mejorar sus condiciones de vida cotidianas se pueden paliar sus dolencias. La enfermedad no se cura. María se volcó al cien por cien con ellos.

En sus inicios, los tratamientos consistían en fisioterapia en sala, pero ahora la Fundación ha logrado ampliarlos a cuatro más, pequeños avances como poder asistir al colegio, dar los primeros pasos, irse de vacaciones o, simplemente, no tener dolores.... Pero esos tratamientos requieren fondos. Es uno de los objetivos del Legado, y para ello Andy Soucek cogió el testigo de Marc Gené, Carlos Sainz, Antonio García o Pedro Martínez de la Rosa. De aquí la subasta abierta al público.

“Este casco es una edición especial por se embajador del Legado”, explica Andy Soucek a El Confidencial. “Durante un año quise rendir un homenaje a María, a Emilio (De Villota, padre de María) y al Legado, y quise integrar mi diseño original del casco con el de María y el de Emilio. Es un diseño increíble y de mucho valor emocional, de los más bonitos con los que he competido. Les hice entrega a la familia del casco y han decidido que tuviera un impacto dentro del Legado. Por eso se destinarán los fondos logrados en una subasta 'online' para que todo el mundo pueda pujar y los fondos son para Fundación Ana Carolina Diez Mahou".

No es dinero, son tratamientos

“Al final, cuando hablas en euros, la gente no lo interpreta así, lo que realmente marca es el número de tratamientos conseguidos con las acciones que hemos llevado a cabo durante el año”, explica el español. Todos los fondos recaudados se cuantifican así. Con este fin, Soucek también organizó en 2019 junto con la familia una serie de actividades solidarias, entre ellas el Festival de la Velocidad, en la última cita del campeonato Blancpain en Montmeló, donde más de setenta pilotos se congregaron para rendir homenaje al Legado. Con los fondos logrados durante el fin de semana se lograron el equivalente a 1.600 tratamientos, indican desde la Fundación.

“La subasta durará una semana. El casco, el mono y las botas que ganaron cuatro carreras en Estados Unidos no solo tienen el valor venal, sino también el emocional. Parte con un precio de salida y si no se cubre, se lo quedará la familia. La idea es que la gente pueda pujar para que al final quede en las manos de quien lo valore”, señala Soucek, que ha vivido un curso intenso como piloto oficial de Bentley, tanto en Europa como en Estados Unidos.

"Me derrumbé"

Al margen de las emociones y la adrenalina de las carreras, ¿qué le ha aportado a Soucek lo vivido fuera de las pistas? “Es gratificante por un lado y duro por otro porque cuando haces algo por gente que está en situación muy complicada te das cuenta de lo afortunado que eres y cómo perdemos la perspectiva. Esto te marca de alguna forma, sobre todo cuando estás cerca de esta gente, porque cuando lo ves en la televisión y se te olvida, pero cuando lo vives de primera mano te sensibilizas mucho”.

¿Y momentos concretos que se lleve guardados, además de las victorias en 2019? “Uno fue el nombramiento como embajador, un día inexplicable. Pero de llorar a moco tendido y no poder contenerme fue el discurso de Emilio Villota padre durante el Festival de la Velocidad. Al final ves a un padre, yo también tengo una hija, y piensas en lo que ha debido pasar al perder a su hija. Le oyes hablar y te dices: 'ojala fuera yo la mitad de valiente de lo que es Emilio'. Me derrumbé, no fui capaz de mantener las emociones". La subasta está en marcha.