Sainz cae en la Q2 y se prepara para una carrera que vale más de 6 millones de euros

Después de un inicio fulgurante con un séptimo puesto en Austin, las cosas no están yendo como Carlos Sainz hubiera querido en sus primeras carreras de Fórmula 1 con Renault. Por varios motivos, no ha logrado aún volver a puntuar. El español volvió a sufrir en la última sesión clasificatoria de la temporada, con problemas que le impidieron aprovechar el buen rendimiento del Renault R.S.17 y meterse en una Q3 que habría llegado por virtud tanto de la velocidad del monoplaza como por el talento del piloto. Todo esto llega en un Gran Premio con un valor económico enorme para Renault.

"Hay aspectos positivos, pero es una pena porque teníamos coche para entrar en la Q3, así que es una faena", comentaba el madrileño a los micrófonos de 'Movistar+' tras bajarse de su coche. Aunque a lo largo del fin de semana no había logrado estar en los mismos tiempos que un Nico Hulkenberg que suele ir bien en Yas Marina, en la Q2 el monoplaza no respondió y ello impidió que pudiera haber dos Renault en el top 10, algo que sin duda sería útil en su lucha por el sexto puesto en el campeonato de constructores.

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Problemas de motor impiden brillar a Sainz

"Hemos tenido una Q2 difícil. En el primer intento no he podido mejorar, y en el segundo he tenido un problema de motor y no hemos podido mejorar", contaba Sainz sobre la complicada segunda parte de la sesión clasificatoria. Más allá de lo contrariado que estaba por no poder pasar a la Q3, el ritmo de los terceros entrenamientos libres había sido prometedor, por lo que los problemas fueron particularmente decepcionantes: "Debo decir que, por mi parte ha sido un poco decepcionante al final, especialmente porque sentimos que teníamos el ritmo en los Libres 3 y Q1 para pasar a la Q3".

Según el propio piloto, su primer intento se vio afectado por un exceso de temperatura en los neumáticos delanteros, siguiendo algo que se ha visto a lo largo de todo el fin de semana, incluso en la Fórmula 2 y la GP3: "Desafortunadamente, la Q2 se vio comprometida por el calentamiento de los neumáticos delanteros. Tuve una mala vuelta y no pude llevar los neumáticos a la temperatura adecuada, así que la vuelta más rápida no fue óptima", reconoció. Aún así, se muestra optimista para una carrera que será importantísima: "Hemos demostrado que tenemos ritmo en tandas largas, así que mañana vamos a buscar una buena carrera y entrar en los puntos" concluyó".

Hulkenberg, una vez más el paladín de Renault

Dicen que la experiencia es un grado y para Sainz, la falta de la misma se nota en contraposición con un Hulkenberg que lleva todo el año a bordo del R.S.17, además de haber disputado la pretemporada y tener la oportunidad de adaptar el coche a su estilo. En 2018 ya habrá tiempo para los duelos, pero por ahora en Renault hay que pensar en lo que verdaderamente importa: los 6 millones y medio de euros que le reportaría al equipo el hecho de batir a Toro Rosso en la clasificación general. Sainz es consciente de ello y valora el rendimiento de su compañero de forma positiva: "Hulkenberg está en una muy buena posición y eso coloca al equipo en un buen lugar para la carrera de mañana, lo que es muy importante".

Renault está ahora mismo a cuatro puntos de Toro Rosso en la clasificación reservada para los constructores, pero con un cuarto puesto como mejor resultado firmado por Sainz en Singapur para la estructura de Faenza, el empate le daría la 'victoria' a los italianos. De esta forma, Renault necesitaría sumar cinco puntos en total para superar a Toro Rosso, esperando que estos últimos no lograran llenar la bolsa con algún otro punto. En el caso de Gasly y Hartley, parece difícil que lo logren. Pero incluso en ese caso, hay que lograr un séptimo puesto si puntúa uno de los coches o un octavo si el segundo monoplaza logra ser noveno o décimo.

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Sainz y Hulkenberg se la juegan en la última carrera del año y su actuación podría costarle —o darle— seis millones y medio de euros a su equipo: el premio por ser sexto en la general. Esta vez, el paladín será el alemán, quien se ha mostrado más rápido en general. Por algo es ganador de las 24 horas de Le Mans —lo logró en 2015 en su segunda carrera con Porsche— y por algo es el piloto con más carreras disputadas sin lograr subirse al podio. La suerte no le habrá llegado pero tiene todo el respeto del paddock. Habrá tiempo para las luchas, los duelos y las rivalidades entre los dos pilotos de Renault. Pero en la última carrera de 2017, hay que pensar como un equipo y cumplir con el objetivo. Para lucirse, siempre estará 2018.