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"Con tres monoplazas por banda, no cortan el mar sino vuelan Mercedes y Ferrari..."
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SUPLIR LA HIPOTÉTICA MARCHA DE RED BULL

"Con tres monoplazas por banda, no cortan el mar sino vuelan Mercedes y Ferrari..."

Las negociaciones siguen abiertas, pero una eventual retirada de Red Bull activaría un mecanismo automático para que Mercedes, Ferrari y McLaren completen el mínimo de 20 monoplazas

Foto: Hamilton y Vettel en el podio del GP de Japón (Reuters).
Hamilton y Vettel en el podio del GP de Japón (Reuters).

¿Tres Ferraris, otros tantos Mercedes y quizás un trío de McLaren en la parrilla del Gran Premio de Australia de 2016? Hoy es una posibilidad real, como también es munición política para desdibujar la posible marcha de Red Bull de la Fórmula 1 mientras el globo de la presión extrema se está hinchando incluso también para sus rivales.

“Hay muchas conversaciones que están en marcha entre bastidores y, obviamente, el promotor de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, está preocupado por lo que va a pasar con nosotros”, explicaba estos días Christian Horner en Servus, el canal televisivo de Red Bull: “Es un tema importante que, con suerte, podemos resolver en las próximas semanas. Es algo crítico. Se hace tarde, muy tarde”. Agobiante para Adrian Newey y los suyos, pero también para quienes deban acudir con la manguera para apagar el fuego provocado por el posible adiós de los austríacos a la Fórmula 1.

Mecanismo automático si se baja de veinte coches

“Este es el escenario. Si no tenemos un motor que nos permita competir por la victoria, preferimos parar”. La amenaza de Dietrich Mateschitz articulada por boca de su fiel escudero Helmut Marko en septiembre quedó bien definida. Tras negarse Mercedes a sustituir a Renault, el presidente de Ferrari empezó a recular de su oferta inicial por las mismas razones que los alemanes.

Si finalmente dicha amenaza se hiciera realidad y la parrilla bajara de veinte coches, el pacto de CVC y Bernie Ecclestone con los equipos obligará a los más potentes a poner automáticamente en pista una unidad adicional a las dos habituales. Con la llegada del equipo Haas, sólo harían falta dos monoplazas aunque desaparecieran Red Bull y Toro Rosso. Mercedes y Ferrari serían los primeros candidatos a ese tercer coche. En McLaren posiblemente no estén para muchos trotes al respecto.

Teléfonos echando humo

A Toto Wolff le parece “una gran idea” aunque con la boca pequeña defienda que “la prioridad número uno es que sigan (Red Bull) en la Fórmula 1”. A la postre, la cabra tira al monte: “Desde nuestro punto de vista está claro que debemos priorizar nuestra propia competitividad”. Es decir, a Red Bull que le den… otros los motores. Los teléfonos deben echar humo estos días.

“Estamos en conversaciones con dos fabricantes. La decisión no recae sobre Toto Wolff. Se realiza a un nivel más alto”, revelaba Horner al mismo medio insinuando que siguen abiertas las negociaciones con Mercedes mientras 'ninguneaba' al responsable de su división deportiva. ¿Dejará en evidencia la cúpula alemana a Wolff cuyo rechazo al acuerdo con Red Bull es frontal? Y si escuchamos a Horner, las puertas de Ferrari siguen abiertas.

Algunos rumores recientes apuntan a que el fabricante italiano suministrará sus propulsores a Toro Rosso, que no necesitaría unidades 'pata negra'. Y quién sabe si Ferrari también aprovecharía la oportunidad para, con el acuerdo de suministro, empezar a cortejar a sus jóvenes promesas -Sainz y Verstappen- para el futuro.

“¡Necesitamos una respuesta!”

Mercedes, Ferrari, McLaren y otros rivales se beneficiarían de una hipotética redistribución de los derechos económicos adquiridos por Red Bull en la Fórmula 1 si este abandonara. Con ellos también financiarán el tercer monoplaza que, según estimaciones del propio Wolff , supondría un presupuesto adicional en torno a los 30 millones para toda la temporada.

La situación de incertidumbre tiene con el corazón en un puño a la plantilla de Red Bull, como reconoce el propio Horner. Y a Adrian Newey de los nervios. “Estamos a comienzos de octubre y los diseñadores en Milton Keynes quieren saber qué hacer con el RB12. ¿Cuándo queremos tener la solución? ¡Hace dos semanas!”, explicaba Horner sobre las angustias técnicas de su responsable técnico.

“Adrian Newey me dijo: Christian, necesitamos una respuesta. Sé qué hacer con la parte trasera y delantera del coche pero también necesitamos saber qué hacer con la del medio”. Refrigeración, diseño de los pontones laterales, transmisión… Si Red Bull sigue en la Fórmula 1, Newey y los suyos dormirán pocas horas hasta marzo.

Pero los 'bomberos' también se enfrentan a otros desafíos logísticos: “Hacen falta seis meses de aviso previo”. En septiembre de 2014, cuando se planteaba la opción de suplir las desaparición de Manor o Caterham, Eric Boullier precisaba que entonces “era ya demasiado tarde” para poner en pie el funcionamiento de toda la operativa para un tercer monoplaza de cara a una temporada entera. “El piloto es lo de menos, es lo más fácil”, aseguraba. Estamos casi a mediados de octubre…

Pocos antecedentes del tercer coche

En los años 70, Lotus, Brabham y McLaren llegarían a poner tres coches en pista para pilotos 'cliente'. Así entraron en la F1 Nigel Mansell (1980), Nelson Piquet (1978) o Gilles Villeneuve (1978), pero al margen de la estructura oficial. Habría que remontarse a los años 50 para que marcas como Maserati, Alfa Romeo o Ferrari pusieran varios coches en pista; era otro esquema de Fórmula 1. En la actual no existen casos como el que podría producirse en 2016, cuando tres W07 o F16T idénticos (si así se denominaran) salieran a la pista bajo el paraguas de un equipo oficial.

De momento, hay que esperar acontecimientos. El tiempo corre en contra de Red Bull. Adrian Newey y los suyos deben estar comiéndose las uñas. Tal y como está el patio, ya podrán considerarse afortunados de estar en la parrilla de 2016. Otro tema es que, salvo milagro, ya estén despidiéndose del título.

¿Tres Ferraris, otros tantos Mercedes y quizás un trío de McLaren en la parrilla del Gran Premio de Australia de 2016? Hoy es una posibilidad real, como también es munición política para desdibujar la posible marcha de Red Bull de la Fórmula 1 mientras el globo de la presión extrema se está hinchando incluso también para sus rivales.

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