Helmut Marko y Red Bull no son el oráculo de Delfos: Buemi y Alguersuari aún tienen vida

"Alguersuari y Buemi han tenido la oportunidad durante tres años, y tras este tiempo es posible evaluar el desarrollo de los pilotos. No hemos visto en ellos ninguna posibilidad de crecimiento. Ambos merecen ser pilotos de Fórmula 1, pero para nosotros no es suficiente. Necesitamos ganadores".

Helmut Marko, el principal gestor de Red Bull en la Fórmula 1, justificaba así la despedida –sorprendente para muchos- de sus pilotos. Al margen del estilo en el trato público hacia Buemi y Alguersuari, quizás el austríaco se haya aventurado  demasiado al sentenciar  su futuro de manera tan prematura.

¿No tienen recorrido ganador Buemi y Alguersuari?  

Nadie como los responsables de Red Bull  con el nivel de información técnica para calibrar internamente el potencial de sus pilotos. El propio Ascanelli ha trabajado con Senna y Vettel, por ejemplo. Y según los parámetros de Red Bull, ninguno de los dos alcanza la dimensión del alemán. Poco cabe rebatir al respecto porque, entre otras cosas, quizás Red Bull no vuelva a encontrar a nadie semejante.

En la Fórmula 1 los pilotos evolucionan según sus diferentes características personales, el entorno, y la calidad del material técnico a su alcance. Sin embargo, con el criterio que Marko parece querer sellar en el lomo de Buemi y Alguersuari, ni Mika Hakkinen ni Jenson Button, por ejemplo, habrían sido campeones del mundo. El finlandés debutó en 1991, en 1994 completó su primera temporada completa con McLaren. No ganó su primera carrera hasta 1997. Pero batió dos veces a Schumacher.  

La carrera de Button es suficientemente conocida. Hoy, en McLaren se derriten con el británico. Hakkinen debutó con veintitrés años. Button con veinte. Con veintiún años -la edad con la que Button fue despedido de Renault por Briatore- Alguersuari lleva casi cincuenta grandes premios a sus espaldas. No se trata tanto de señalarle como un potencial campeón del mundo, pero tampoco la despedida de Red Bull debería negarle el pan y la sal para, con el tiempo y condiciones adecuadas, convertirse en un potencial ganador en el futuro. Buemi sí llevaba encima tres temporadas y una larga pretemporada. Alguersuari, a todos los efectos, llevaba dos años. 

¿Un repentino cambio de rumbo?

Marko tiene las mejores condiciones para decidir, pero tampoco  es el oráculo de Delfos, como se ha comprobado en otras ocasiones. Por ejemplo, cuando expulsó del Red Bull Junior Team al canadiense Robert Wickens, que derrotó  en las World Series este año a Vergne y Ricciardo, los futuros pilotos de Toro Rosso. También fueron cuestionables algunas de sus decisiones.  Le tocó a Alguersuari, por ejemplo, arrojado a los tiburones a partir de Hungría 2009 en una decisión que echó las manos a la cabeza de muchos protagonistas en la Fórmula 1. 

Tampoco conviene descartar en la decisión sobre Alguersuari y Buemi el estilo autocrático de gestión en Red Bull. Se asombraba Christian Horner ante la rapidez de Dietrich Mateschitz  cuando le anunciaba la estratosférica demanda económica de Adrian Newey. "Vamos a hacerlo" contestó al cabo de unos segundos al teléfono. Así funciona también Red Bull. Cuando las señales que emitían apuntaban en una dirección la moneda cayó por la otra cara para sorpresa general. Algo ocurrió por el camino en noviembre o, simplemente se intentó engañar a todo el mundo porque la decisión estaba tomada a mediados de año independientemente de los resultados en pista. Quizás el mercado francés, cerrado hasta 2008 para Red Bull igualmente tenga que ver algo en ello.

"El coche no ha sido suficientemente bueno"

La parte técnica también ayuda o perjudica a un joven piloto. En este sentido, Alguersuari y Buemi  han competido en un solo equipo en la Fórmula 1, y había que recordar al STR2 durante la primera mitad de temporada. No es de extrañar, en todo caso, ya que el equipo italiano ha debido levantar en estos dos últimos años una estructura técnica capaz de diseñar y construir un monoplaza tras romper lazos con Red Bull Technologies.

Por ejemplo, ante la fiabilidad de final de temporada, Sebastian Buemi,podía haber recibido de Marko las públicas disculpas que les ha pedido Frank Williams a sus pilotos ("Simplemente, el coche no ha sido suficientemente bueno, y por ello solamente podemos pedirles perdón"). Quizás, con otro monoplaza, también Buemi y Alguersuari hubieran ofrecido mejor perfil. De esto, Marko no ha hablado, lógicamente. 

Ahora, a Alguersuari le falta "inteligencia"

Buemi  es ahora piloto reserva en Red Bull. ¿No se premia siempre al más fuerte? Jamie batía al suizo en las dos temporadas juntos y también cumplía con los objetivos impuestos para 2011. Pero entre dedicarse al simulador  de una estructura que te ha condenado o rehacer tu carrera fuera, esta opción puede más incierta, aunque quizás más positiva a largo plazo. Grosjean y Hulkenberg -este con un palmarés impresionante en categorías inferiores- lo podrían confirmar.

Buemi y Alguersuari no serán ganadores. Marko "dixit". Y algún reconocido periodista que elegía al español entre los cinco mejores pilotos de la temporada, recibe ahora el "mensaje" de que al piloto español le falta "inteligencia" ¿Lo descubren en 2011, después de llevar Alguersuari toda una vida deportiva con los de Red Bull? ¿Es todo una cuestión de falta de mayor proyección? ¿Se justifica así otros objetivos? Cuando termine 2012 quizás podamos comprobarlo con los resultados de Ricciardo y Vergne.  

El Red Bull Junior Team ha vuelto a  demostrar que supone un privilegio para los elegidos,  pero también un estigma cuando dejan de serlo. Red Bull domina la Fórmula 1 con su esquema global de gestión y sus inmensos recursos económicos. Helmut Marko es su 'factótum'. Pero tampoco significa que sea el oráculo de Delfos. Jaime Alguersuari afronta ahora el gran desafío de demostrarlo.