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Las vacaciones obligatorias, último motivo para desconfiar del enemigo en el paddock
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IR A UNA PLAYA ESPAÑOLA, SUBIR EL ALPE D'HUEZ O JUGAR AL GOLF EN LA NIEVE

Las vacaciones obligatorias, último motivo para desconfiar del enemigo en el paddock

Las vacaciones obligatorias son el último elemento de desconfianza entre los equipos. Acusar de que alguna escudería no ha descansado podría ser el siguiente motivo de

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Las vacaciones obligatorias, último motivo para desconfiar del enemigo en el paddock

Las vacaciones obligatorias son el último elemento de desconfianza entre los equipos. Acusar de que alguna escudería no ha descansado podría ser el siguiente motivo de disputa en la Fórmula 1. “Confiamos en el resto de equipos y estamos muy seguros de que todo el mundo se atendrá a lo acordado”, señaló Ross Brawn poco antes de hacer las maletas en dirección a alguna playa del mundo. En un deporte donde cada segundo se cifra en euros, es raro que la desconexión vaya a ser total. “Cada uno se llevará los deberes”, apuntó Marc Gené el pasado domingo en el GP de Hungría.

Dentro de las medidas de reducción de costes, la FIA acordó desde el año pasado el cierre de las fábricas durante dos de las tres semanas de parón en agosto. Equipos como Ferrari, Red Bull o Hispania han estado trabajando estos días y su periodo de libranza comenzará a partir del domingo por la noche.

Poder mirar al cielo, respirar y dejar de lado el ruido de los motores y el olor a gasolina. Son privilegios que vienen bien a algunos para reflexionar pero que a otros incomoda por suponer un freno al impulso tomado en las últimas semanas. En el caso de Mercedes GP cada jornada de trabajo es vital para no perder la batalla definitivamente con los equipos punteros. Los sponsors también preferirían que no cesara el movimiento para que sus ‘pegatinas’ continuasen apareciendo por la prensa.

Un toque de queda a la inversa

No habrá ninguna vigilancia especial, todos confían en que las puertas de las factorías enemigas se mantengan cerradas durante 14 días. Queda prohibido el intercambio de emails entre los trabajadores o una reunión privada de los miembros de un equipo. Un toque de queda a la inversa.

Los cerebros se apagan. Incluso el de Adrian Newey, quien confiesa que muchas veces mientras duerme continúa con su órgano gris en funcionamiento. “Hay que poder desconectar. Si no uno pierde toda su creatividad”, asegura el jefe técnico de Red Bull.

Mecánicos e ingenieros son los que más valoran estos días de receso ya que a veces sufren una jornada laboral de 24 horas durante algunos grandes premios.

Subir el Alpe d’Huez, ir a alguna ‘spanish beach’ o golf en la nieve

La mayoría de los pilotos disfrutarán de una desconexión plácida. Mark Webber, por ejemplo, quiere escalar un puerto del Tour de Francia, el de Alpe d'Huez, en bicicleta junto con el ex campeón mundial Alain Prost. "Espero poder seguirle el ritmo y divertirme un poco", dijo Webber. Heikki Kovalainen prefiere “jugar al golf en la nieve” de su natal Finlandia. “Quiero mejorar mi hándicap”, señala el finés a la agencia DPA.

Nico Rosberg se vendrá a alguna playa española y Jenson Button prefiere las de Hawaii. Otros como Daniel Ricciardo tienen mucho que trabajar para adaptarse plenamente a un bólido de Fórmula 1 y ha confesado que sólo tendrá “cinco días de vacaciones plenas”.

El objetivo es dejar los problemas en el túnel de viento, el cockpit o en el despacho. Bernie Ecclestone tendrá que haber dejado sus preocupaciones en el de su abogado. Esta semana se supo que su amigo Flavio Briatore fue quien realizó el pago de 27,8 millones de euros al banquero alemán Gribkowsky, dentro del caso que lleva su nombre. "Briatore no ha estado involucrado en esto de ningún modo. Él realizó el pago por mí porque yo se lo pedí, ya que Gribkowsky amenazaba con crearme problemas y no quería que el dinero se pagara desde el Reino Unido", dijo el magnate británico en declaraciones al Daily Express.

Las vacaciones obligatorias son el último elemento de desconfianza entre los equipos. Acusar de que alguna escudería no ha descansado podría ser el siguiente motivo de disputa en la Fórmula 1. “Confiamos en el resto de equipos y estamos muy seguros de que todo el mundo se atendrá a lo acordado”, señaló Ross Brawn poco antes de hacer las maletas en dirección a alguna playa del mundo. En un deporte donde cada segundo se cifra en euros, es raro que la desconexión vaya a ser total. “Cada uno se llevará los deberes”, apuntó Marc Gené el pasado domingo en el GP de Hungría.