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El Cid Campeador, Roglič y un 'uyyyy': dos etapas de la Vuelta a España por Burgos
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Segunda etapa

El Cid Campeador, Roglič y un 'uyyyy': dos etapas de la Vuelta a España por Burgos

Philipsen se impone entre Caleruega y el barrio burgalés de Gamonal, mientras que el esloveno retiene el maillot rojo y se desmarca como el favorito

Foto: El pelotón ciclista durante la segunda etapa de la Vuelta a España, de 166,7 kilómetros, entre Caleruega y Burgos. (EFE)
El pelotón ciclista durante la segunda etapa de la Vuelta a España, de 166,7 kilómetros, entre Caleruega y Burgos. (EFE)

Empieza la Vuelta a España, que es una cosa siempre ilusionante. Quiero decir... el Tour es el Tour, y a ti te encontré en la calle, pero la Vuelta tiene sus momentos de recordar, como cuando pasa la carrera por tu pueblo y salís todos los coleguillas así, moviendo las manos. Eso no te lo da la Grande Boucle, ¿eh? Bueno, los de Bilbao en breve van a poder hacer esas cosucas, pero por ahora me sirve.

Empieza, digo, la Vuelta a España, y lo hace cumpliendo tanto las previsiones que da hasta un poquito de asco. Roglič domina, Bernal decepciona, Mas y MAL dejan buenas sensaciones de cara a su sitcom pendiente de estreno, Landa coquetea con la leyenda, Madrazo aún no tiene la Play 5... Cosas todas ellas esperables (sí, sí, no finja pasmarse, que sobreactúa mucho), pero con su sustancia, y su compango, y sus detallitos para contar.

placeholder El pelotón ciclista durante la segunda etapa de la Vuelta a España entre Caleruega y Burgos. (EFE)
El pelotón ciclista durante la segunda etapa de la Vuelta a España entre Caleruega y Burgos. (EFE)

Salía esta carrera de la Catedral de Burgos. Un Camino de Santiago rarísimo, oigan, llegando hasta Jaén y Almería, luego subiendo otra vez a Cantabria, pillando montañucas por medio. En fin, jubileo beodo, parece, pero con la iglesia hemos dado, Sancho, y aquí no hay chistes (más allá del chiste de Alonso, que topó físicamente con la iglesia... vamos, que se dio una hostia con su muro). Y eso, que desde el mismo pulpito episcopal pedaleaban los corredores (bueno, desde la portada, que tampoco es cosa de andar interrumpiendo misas y turismo). Dicen que si hace la catedral de Burgos este año ocho siglos justos, y de ahí la celebración. Tienen hasta día concreto, en julio. Que uno se imagina a algún cantero trasmerano avanzando curro en casa, hablando pantojo (corran, corran a buscar qué es... prometo que no quedan decepcionados) con sus paisanos y riendo muy fuerte, y entonces ya la onomástica habría que adelantarla, y queda todo más deslucido, pero en fin... comprendemos.

Roglic parece no tener rival

Una crono, dijimos. Por la capital burgalesa. Siete kilometritos, prólogo de los de toda la vida. Ensalada ligera, que estamos empezando, pero con sus buenos trozos de torreznos (a la ensalada hay que echarle siempre torreznos, por si acaso) subiendo hasta el Castillo. Rampas, dureza que suma. Si quieren ustedes conclusiones perfectamente precipitadas se las vamos a dar. Primera conclusión precipitada... Roglič va a ganar esto con una pata. Es el tío más serio, el más fiable. Trae mejor equipo que nadie, no suele fallar nunca. Y encima va y el primer día mete palo gordote. Entre esto y el Picón Blanco del lunes se presenta el esloveno con minuto y pico de ventaja. Porque en Picón va a acelerar, eso lo sabemos todos, ¿no? Dentro del último kilómetro, vale, pero va a acelerar. Y aquello es duro, oigan. De la crono... poco que decir. Concentrado, acoplado, mentalizado y cuantos participios más quieran ustedes meter. El tío siempre deja huella, y eso se agradece.

placeholder El ciclista eslovaco Primoz Roglic conversa con el ecuatoriano Richard Carapaz. (EFE)
El ciclista eslovaco Primoz Roglic conversa con el ecuatoriano Richard Carapaz. (EFE)

Segunda conclusión precipitada: el resto no son rivales. Desempeño irregular. Algunos bien, como MAL. Otros por encima de lo esperado, como Mas. Los de allá... en su sitio, véase Carapaz. Sorpresas... Vlásov, también Aranburu. Bernal un poquito peor de lo que suele ser él, solo que como Bernal últimamente anda en plan Ardenas (arriba, abajo, arriba, abajo) pues uno no sabe bien si es casualidad o tendencia. Ah, Pidcock ha celebrado adecuadamente su oro olímpico, no como Roglič. Para ciertas cosas es una pena ser tan pro.

Tercera conclusión precipitada: a Mikel Landa se le va agotando el tiempo. Etapa que resta ante su gran objetivo: entrar en la leyenda. Ayer estuvo a punto de hacerlo. Tarde en el prólogo, imagina... eso sí que es una forma digna de joder la Vuelta a España. Faltaban cinco segundos y aún no asomaba el morruco alavés por la rampa de salida. Oh, sí, esto puede ser épico. Sucede que en el último instante alguien le grita. Mikel, Mikel, que he entrado en la Wikipedia y esto ya se hizo. Sí, sí, lo de salir con retraso. Sí, como lo oyes. Y en el Tour, nada menos.

Así que Landa echó una maldición, y vio que aquello no era lo suyo, porque ser segundo en bici puede molar, pero ser segundo en para las epopeyas es tanto como no existir. En fin. Quizá por esos nervios de última hora hizo una crono tirando a pésima. Puesto 88, aplausos de cuatro skins que estaban en meta. De entre los importantes solo quedó detrás de él Hugh Carthy, pero es que un británico en Burgos a catorce de agosto... en fin, fuera de su elemento. Si la crono hubiese sido en Magaluf lo mismo gana (o hace balconing, ojo). El lunes tendrá ocasión para resarcirse. Los dos. Veremos.

Foto: Mikel Landa durante la primera etapa del Tirreno-Adriático 2021, en marzo. (EFE)

Así que... Roglič de rojo y segunda etapa. Llana. Muy llana. Acojonantemente llana. De Caleruega a Burgos, otro barrio distinto del de ayer, camino hasta el Apóstol. La Vuelta a España es la Vuelta de las Catedrales, amigos, solo que la frasecilla hortera seguro que ya la han dicho unos tres mil setecientos catorce juntaletras de este país, así que vamos a obviarla. Por respeto.

Y eso, que caminito por las tierras del Cid. El Cid (aclaramos, por si algún lector es youtuber o tiktoker) fue un señor muy viejo (de allá por el año mil, redondeando) que hizo montones de cosas. Obligó a un rey a jurar por su honor (como la comisión antidopaje de la UCI), fue mercenario la mitad de su vida (como Roberto Heras en US Postal) y hasta ganó batallas después de muerto (como Froome la Vuelta 2011). Además tenía mullet (cual Zarrabeitia temporada 1993) y hablaba así, en plan vente conmigo, Vane, que vamos a hacer una conquista 'to güena' y mazo guay. Que lo he visto en una serie de televisión, y las series de televisión son los nuevos libros.

Y tal, que por tierras del Cid. Todo muy amarillo, todo muy planuco. Paisanos con botas de vino en las cunetas, hojas de árboles que se mueven, pero regular. ¿Abanicos? Vamos, no joda usted, pero ¿ha visto qué día más bueno hace?, déjeme que tome algo el sol, que a mí las marquitas de coulotte me gustan, que luego fardo con los colegas en la playa. Así que eso... todos arropados por sus escuadras (en el ciclismo actual el pelotón parece un cuadro de Pollock, con pinceladas sostenidas de color aquí y allá... luego se cae el primer gregario y nos manda a tomar por el culo al líder, también les digo, o miren ustedes a Schachmann) y tres temporeros por delante buscando lucir maillots. Rubio, Azparren y Martín. O Burgos, Euskaltel y Caja Rural, si lo prefieren. Seguramente en ese contexto entendamos mejor el asunto. Puertas Mavisa, Zahor y La Casera. Etcétera. Qué chulos, los kits.

placeholder Xabier Azparren, Diego Rubio y Sergio Román durante una segunda etapa muy llana. (EFE)
Xabier Azparren, Diego Rubio y Sergio Román durante una segunda etapa muy llana. (EFE)

En fin, que una lucha titánica, homérica, entre avanzadilla y gran grupo. Diferencias que caen poco a poco, emoción hasta el último instante, la ONCE intenta hacer cortes, Fernando Escartín luchando por entrar, todo el PDM metiendo cuneta. Solo que no. Nada de eso. Sprint y ya. A ver, no nos vamos a hacer los sorprendidos, pero... Si ayer Burgos (capital) lució bastante bien durante la crono, igual este domingo Burgos (provincia) no lo ha petado en exceso. Ya les digo que mañana será otro día, en todos los sentidos...

Lucha cerrada, eso sí, porque una victoria es una victoria, y los domingos, además, suelen ser días solo aptos para humillaciones y dolor de cabeza. Molano arranca de lejos, Matthews va guiñando ojos al público, Jakobsen parece un tren de mercancías entre los hombros y las patas, Philipsen gana, porque su equipo tiene siempre a alguien en condiciones de ganar. Salió bien. Sin más historias. Ah, algunos perdieron tiempo por las caídas, pero tiene pinta que la carrera no va a cambiar demasiado por ello, porque ni de la Cruz ni Adam Yates están parar mirarte así, como si fuesen Laurent Fignon.

El lunes más. Primera subida seria. A ver. Y qué calor, oigan.

Empieza la Vuelta a España, que es una cosa siempre ilusionante. Quiero decir... el Tour es el Tour, y a ti te encontré en la calle, pero la Vuelta tiene sus momentos de recordar, como cuando pasa la carrera por tu pueblo y salís todos los coleguillas así, moviendo las manos. Eso no te lo da la Grande Boucle, ¿eh? Bueno, los de Bilbao en breve van a poder hacer esas cosucas, pero por ahora me sirve.