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El TAS reprende a España por no sancionar las anomalías en el pasaporte biológico
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Sanción por dopaje al ciclista Ibai Salas

El TAS reprende a España por no sancionar las anomalías en el pasaporte biológico

El TAS suizo tumba una sentencia del Tribunal Administrativo del Deporte español, castiga al ciclista Ibai Salas y consolida al pasaporte biológico como medio de prueba en la lucha antidopaje

Foto: Congreso anual de la Agencia Mundial Antidopaje 2019 (Efe).
Congreso anual de la Agencia Mundial Antidopaje 2019 (Efe).

Aunque el pasaporte biológico sea una compleja innovación médica en la lucha contra el dopaje, la historia del ciclista del Burgos-BH Ibai Salas (Bilbao, 1991) es bastante sencilla de contar: hace casi dos años la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) le sancionó con 3.001 euros de multa y cuatro años sin competir por violaciones de las reglas antidopaje. El deportista recurrió entonces al Tribunal Administrativo del Deporte, que en marzo de 2019 anuló la sanción por defectos de forma. El caso irritó profundamente a las autoridades antidopaje españolas y mundiales, hasta el punto de que la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) decidió llevar el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana (TAS) y la justicia ordinaria española.

El caso ya tiene solución: esta misma semana el TAS ha confirmado la sanción de cuatro años y la anulación de todos sus resultados desde el 25 de enero de 2017. Las consecuencias de este laudo, sin embargo, van muchísimo más allá del futuro de Salas (que dio por concluida su carrera deportiva el pasado año, motivado por la sanción inicial del Consejo Superior de Deportes). Afecta al pasaporte biológico, núcleo central del combate internacional contra el dopaje.

placeholder Ibai Salas, durante la última etapa de la Vuelta Ciclista al País Vasco de 2018 (Efe).
Ibai Salas, durante la última etapa de la Vuelta Ciclista al País Vasco de 2018 (Efe).

El pasaporte biológico es básicamente la recopilación de los parámetros fisiológicos de un deportista a través de diversos análisis (sangre, sobre todo, y orina) durante un espacio de tiempo prolongado. Un símil válido para entender su utilidad contra el dopaje son los radares de tráfico: los controles antidopaje puntuales son como un radar en un punto determinado, que certifican si alguien se ha dopado poco antes de una competición con una sustancia ilegal que eleve su rendimiento a corto plazo. El pasaporte biológico es como un radar de tramo: detecta si un atleta se ha dopado en cualquier momento de una determinada época. Y al determinar los valores naturales de la sangre de los atletas, detecta ciertas anomalías inmediatamente.

"Numerosas anormalidades"

La decisión del TAS es un serio revés para la justicia deportiva española: el tribunal suizo determina que las numerosas anormalidades halladas en las muestras de sangre tomadas al ciclista entre enero y agosto de 2017 “indican una alta probabilidad de dopaje” en época de competiciones, sin que Salas pudiera alegar en ningún momento un motivo fisiológico o patológico que lo justificase. Y le otorga suficiente valor como para ser prueba de la infracción.

La AEPSAD ha centrado desde hace algunos años su foco precisamente en el concepto de pasaporte biológico, y para ello realiza controles por sorpresa en tiempo de competición y de no competición (contando con expertos propios en hematología para su posterior análisis). La decisión en 2019 del TAD español (que no aceptó el pasaporte como prueba suficiente de la comisión de una infracción) fue un golpe severo para esta estrategia de la Agencia, puesto que invalidaba inspecciones hematológicas similares practicadas a otros deportistas. (Y cuestionaba, en el fondo, su propio enfoque de la materia).

De ahí la enorme importancia de este laudo para la Agencia Española Antidopaje, reforzada por una decisión profusamente argumentada que influirá indudablemente en el recurso paralelo que hay interpuesto en la justicia ordinaria (Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo) contra ese fallo del TAD.

"Hoy se están sancionando deportistas en casi todos los países menos el nuestro”

En conversación con este periódico, el director general de la AEPSAD, José Luis Terreros, muestra su satisfacción por que se “mantenga el pasaporte biológico recogido en el Real Decreto sobre Dopaje de 2017 y se pueda utilizar en España igual que en otro países: hoy se están sancionando deportistas en casi todos los países menos el nuestro”.

Terreros explica que “en el caso de Ibai Salas, la posibilidad de que no se hubiera dopado el ciclista era de una por diez mil. No se sanciona a nadie por dar unos marcadores raros; esos resultados se envían a unos hematólogos especialistas en sangre humana, con formación muy específica, que saben determinar si las alteraciones se deben a una enfermedad o a manipulaciones externas, con sustancias o con un ingreso de sangre extraña. Deben decidirlo por unanimidad tres hematólogos distintos, a veces de países diferentes. Y lo determinan con extraordinaria precisión”.

Foto: Marta Domínguez ha sido desposeída del oro mundial de 2009 y la plata europea de 2010 (Efe)

El TAD cometió un “error absurdo que demuestra desconocimiento de la ley”, en palabras de Terreros: “Afirmaron que cuando aparece un resultado adverso en el pasaporte hay que hacer más estudios adicionales, que no sirve como medio de prueba. Y no es así… Lo que dice la ley es que se deben continuar los análisis, y que decidan los hematólogos. No hay que hacer más estudios. Confunden la primera fase (resultado anómalo) con la segunda (resultado adverso), valoración para la que hacen falta varios informes científicos concurrentes de hematólogos especializados”.

El caso de Ibai Salas fue la primera vez que un sancionado por pasaporte biológico recurrió su caso ante el Tribunal Administrativo del Deporte, cuya labor en esta materia queda ahora desacreditada. Cuando se falle el recurso abierto aún ante la justicia contencioso-administrativa, la aprobación del pasaporte biológico como medio de prueba podría ser definitiva. En la Agencia Española Antidopaje cunde el optimismo: “Probablemente se basarán en el laudo, del TAS, que es muy didáctico y explica todo. Porque tenemos la razón”.

Aunque el pasaporte biológico sea una compleja innovación médica en la lucha contra el dopaje, la historia del ciclista del Burgos-BH Ibai Salas (Bilbao, 1991) es bastante sencilla de contar: hace casi dos años la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) le sancionó con 3.001 euros de multa y cuatro años sin competir por violaciones de las reglas antidopaje. El deportista recurrió entonces al Tribunal Administrativo del Deporte, que en marzo de 2019 anuló la sanción por defectos de forma. El caso irritó profundamente a las autoridades antidopaje españolas y mundiales, hasta el punto de que la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) decidió llevar el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana (TAS) y la justicia ordinaria española.

Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD)
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