La nueva vida de Vogel, la ciclista que quedó parapléjica tras un choque entrenando

El 26 de junio, la ganadora de dos oros olímpicos con Alemania Kristina Vogel, subió a su bici en Cottbus (Alemania) para realizar un entrenamiento más. Lo que no sabía es que esa sería la última vez que iba a practicar el deporte que tanto ama. Mientras entrenaba en el velódromo chocó con otro corredor y fue arrollada. La trasladaron rápidamente por helicóptero a un hospital de Berlín. Sufrió heridas graves de columna y acabó paralítica de pecho para abajo. Vogel ha narrado al diario 'Der Spiegel' cómo su vida ha cambiado para siempre desde un prisma de positividad.

Vogel era muy consciente de la gravedad de la situación cuando sucedió. "Notaba mucha presión en el cuerpo como si lo tuviera hinchado", comenta al medio germano. Pidió a los médicos que le descalzaran. Accedieron a su petición, pero la ciclista no sintió nada. "En ese momento supe que era parapléjica, que no volvería a andar", dice. Vogel dijo que sufría dolor indescriptible y que en las primeras semanas después de su accidente, temía por su vida. "Tuve que luchar mucho las dos primeras semanas por mi supervivencia". Tuvo que pasar por una segunda operación y cogió neumonía. "Los médicos tuvieron muchos problemas para que ingeriese los analgésicos, no podían darme demasiados porque me habrían paralizado los pulmones", explica.

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G. C.

La alemana de 27 años había ganado oro en la modalidad de sprint en equipos con su compañera Miriam Welte en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 y se llevó el bronce en la misma competición cuatro años más tarde en Río. No se quedó sin oro en Brasil, puesto que ganó esta medalla en la disciplina individual. En total, consiguió 16 medallas en campeonatos mundiales, 11 de ellos de oro y una de plata.

Ciclista y policía

Además de practicar deporte, Vogel también es agente de la polícia alemana y agradece el apoyo y la comprensión que ha mostrado. "La Polícia Federal me ha apoyado mucho". Aunque no trabaja actualmente mientras sigue su proceso de recuperación, su vida laboral no corre peligro. La polícia le ha ofrecido varios puestos de trabajo que podría realizar con su estado físico para que pueda seguir ejerciciendo su profesión. "Me alegro de ser un funcionario público de por vida", comenta.

Un futuro incierto en el deporte

No tiene claro si seguirá vinculada al deporte en la disciplina paralímpica porque todavía necesita asumir su nueva situación y saber qué es capaz de hacer y qué no. "Si todavía no sé qué puedo hacer, ¿cómo puedo saber qué me va a apasionar?", contesta. Ve el futuro como un nuevo comienzo. "Ahora mismo soy cómo un bebé que tiene que aprender a dar la vuelta y sentarse por sí mismo". A pesar de todo por lo que ha pasado, sigue con mucho optimismo. "Es una situación que quiero disfrutar. Básicamente, soy libre por primera vez".

El accidente en junio no fue la primera vez que Kristina había sido víctima de un accidente grave. En mayo de 2009 iba en bicicleta en la carretera cuando un conductor la atropelló con su coche. Tuvo que pasar dos días en un coma inducido y sufrió fracturas en varias partes del cuerpo: las manos, un brazo, la mandíbula y varias vértebras. La única diferencia es que esa vez sus lesiones no le cambiaron la vida de manera permanente y pudo seguir con su carrera deportiva. Volvió una vez casi de milagro, pero no habrá segundo milagro. Eso sí, hay una cosa que no se le ha quitado, su positividad.