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Una etapa en Bilbao con aroma a Clásica donde no apareció Valverde, sino Keukeleire
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no produjo diferencias en la general

Una etapa en Bilbao con aroma a Clásica donde no apareció Valverde, sino Keukeleire

Keukeleire fue el más fuerte en un sprint reducido y pudo levantar los brazos en la capital bilbaína. Nairo Quintana mantuvo el liderato con 54 segundos sobre Chris Froome

Foto: Keukeleire celebra su victoria en Bilbao (La Vuelta.com).
Keukeleire celebra su victoria en Bilbao (La Vuelta.com).

El belga Jens Keukeleire, padre desde hace un mes, se regaló la victoria en un reducido esprint que puso fin a la duodécima etapa de la Vuelta a España, disputada entre Los Corrales de Buelna y Bilbao, de 193,2 kilómetros, en la que el colombiano Nairo Quintana mantuvo el jersey de líder. Keukeleire, otro anónimo en la lista de velocistas que se han atrevido este año con la Vuelta, fue el más poderoso en la Gran Vía de Bilbao. Su valentía y sentido táctico para arrancar en el momento preciso le regaló su primer triunfo en una prueba de las grandes. Les ganó el pulso al francés Maxime Bouet y al italiano Fabio Felline, todos con un tiempo de 4h.31.43.

Segunda victoria para el Orica, que ya abrió su casillero en la Ribeira Sacra con Simon Yates. Esta vez firmada por Keukeleire, un ciclista de 27 años nacido en Lovaina, profesional desde 2010 que fichó por su actual equipo tras ganar dos etapas en la Vuelta a Burgos en 2013. Otro ciclista del segundo escalón de sprinters que han salido del anonimato en esta Vuelta.

Los favoritos no pasaron un día tranquilo, de esos llamados de transición. "Ha sido un día increíble de watios y esto va a pasar factura. Vamos a llegar bastante cascados al fin de semana y a la última semana", dijo Alberto Contador. Valverde secundó a Contador, al llegar reventado a la línea de meta. "Hoy ha vuelto a ser un día muy duro y la alta montaña va a empezar a partir de ahora. Para nada ha sido un día tranquilo", manifestó el murciano.

El triunfo en Bilbao, ciudad que vibró en 2011 con el triunfo del local Igor Antón, era un botín al que aspiraban los aventureros del día, y como entre ellos había ciclistas peligrosos para la general, tocó rodar rápido. La etapa, con el ascenso del Alto de las Alisas y el Vivero en dos ocasiones, terminó con una media de 42,7 kms/hora. Y sin cambios en la general. Nairo Quintana mantuvo la roja y Froome le sigue a 54 segundos. Valverde cierra el podio provisional a 1.05 minutos.

Desde la salida en Los Corrales de Buelna, centro geográfico de Cantabria en el eje del Besaya, se vieron las intenciones. Costó un potosí formar la fuga, pero la insistencia despegó del grupo a David López y Kennaugh, dos hombres de Froome, Atapuma, Elissonde, Brambilla, Hardy y Meintjes. Escapada inaceptable para el Movistar, que hubiera querido una jornada más tranquila, pero la presencia de los Sky obligó a los 'telefónicos' a trabajar para evitar "minutadas" que dieran lugar a sorpresas.

No se dispararon las diferencias. El Vivero, donde Antón desató la locura hace 5 años, fue la tumba para la fuga. El Astana quería jugarse la baza de Luis León Sánchez y tensó el ritmo. Restaban 18 kilómetros para llegar a la meta de la Gran Vía de Don Diego López de Haro cuando se dieron la mano David López y Kennaugh. Se terminó la aventura y empezó la gestión de la etapa.

Un belga, Dries Devenyns, atacó en la segunda ascensión al puerto de segunda, pero no pudo ir muy lejos, entre otros motivos porque se probó Alberto Contador y obligó a reaccionar a los gallos. El jefe de filas del Tinkoff aseguró que se probó, pero que no pudo dejar atrás a sus rivales. "Lo he intentado de cara luego al descenso, pero sé que no voy a tener nada de libertad de movimientos", reconoció el corredor pinteño, quien ha confirmado en la línea de meta que no ha llegado a caerse en el percance que ha sufrido a unos 25 kilómetros de meta, una pequeña montonera que sí le ha obligado a echar pie a tierra.

Luego se lanzó Luis León Sánchez y se fueron a por él unos cuantos predadores que también querían lucirse en la capital vizcaína. Con el pelotón roto por miles de ataques, no hubo forma de organizar un sprint convencional, de tren, colocación y 'guepardo' al frente. Más bien se organizó una llegada anárquica entre 40 aspirantes, favoritos incluidos, que recordó a las grandes clásicas de primavera, donde desaparecen los sprinters en las llegadas después del gran esfuerzo previo en la media montaña y, por tanto, la llegada se convierte en una verdadera lotería. Eso sí, estando Valverde, lo normal es que el triunfo fuera suyo, ya que es superior a cualquier otro fondista en la velocidad. Intentó meterse en el sprint, pero señaló que "había muchos corredores y había que arriesgar, aunque no es ninguna excusa".

Finalmente la gloria recibió a Keukeleire, que no esperaba vivir "el día más feliz" de su carrera. Y no solo por el hecho de ganar la etapa, sino porque su hazaña la presenció en directo su familia. Dijo orgulloso que estaba viviendo "un día muy especial". Una auténtica 'bilbainada' que jamás olvidará y que podrá contar a su hijo, que nació hace un mes.

Este viernes se disputará la decimotercera etapa, entre Bilbao y Urdax-Dantxarinea, de 213,4 kilómetros, la más larga de la presente edición de la Vuelta a España.

El belga Jens Keukeleire, padre desde hace un mes, se regaló la victoria en un reducido esprint que puso fin a la duodécima etapa de la Vuelta a España, disputada entre Los Corrales de Buelna y Bilbao, de 193,2 kilómetros, en la que el colombiano Nairo Quintana mantuvo el jersey de líder. Keukeleire, otro anónimo en la lista de velocistas que se han atrevido este año con la Vuelta, fue el más poderoso en la Gran Vía de Bilbao. Su valentía y sentido táctico para arrancar en el momento preciso le regaló su primer triunfo en una prueba de las grandes. Les ganó el pulso al francés Maxime Bouet y al italiano Fabio Felline, todos con un tiempo de 4h.31.43.

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