El día que Cristiano posó en una jaula de la UFC y en España crecieron las MMA

Hace algo más de un año Conor Mcgregor aparecía en unas fotografías posando en una jaula de MMA con Cristiano Ronaldo. Poca gente sabía entonces en España quién era el luchador irlandés de UFC, pese a que en Estados Unidos ya era una superestrella que genera millones de dólares. De hecho, sus dos peleas con Nate Diaz en abril y agosto de 2016 batieron récords de audiencias en Estados Unidos. Aquella foto formaba parte de una inteligente campaña de promoción del equipo de McGregor en Europa, dada la repercusión mediática del jugador de fútbol portugués. Casi todos los grandes medios deportivos se hicieron eco de un encuentro que parece que se había cocinado en el cumpleaños de Jennifer López. Mcgregor quería formar parte del 'star system' mundial y el futbolista luso podía ser una vía de entrada a buena parte de Europa.

Pero la consolidación de Mcgregor como figura internacional no puede entenderse sin su pelea con Floyd Mayweather el pasado verano. Con este combate McGregor se hizo presente en los medios españoles día sí y día también, ayudando a situar en el mapa nacional las MMA y su campeonato estrella, la UFC. ¿Quiere decir esto que el crecimiento de las MMA en España se debe exclusivamente al crecimiento de McGregor? La respuesta es sí y no.

Las promotoras de MMA en España

En España hay numerosas promotoras pequeñas que preparan veladas para los pioneros de este deporte en nuestro país, los miles de jóvenes que lo practican. Estas pequeñas veladas, que cuentan con un encanto especial, llevan años apostando por los deportes de contacto en general, y por las MMA en particular. En ellas se puede ver indistintamente un combate de kickboxing o uno de artes marciales mixtas, muchas veces en ring, porque la jaula es un recurso de difícil acceso. Uno de los primeros intentos de profesionalizar este deporte lo dio Ansgar Fighting League (AFL) que lleva organizando eventos exclusivamente de MMA desde 2013 y ha contado en varias ocasiones con Abner Lloveras, uno de los luchadores españoles más reconocidos.

Esto quiere decir que las MMA se han extendido poco a poco en España gracias a la acción de pequeños promotores, pero es cuando esta base converge con el interés mediático en figuras como McGregor que las MMA empiezan a despegar. Es entonces cuando personas ajenas a este mundo, aficionados al boxeo especialmente, comienzan a fijarse en él. Hay aficionados del boxeo que reniegan del MMA por considerarlo un deporte menor, una “lucha callejera” o porque simplemente no les convence el uso de las patadas en el ring. El espectador de boxeo tiene sus reservas pero se fija, le atrae, porque en definitiva la lógica es la misma. Y quien se fija en las MMA se queda porque es magnético, al principio por morbo, para qué nos vamos a engañar, y luego, cuando se entiende, porque realmente se valora.

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Entre promotoras y medios

Con el trabajo de promotores y gimnasios especializados, con la consolidación de figuras como McGregor y con el primer reconocimiento mediático, que hace que casi 200.000 personas vean “La hora de la UFC” en GOL TV, este deporte empieza a crecer en España. Este verano ya pudimos ver en Be Mad por primera vez una velada de MMA, “Road to Bellator”, de WFT, y el pasado fin de semana pudimos disfrutar en Madrid de un magnífico evento que congregó a más de 4.000 personas en La Cubierta de Leganés bajo el nombre de Fight Club Slam (FCS), una velada que contó con dos ex peleadores de UFC y con otro de nuestros mejores peleadores, Enrique Wasabi. AFL y FCS han llegado para quedarse y ya tienen programas más veladas para los próximos meses.

Wasabi, Lloveras o Enoc Solves, que pelea en Rusia en M-1, tiran de un deporte que se está haciendo con su parcela a base de golpes. Junto a ellos otros profesionales como Aratz Garmendia o Aridane Romero también cosechan éxitos. Y por detrás de estos luchadores viene toda una generación de jóvenes amateurs que prometen dar mucha guerra. Sergio Rodríguez, Álvaro Ucendo, Andrés Molano o Álvaro Gómez entre ellos.