Un frustrado Marc Gasol no encaja con una epidemia en la NBA llamada 'tanking'

A nadie le gusta perder, pero en cualquier deporte, la derrota es algo habitual. Hay que convivir con ella. La gloria es para unos pocos, a veces solo uno, y el resto tiene que conformarse con perder lo menos posible y sobrevivir. En la NBA solo hay premio para el equipo que se lleva el anillo a finales de junio. De los 29 restantes, 15 entran en los 'playoffs' y, dependiendo de sus expectativas, acaban el curso más o menos satisfechos. Los otros 14 restantes no llegan a eso: a mitad de abril terminan la temporada.

Hace ocho años que eso no le sucede a Marc Gasol. Durante las últimas siete temporadas, los Memphis Grizzlies han jugado los 'playoffs', con la final de la Conferencia Oeste en el 2013 como mejor resultado. La última vez que los Grizzlies perdieron más partidos de los que ganaron fue en la 2009-2010, la segunda de Gasol en el equipo. Rozaron el 50% de victorias (40-42), así que tampoco fue un mal año, sobre todo si se tiene en cuenta de dónde venían: en la temporada 2008-2009, la primera sin Pau en la franquicia, ganaron solo 24 partidos.

Esta temporada llevan solo 18 triunfos después de 60 partidos. Es una situación que parecía olvidada en Memphis, acostumbrada a alargar la temporada hasta finales de abril y principios de mayo. La pasada madrugada, los Grizzlies perdieron en casa por 102-110 ante Phoenix Suns, otro de los peores equipos de la NBA. No han ganado en todo el mes de febrero, han perdido los últimos 11 duelos y 14 de los últimos 16. Solo Sacramento Kings y Orlando Magic tienen una marca peor en lo que va de temporada.

"Estamos siendo blandos"

Preguntado por cómo estaba asimilando las derrotas, Gasol tiró de ironía. "El vino tinto ayuda por la noche", dijo. "Pero tienes que trabajar. Tienes que seguir trabajando, seguir mejorando y no dejarte ir. Yo no lo haré". Un día antes del encuentro había reconocido que su nivel de frustración es muy alto. A lo largo de la temporada no ha escondido su cabreo por la trayectoria del equipo, a veces con mensajes dirigidos a sus compañeros. "Para mí es triste y vergonzoso. Todo el mundo tiene que mirarse al espejo. Estamos siendo blandos y hay que mirarse al espejo, saber qué necesitamos hacer y hacerlo cada noche", declaró en noviembre. Hace unos días, tras el regreso del parón del 'All Star', volvió a referirse a sus compañeros: "Si alguien no juega duro, si no cree en el equipo, no merece estar aquí".

Que a Marc Gasol no le gusta perder está más que claro, pero en sus mensajes hay algo más: si perdemos, que sea luchando hasta el final, viene a decir. Esa es una seña de identidad de la mejor época del equipo, con él y Mike Conley a los mandos. Pero esta temporada, con el base casi inédito por una lesión y sin otros pesos pesados del equipo, que se marcharon en verano, los Grizzlies se han quedado sin nada por lo que luchar en el presente. Y no es un caso excepcional: casi un tercio de la liga está en la misma situación.

La pelea por ser el peor

El 'draft' es una de las principales vías de reconstrucción de una franquicia NBA, sobre todo para aquellas que no son atractivas para los grandes jugadores (es el caso de Memphis). Es la manera de conseguir de forma barata a un estrella en potencia. El problema es que el sistema tiene una consecuencia perversa, al empujar a los equipos a perder lo máximo posible para maximizar sus opciones en la lotería del 'draft'. Cuanto más abajo termines la temporada, más probabilidades tendrás de conseguir una posición alta. Es lo que se conoce como 'tanking', que tan buenos resultados le ha dado a los Sixers, por ejemplo.

La NBA aprobó una reforma para corregir eso, igualando las probabilidades de los tres peores equipos, pero no entrará en vigor hasta 2019 (y está por ver que frene esa práctica). Mientras, esta temporada, se han juntado el último año del formato antiguo, un grupo amplio de jugadores con un altísimo potencial (Luka Doncic entre ellos) y muchos equipos con necesidades. La consecuencia es que hay al menos ocho con más incentivos para perder que para ganar, explicaba esta semana 'ESPN'. Los Grizzlies entre ellos.

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Darío Ojeda

Oficialmente, ningún equipo admite que pierde a propósito o que no se emplea a fondo en ganar. En otras cosas porque la NBA lo prohíbe. Hace unos días multó con 600.000 dólares a Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks, por decir que perder era la mejor opción para su equipo. El mismo día, la liga envió una carta de advertencia a las franquicias. No todos los equipos lo plantean de la misma manera: algunos comienzan la temporada con esa idea en la cabeza; para otros, son las circunstancias las que los llevan ahí. Es el caso de los Grizzlies, que empezaron la temporada con el objetivo de alcanzar los 'playoffs'.

Pero todo se ha ido al traste y ha acabado en una situación inadmisible para el alma ganadora de Gasol: sin ninguna meta más allá de darle minutos a los jugadores más jóvenes para que cojan experiencia, algo habitual en equipos en la misma situación y que es una forma políticamente correcta de apostar por ganar menos. Eso al español no le gusta. "Para eso tenemos una liga y un equipo aquí en Memphis, para desarrollar jugadores. Esto es la NBA, no la D-League (antiguo nombre de la liga de desarrollo)".

"Entiendo que no es una situación fácil. Para mí es algo muy nuevo e intento animarlos a que jueguen de la manera correcta, porque es la única forma en la que vamos a mejorar como equipo", dijo Gasol tras el partido ante los Suns. Tras casi una década en la NBA, el pívot está descubriendo en primera persona una nueva realidad. Una que no le gusta un pelo.