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Robert Swift, ex-NBA que fue matón de un narco, ficha por el Círculo Gijón
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ROBERT SWIFT, A SUS 32 AÑOS, LLEGA A ESPAÑA

Robert Swift, ex-NBA que fue matón de un narco, ficha por el Círculo Gijón

El pivot de 2,13 metros jugará en Primera Nacional de Asturias con el objetivo de conseguir el ascenso con su equipo y dejar atrás el infierno que ha vivido en los últimos años

Foto: Robert Swift, tras su fichaje por Oklahoma City Thunder. (NBA)
Robert Swift, tras su fichaje por Oklahoma City Thunder. (NBA)

Llegar a jugar en la NBA es la mejor experiencia que pude vivir un jugador de baloncesto. Robert Swift puede presumir de haber jugado en la mejor competición del mundo durante cinco temporadas, hasta que dos graves lesiones le dejaron parado más de dos años. Su vida, entonces, cambió radicalmente, hasta el punto de llegar a pasar por la cárcel por trabajar como matón de un narcotraficante. Ahora, a sus 32 años, completamente recuperado, vuelve a jugar, y lo hace en España. En concreto, en el Círculo Gijón Baloncesto, de la Primera División Nacional de Asturias.

Elegido en el número 12 del draft de 2004 por los Seattle SuperSonics —por delante de jugadores como Kris Humphries, Al Jefferson, JR Smith, Tony Allen, Kevin Martin o Trevor Ariza—, estaba llamado a ser un buen jugador de equipo, pues pese a sus 2,13 metros de altura se trataba de un pívot con gran movilidad que había tenido una gran carrera en el instituto y decidió no ir a la universidad y pasar directamente a la NBA.

Sin embargo, tras cinco temporadas en los SuperSonics (en la última pasaron a llamarse Oklahoma City Thunder) no terminó de despegar. En la NBA llegó a jugar 97 partidos, en los que promedió 4,3 puntos y 3,9 rebotes, pero las lesiones de rodilla le castigaron. La primera le hizo perderse la temporada 2006-2007 al completo y la segunda, la mayoría de la siguiente. En la 2009-2010, sin haber debutado aún, fue cortado por los Thunder. A partir de ahí, su vida cambió por completo.

Primero jugó en la liga de desarrollo (G-League), en su Bakersfield natal. Más tarde se fue a Japón, donde fichó por Tokyo Apache. En el conjunto nipón comenzó a retomar confianza, pero la mala fortuna se volvió a cruzar en su camino: el tsunami de 2011 provocó que el campeonato quedara cancelado, por lo que le tocó volver a Estados Unidos. Allí, pronto se vio sin equipo.

Y, entonces, llegó su caída a los infiernos. Con mucho millones de euros en ganancias y sin ocupación, entró de llenó en el mundo de las drogas, sufriendo una importante adicción a la heroína, la metanfetamina y la marihuana. Pronto, una cosa le llevó a la otra y, prácticamente sin saber cómo, pasó a trabajar como matón de un narcotraficante en el condado de King, en Seattle. En 2014 sería detenido por la policía por posesión ilegal de armas, entre ellas un lanzagranadas.

De la cárcel a Gijón

Pocos meses más tarde sería condenado a prisión, después de volver a ser detenido por asaltar una vivienda con un arma de fuego en sus manos. Tras su entrada a prisión, su hermano se volcaría en su rehabilitación: tras dos años de duro trabajo para hacerle olvidar los bajos fondos de Norteamérica y regresar a sus orígenes, el baloncesto, Robert Swift vuelve a estar listo para el deporte. Y España ha sido el lugar que ha elegido para su reinserción.

A sus 32 años, el pivot norteamericano se ha convertido en nuevo jugador del Círculo Gijón Baloncesto, de la Primera División Nacional de Asturias. Se trata del actual colíder de la competición, conjunto por el que ha fichado por lo que queda de temporada y una más. Robert Swift quiere volver a ser feliz jugando al baloncesto y busca volver a tener una vida normal en España. Una vida de éxito y una caída a los infiernos de la que se quiere olvidar en Gijón.

Llegar a jugar en la NBA es la mejor experiencia que pude vivir un jugador de baloncesto. Robert Swift puede presumir de haber jugado en la mejor competición del mundo durante cinco temporadas, hasta que dos graves lesiones le dejaron parado más de dos años. Su vida, entonces, cambió radicalmente, hasta el punto de llegar a pasar por la cárcel por trabajar como matón de un narcotraficante. Ahora, a sus 32 años, completamente recuperado, vuelve a jugar, y lo hace en España. En concreto, en el Círculo Gijón Baloncesto, de la Primera División Nacional de Asturias.

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