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El Madrid, once veces rey de Europa: la clase del Chacho y la épica de Llull conquistan la Euroliga
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Olympiacos 78-79 Real Madrid

El Madrid, once veces rey de Europa: la clase del Chacho y la épica de Llull conquistan la Euroliga

Llull otorgó la copa de Europa al Real Madrid con una canasta en los últimos segundos. Sergio Rodríguez y Walter Tavares, indispensables para remontar ante el Olympiacos

Foto: La celebración del campeón. (EFE/Enric Fontcuberta)
La celebración del campeón. (EFE/Enric Fontcuberta)

El Real Madrid conquistó su undécima Euroliga para poner fin a un mes de locura que empezó con la vergüenza del segundo partido ante el Partizán de Belgrado y acabó con una legendaria victoria ante el Olympiakos en Kaunas (78-79). Un excelso Sergio Rodríguez, escoltado por Walter Tavares, permitió a los de Chus Mateo remontar un encuentro que tuvo perdido durante los últimos siete minutos. Pero la épica estaba destinada a otro Sergio, a Sergio Llull, que después de tener un papel irrelevante en la final, acabó por ser la gran estrella con una última canasta (sus únicos dos puntos) que coronó al equipo blanco como nuevo campeón de Europa. Una vez más y ya van once. Casi de la nada, cuando nadie contaba con los blancos, cuando iba perdiendo 0-2 la serie contra el Partizán, cuando en el Clásico de la Final Four el Barça partía como favorito… apareció la mística, el gen y la calidad del Real Madrid.

Isaiah Canaan estaba de celebración, era su cumpleaños y el regalo fue un acierto escandaloso del tiro exterior en el primer cuarto de partido. El escolta estadounidense es una pieza complementaria dentro del cinco inicial de los griegos, pero en el inicio de la final, Canaan castigó al Real Madrid con tres triples de solo cuatro intentos. El encuentro había comenzado con la misma dinámica que la semifinal ante el Barcelona, la alargada sombra de Walter Tavares llevó a los griegos a confiar en la línea de tres por encima de la lucha bajo los aros. Pero Georgios Bartzokas demostró tener más acierto en su libreta de partido que la de Jasikevicius… y también a Sasha Vezenkov, el MVP de la temporada regular de la Euroliga.

Foto: Carmelo Cabrera bota la pelota defendido por Corbalán. (EFE)

La mejor noticia para Chus Mateo era el rebote: muy dominado por el Real Madrid. Tavares era insuperable bajo aros, aunque no supo el equipo como encontrarlo para aprovechar su superioridad anotadora en el poste bajo. Un dos más, uno de Rudy Fernández (pasarán los años y el capitán del Real Madrid seguirá aportando dinamismo, lucha y calidad desde el banquillo) acercó a los madridistas al final del cuarto. Pudo ser menos la ventaja con una entrada de Hezonja a canasta que, a posteriori, los árbitros pitaron como pasos. Era un eurostep, un paso 0 de manual, pero, para enfado del banquillo merengue, los colegiados corrigieron su decisión.

Subió el nivel el Madrid cuando el tiempo volvió a marcar diez minutos. Guiados por un gran Chacho Rodríguez, que ha realizado una postemporada de Euroliga para enmarcar. El canario volvió a activar a los suyos, ni siquiera un pase imaginativo que acabó en pérdida de balón por varios metros, cesó su energía. El propio Sergio culminó la remontada y puso al Madrid por delante 29-31 con una tiro desde los cinco metros. Ayudó, y mucho, Hezonja, que entró como un animal desbocado en la gran final de la Euroliga. Tiraba, fallaba… e insistía. Y esa personalidad del croata empezó a dar sus frutos (incluido un mate al contraataque de póster). Olympiacos, además, bajó sus registros desde tres. Chus Mateo aceptó el reto de Bartzokas y el Madrid aumentó los intentos desde la línea exterior y encima los metía. Un arreón final de los griegos evitó que los merengues hicieran sangre y se marchasen al descanso con ventaja (45-45). Tocaba un partido nuevo a la vuelta de vestuarios.

El reinicio del encuentro volvió a dar ventaja al Olympiacos. El partido se enfrió, al contrario que las gradas, donde goleaban los griegos con diferencia, y ahí brillaba más el saber estar del mejor equipo de la temporada regular de la Euroliga. Canaan castigaba desde tres al Madrid y los de Chus Mateo no sabían como atacar en estático. Al menos, los griegos no llegaron a aprovechar demasiado sus minutos de superioridad y la diferencia de puntos era escasa. La entrada, una vez más, del Chacho Rodríguez dio aire fresco a la ofensiva blanca para volver a empatar la finalísima. Se marchó cuatro arriba Olympiacos para el último cuarto gracias a un triple de Rudy en el último segundo que bailó en el aro, pero acabó fuera.

placeholder Los 'Sergios', protagonistas. (Reuters/ Ints Kalnins)
Los 'Sergios', protagonistas. (Reuters/ Ints Kalnins)

No se reanudó de la mejor manera el partido para los blancos. Técnica para el banquillo del Real Madrid, aunque estos argumentaron que el árbitro había señalado a Poirer (descartado por lesión y no miembro oficial del banquillo) por sus protestas. Por si fuera poco, el MVP de la competición, Vezenkov, se jugó un triple desde siete metros para enloquecer a la grada griega de Kaunas. Llevaba cinco triples intentados y ninguno conseguido. Cosas de saberse el mejor. Ventaja de más siete a ocho minutos del final. Hora de apretar los dientes para los madridistas.

Entró en el partido Fabien Causeur para anotar dos triples salvadores que permitían al Madrid agarrarse al resultado, pero respondía Vezenkov, ya con 28 puntos en su casillero. Los minutos calientes se acercaban y, como en un combate de boxeo, el Chacho Rodríguez devolvió el gancho con un dos más uno. El punto de inflexión llegaría a tres minutos de la final, cuando dos decisiones consecutivas (de acciones grises) de los árbitros fueron a parar a la casilla de Olympiacos. Seis abajo y tocaba remontar. Y lo hizo, como no, guiado por Sergio Rodríguez: conectó con Tavares, castigó desde la línea de tres… Lo hizo absolutamente todo. Y, de forma milagrosa, el Madrid llegó a los últimos 12 segundos de la final uno abajo y con bola. El banquillo griego diseñó la jugada para frenar a Sergio Rodríguez y, esta vez sí, la pizarra de Chus Mateo rompió los esquemas. El último ataque madridista se lo jugó Sergio… Llull.

El escolta, que había tenido un desempeño discretísimo en la final, acabó por decidirla con una canasta para la posteridad. Pasito atrás para sobrepasar el palmeo y entrar limpia. Tres segundos le quedaron a Olympiacos para la épica, pero esto es Europa y este es el Real Madrid, da igual qué disciplina. 78-79 en el marcador y la undécima Copa de Europa para el conjunto de Concha Espina. No traten de entenderlo.

El Real Madrid conquistó su undécima Euroliga para poner fin a un mes de locura que empezó con la vergüenza del segundo partido ante el Partizán de Belgrado y acabó con una legendaria victoria ante el Olympiakos en Kaunas (78-79). Un excelso Sergio Rodríguez, escoltado por Walter Tavares, permitió a los de Chus Mateo remontar un encuentro que tuvo perdido durante los últimos siete minutos. Pero la épica estaba destinada a otro Sergio, a Sergio Llull, que después de tener un papel irrelevante en la final, acabó por ser la gran estrella con una última canasta (sus únicos dos puntos) que coronó al equipo blanco como nuevo campeón de Europa. Una vez más y ya van once. Casi de la nada, cuando nadie contaba con los blancos, cuando iba perdiendo 0-2 la serie contra el Partizán, cuando en el Clásico de la Final Four el Barça partía como favorito… apareció la mística, el gen y la calidad del Real Madrid.

Isaiah Canaan estaba de celebración, era su cumpleaños y el regalo fue un acierto escandaloso del tiro exterior en el primer cuarto de partido. El escolta estadounidense es una pieza complementaria dentro del cinco inicial de los griegos, pero en el inicio de la final, Canaan castigó al Real Madrid con tres triples de solo cuatro intentos. El encuentro había comenzado con la misma dinámica que la semifinal ante el Barcelona, la alargada sombra de Walter Tavares llevó a los griegos a confiar en la línea de tres por encima de la lucha bajo los aros. Pero Georgios Bartzokas demostró tener más acierto en su libreta de partido que la de Jasikevicius… y también a Sasha Vezenkov, el MVP de la temporada regular de la Euroliga.

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