Lorenzo Brown, I de España: de su polémica nacionalización a ser un líder para la Selección

5 de julio de 2022, se anuncia la nacionalización exprés por carta de naturaleza de Lorenzo Brown. 18 de septiembre de 2022, España gana su cuarto Eurobasket con un director de orquesta que nada tuvo que envidiar a los de antaño, José Calderón, Ricky Rubio y Sergio Rodríguez. Un jugador que ha entrado en el quinteto ideal y que estuvo cerca de ganar el MVP, que finalmente logró su compañero Willy Hernangómez.

Apenas había esperanzas depositadas en esta Selección. Esa era la realidad. La polémica estaba servida después de esa nacionalización de Brown, que no tenía vínculos con España. Un equipo que, precisamente, tenía problemas en el puesto de base después de las lesiones de Ricky y Carlos Alocén y de la renuncia de Sergio Rodríguez.

"A mí no me parece bien fichar a un jugador que no tiene ningún vínculo con un país. Como capitán, se lo he dicho al presidente"

El sindicato de jugadores (ABP) criticó la medida porque consideraba que se enviaba un mensaje "nocivo" y que la medida tenía "un impacto muy negativo tanto sobre el presente como sobre el futuro". "A mí no me parece bien fichar a un jugador que no tiene ningún vínculo con un país. Como capitán, se lo he dicho al presidente, a Jorge Garbajosa", declaró Rudy Fernández. Luego todo se arregló y Brown jugó "hasta a la pocha" con 'La Familia'. Su impacto en el equipo resultó extraordinario, mucho más de lo que, deportivamente, se podía pensar.

Los galones de Lorenzo

Si se dejan al margen las polémicas extradeportivas, el campeonato de Brown ha sido brutal. Tanto, que se le ha colocado el seudónimo de 'Lorenzo I de España'. Ha sido el guía necesario, en tiempos de luz y de oscuridad. Un base que ha solucionado los problemas de España en la posición, al que nunca le ha temblado el pulso y que se ha entendido a la perfección con Alberto Díaz.

Porque España tuvo momentos difíciles en octavos, cuartos y semifinales, tal vez menos en la final. Ahí emergió Brown, junto a Willy, para sacar las castañas del fuego. Su parsimonia no tenía nada que ver con su juego: era un engaño. Un truco de encantador de serpientes para dejar fuera de combate a unos rivales que no encontraron antídoto a su juego.

Brown supo correr cuando la Selección lo necesitó, también temporizar el partido en su debido momento. España no pendía de un hilo, como frente a Alemania, pero los franceses se acercaban. Ahí apareció él para dirigir y Juancho Hernangómez para ejecutar. Si no se aliaba con uno de los hermanos, lo hacía con el otro. Siempre sabía a quién darle la pelota. Eso no es casualidad.

La complicidad con Alberto Díaz

España ha tenido bases muy buenos, pero Lorenzo no se queda atrás. Encontró en Díaz el acompañante perfecto. Además de liberarlo de defender a los rivales más peligrosos (Denis Schröder en el caso de Alemania), también le quitaba la carga de crear el juego. Y le permitía jugar a su libre albedrío. Todo eran ventajas. Así nacen los grandes binomios.

La concentración ha sido otra de las armas de Brown, que en ningún momento pareció despistado. Este era un grupo joven que necesitaba de este perfil de jugadores que hubieran estado en lugares desconocidos para otros. Esa mezcla es lo que más enriquece. Y Lorenzo ha sido el vivo ejemplo. Es difícil imaginarse una victoria ante Lituania en los octavos de final, a la postre, el partido más difícil e igualado de las eliminatorias, sin él en pista.

Era difícil vaticinar que después de la retirada de la mejor generación de la historia llegara un éxito así. El mérito es de los jugadores, pero también de Sergio Scariolo. El equipo es de autor. Como él mismo dijo, consiguieron "engañar" a los demás hasta plantarse en la final. Ahí ya no hubo opción para el rival: España estaba lanzada y no iba a permitir que le quitaran el Eurobasket. Los próximos torneos serán la prueba de fuego de este equipo. Si el Eurobasket ha sido flor de un día o el inicio de una era. Todo está por ver. Por ahora, es momento de disfrutar. Algunos hasta piden el 'título de español del año' para Lorenzo Brown.