Alberto Díaz y unas lágrimas que representan a toda España en el pase a la final del Eurobasket

Su boca dejó de emitir palabras porque la emoción se impuso al raciocinio. Alberto Díaz, el mismo jugador que había dejado fuera de combate a Dennis Schröeder, estaba llorando delante de las cámaras frente a todo un país. Fue el enésimo capítulo de la epopeya de Sergio Scariolo y los suyos. Un círculo que el jugador de Unicaja cerró en una historia cargada de romanticismo y de tintes épicos.

El malagueño entró en la prelista de Sergio Scariolo, pero fue descartado por una lesión. Precisamente, fue la baja de Sergio Llull la que lo llevó de nuevo al equipo. El seleccionador recurrió a un Díaz que ya se ejercitaba con el Unicaja, pero que se llenó rápidamente de ilusión cuando Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, le explicó su regreso: "¿Cuál es mi avión?", preguntó Alberto.

Su papel es el del secundario al que nadie conocía y el que acaba sorprendiendo a todos. El debate giraba en torno a la nacionalización de Lorenzo Brown (el mejor de la Selección en el torneo, por cierto), cuando el público general desconocía a Díaz. El malagueño aún tenía que enseñar sus cartas al más alto nivel. Junto al otro base, se ha mostrado muy complementarios. Así es como España ha estado más cómoda sobre la pista.

El gesto de Schröeder

El partido que completó ante Alemania fue de menos a más. Díaz se cargó de faltas muy pronto y, de hecho, fue eliminado a última hora. Era consciente de que eso era un lastre para defender a Schröeder, un avión en el ataque teutón. Al malagueño, sin embargo, no le asustó el base alemán, al que neutralizó a las mil maravillas. Los números hablan por sí solos: con Alberto en pista +25 para España; sin él -20.

Schröeder nunca se olvidará de esa imagen. Tras anotar una canasta y colocar a Alemania con siete puntos de ventaja, le hizo un gesto a Díaz, pero a este no lo intimidó en absoluto. Desde ese momento, el alemán no anotó más en el partido y eso que quedaba más de siete minutos del último cuarto. Por su parte, Alberto fue fundamental en la defensa española para la épica remontada.

Las lágrimas fueron las de toda España. No importa que ahora ya no está la generación de oro porque Scariolo siempre crea equipos competitivos. Lo más importante que ha quedado en la Selección es la fe, el buen rollo, el compromiso y la resistencia. En una actitud similar a la de Rafa Nadal, este equipo es difícil de batir. Habrá que ver qué pasa frente a los franceses, donde Alberto puede llorar otra vez por haber encontrado aún más felicidad.