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FIBA fracasa con un 'agotador' Eurobasket de gradas vacías
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AÚN NO HAN CONSEGUIDO ENGANCHAR AL AFICIONADO

FIBA fracasa con un 'agotador' Eurobasket de gradas vacías

Una de las tónicas predominantes en este Eurobasket de Eslovenia está siendo el ambiente tan desangelado y desapacible que presentan las gradas

Foto: Un grupo de españoles en el Stocize Arena en el partido entre España y Finlandia (Efe).
Un grupo de españoles en el Stocize Arena en el partido entre España y Finlandia (Efe).

Una de las tónicas predominantes en este Eurobasket de Eslovenia está siendo el ambiente tan desangelado y desapacible que podemos observar en todos y cada uno de los pabellones donde se está disputando este torneo. Ya sea en Celje, Jsenice, Koper o en la capital Ljubljana, el caso es que en ninguno de ellos (a excepción de algunos concretos y fundamentalmente los del equipo anfitrión) vemos la pasión por el baloncesto que debiera despertar un Campeonato de Europa de selecciones nacionales. Si bien en la Final Four de la Euroliga, la organización de la máxima competición continental de clubes apostó por una ciudad (Londres) y por un país (Inglaterra) con ninguna tradición en esto del mundo de la canasta, no ocurre lo mismo con lo que ha hecho FIBA para este Eurobasket. Eslovenia, como buena república balcánica, ha mamado y respirado baloncesto por todos sus poros y, sin embargo, algo falla. La gente no acude a los pabellones.

No cabe duda que este fracaso de público está en el debe del máximo organismo del baloncesto internacional. No hasabido atraer al público, y no será por el precio de las entradas, que han oscilado entre los 15 y los 55 euros en la primera y segunda fase y se moverán entre los 20 y los 180 a partir de los cuartos de final. En el caso de las localidades más baratas no parecen un desembolso desorbitado. Pero ni por esas, la gente en Eslovenia está pasando olímpicamente de ‘su’ Eurobasket, que no de su selección. La media de espectadores en estas dos primeras fases ha rondado los 1.500 espectadores en unos pabellones que acogen a unos 5.500 espectadores (el Stocize Arena tiene capacidad para 12.500). Aproximadamente un cuarto de entrada en la gran mayoría de los partidos.

¿Dónde está la clave de este fracaso? Algunos podrán pensar que el gran número de bajas en cada selección, con multitud de jugadores NBA que se han ‘borrado’ de esta competición, puede ser uno de los argumentos de peso para explicar una situación tan delicada. Pero quizá hay que dar una vuelta de tuerca e ir un poco más allá, concretamente al formato de juego y la inexplicable decisión de organizar un Campeonato de Europa cada dos años en lugar de cada cuatro, tal y como se hace en otros deportes. Aspecto éste que no es nuevo, todo hay que decirlo, ya que viene siendo así desde 1947.

Que sea bienal no ayuda en las actuales circunstancias de competición. Las diferentes ligas europeas, y ya no digamos la NBA, tienen calendarios muy cargados y que cada dos veranos los profesionales se queden sin descanso y vacaciones provoca que muchos de ellos no acudan. Quizá el organismo que dirige el baloncesto mundial debiera plantearse la idea de celebrarlo cada cuatro años y asegurarse la presencia de las grandes estrellas.

Otro cantar es el del formato de competición. Las dos eternas fases de grupos, sobre todo en el caso de la primera, y el gran número de selecciones que acuden al Eurobasket provoca la pérdida de emoción. Hay algunos equipos que no dan la talla y, además, algunos partidos carecen de la trascendencia suficiente como para que el público se rasque el bolsillo y compre una entrada para determinados enfrentamientos.

¿Respuesta en la fase decisiva?

Pero entramos en los duelos a cara o cruz, esos en los que los equipos continúan en el campeonato o hacen la maleta rumbo a casa. La última jornada de la segunda fase y las rondas eliminatorias deben presentar el aliciente necesario para que eslovenos y forasteros acudan al Stocize Arena para animar a los suyos, dar colorido a las gradas y correspondera lo que debe ser un Campeonato de Europa. Quedan los mejores, se supone que son esos equipos que brindan el mayor espectáculo y, además, ahí estará el anfitrión, ingredientes suficientes para cambiar el decorado.

De no ser así, a la FIBA se le van a subir los colores. Si ver las gradas durante estos días tras han sido pequeñas patadas en la boca del estómago, no digamos qué puede ser si se repite en el momento álgido del torneo. Ahora bien, sea un éxito de público o no la última semana del Eurobasket, los mandamás de este tinglado debieran reunirse, reflexionar y buscar una solución al respecto con vistas a la cita de Ucrania 2015. La de Eslovenia, por el momento, está siendo un fiasco.

Una de las tónicas predominantes en este Eurobasket de Eslovenia está siendo el ambiente tan desangelado y desapacible que podemos observar en todos y cada uno de los pabellones donde se está disputando este torneo. Ya sea en Celje, Jsenice, Koper o en la capital Ljubljana, el caso es que en ninguno de ellos (a excepción de algunos concretos y fundamentalmente los del equipo anfitrión) vemos la pasión por el baloncesto que debiera despertar un Campeonato de Europa de selecciones nacionales. Si bien en la Final Four de la Euroliga, la organización de la máxima competición continental de clubes apostó por una ciudad (Londres) y por un país (Inglaterra) con ninguna tradición en esto del mundo de la canasta, no ocurre lo mismo con lo que ha hecho FIBA para este Eurobasket. Eslovenia, como buena república balcánica, ha mamado y respirado baloncesto por todos sus poros y, sin embargo, algo falla. La gente no acude a los pabellones.

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