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Kas 1967: el primer equipo de baloncesto y la primera Copa que enamoraron a Vitoria
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Kas 1967: el primer equipo de baloncesto y la primera Copa que enamoraron a Vitoria

Vitoria acoge por séptima vez la fase final de la Copa del Rey de baloncesto. En la primera, hace cincuenta años el equipo local jugó la final contra el Real Madrid: era el Kas

Foto: Pepe Laso (centro) se retira lesionado en un partido del KAS en 1966 (Foto: Javier Añua)
Pepe Laso (centro) se retira lesionado en un partido del KAS en 1966 (Foto: Javier Añua)

Antes de que el Baskonia comenzara su ascenso hacia la elite del baloncesto europeo, hubo un equipo en Vitoria que ayudó a crear una afición que 50 años después se mantiene igual de fiel. En 1967, el recién ascendido Kas llegó a la final de la Copa del Generalísimo, celebrada por primera vez en la capital vasca, y cayó por 85-80 ante el Real Madrid. Medio siglo después, dos de los protagonistas de ese episodio, el entrenador Javier Añua (Vitoria, 1935) y el base Pepe Laso (Madrid, 1938), recuerdan aquel fin de semana antes de que la fase final de la Copa aterrice por séptima vez en la ciudad.

Foto: Cuadro de la Copa del Rey ACB 2017.

"Yo tengo muy mala memoria", advierte Laso, al que mirar hacia atrás no es lo que más le gusta hacer. Tanto él como Añua tienen buena parte de culpa en la irrupción de un equipo de provincias en el primer nivel del baloncesto español. Antes del Kas, solo otro equipo de fuera de Cataluña y Madrid había jugado una final de Copa: el RC Naútico de Tenerife en 1965. "En aquella época solo había baloncesto en Madrid y Barcelona. En el resto de sitios había un retraso de 20 años", afirma Laso. "Aquí íbamos con retraso. En Bilbao había cierta tradición, pero aquí la fuimos creando con un equipo que iba cambiando de nombre en función de quién nos pagaba las camisetas", añade Añua.

"En el 65 el equipo ya era competitivo y jugamos una fase de ascenso contra el Águilas de Bilbao. Ganamos con una gran diferencia aquí y allí nos faltó el mejor jugador, que se nos fue de vacaciones, y perdimos de un punto más. Entonces apareció el Kas, que pensaba que había posibilidades para la publicidad. Nos patrocinó, con muy poco dinero, pero nos permitió tener un equipo mejor", recuerda el entrenador. Kas era la empresa de refrescos fundada por Luis Knörr en Vitoria en los años 50. Ya patrocinaba a un potente equipo de ciclismo en el que había corrido Federico Martín Bahamontes y que se mantuvo hasta finales de los 70, con un epílogo mediados los 80.

La pista del Frontón Vitoriano quedaba tan ajustada, que Pepe Laso se ayudaba de la pared para superar a su defensor cuando el árbitro no estaba mirando

En el crecimiento del Kas fue importante el fichaje de Laso, que estaba retirado y volvió a jugar porque Añua le convenció. Los dos se habían conocido en 1964, cuando el segundo fue asistente del primero en una selección española júnior en la que jugaban Aíto García Reneses y Vicente Ramos. "No recuerdo por qué circunstancia me nombra su ayudante", dice Añua. Laso sí: "Después de salir del Madrid siento alguna decepción en algún equipo adonde voy, y en un plazo de un año me ofrecen la selección júnior. La cojo porque la había dejado (Antonio) Díaz Miguel, y la propia federación me dice que en Vitoria hay un hombre que hace muchísimo baloncesto, que le gusta mucho, que por qué no me lo llevo de ayudante. Ahí lo conocí". Tras esa experiencia, Laso volvió a Madrid a trabajar en el negocio de su padre, pero Añua empezó a pedirle que se fuera a jugar con él. Hasta que lo consiguió. "Me convence porque me gusta mucho el baloncesto", afirma Laso.

"Un baloncesto que no nos correspondía"

Aquella relación, que aún hoy se mantiene, benefició mucho al Kas. Laso hizo de reclutador para el equipo y convenció a otros dos madrileños, Serrano y Lázaro, con los que tenía amistad, para que se fueran a Vitoria. "Vinimos tres jugadores de Madrid que le dimos un impulso al equipo. Y con el acierto de Javier fichando a algún americano nos metimos en un baloncesto que si me apuras no nos correspondía", explica. "Los jugadores locales estaban bien, pero no tenían ese punto más", apunta Añua, cuya insistencia acabó relanzando a Laso. "Mi carrera deportiva es rara, porque yo fui internacional estando en el Madrid con 19 años y luego lo volví a ser, de la mano de Javier, casi con 30", dice Laso, padre del actual entrenador del Real Madrid.

placeholder Imagen del Real Madrid y el Kas antes de la final de 1967 en el Frontón Vitoriano (Fuente: Filmoteca Nacional)
Imagen del Real Madrid y el Kas antes de la final de 1967 en el Frontón Vitoriano (Fuente: Filmoteca Nacional)

En su primera temporada en primera división, el Kas acabó quinto. En la Copa, que comenzaba en abril, después de la liga, ganó en la primera eliminatoria al Bosco de Vigo, en la segunda al Atlético San Sebastián y en cuartos de final al Picadero, uno de los mejores equipos del país. Eso le dio la clasificación para la fase final, que el club pidió que se jugará en el Frontón Vitoriano. "Creo que fue gracias a la gestión de Javier", dice Laso. Real Madrid, Estudiantes, Joventut (campéon de liga aquel año) y Kas jugaron allí el 27 y 28 de mayo de 1967.

"Caímos muy dignamente contra el Real Madrid"

"El frontón tenía una ventaja, estaba en el centro de la ciudad, en la Calle San Prudencio, y la ciudad era muy pequeña. A la gente no se le hacía difícil ir a ver los partidos y no había tantos espectáculos. Eran otros tiempos", dice Laso. "Tendría una capacidad para 900 personas. Se llenaba siempre. Pero en la final metimos 2.000", añade Añua, que recuerda que la pista no daba las medidas y los equipos estaban en los fondos. Los de la primera fila de un lateral tenían que apartarse para que los jugadores sacaran de banda y en el otro lado la línea casi tocaba la pared. Eso permitía a Laso, apunta el técnico vitoriano, utilizar el muro para hacer rebotar el balón y superar a su defensor cuando el árbitro no miraba. Laso lo confirma, aunque niega que utilizara ese recurso con asiduidad. "Bueno... Alguna vez lo hice, pero no como una norma. Daba un manotazo contra la pared para escaparme y salir por el otro lado. Es una anécdota".

NO-DO del 5 de junio de 1967, con el resumen del Real Madrid-KAS a partir del minuto 5:47.

"Javier nos concentró en Murgia", recuerda sobre el torneo Pepe Laso, que ejercía como capitán del equipo. "Jugamos el primer día contra el Joventud, al que ganamos contra todo pronóstico creo que el sábado por la tarde. Y luego caímos con el Madrid muy dignamente, pero estando muy cansados todos. Sé que jugué poco porque estaba cansado y Javier no me puso. Aguantamos lo que aguantamos. El Madrid tenía jugadores como Luyk y era un equipo muy superior al resto".

"El partido se resolvió al final, hubo posibilidades de ganar, pero Clyfford Luyk... A veces la gente se olvida de lo que fue Luyk. Era el mejor pívot de Europa con diferencia. Nos mató. Y en ese equipo también jugaba Emiliano (Rodríguez)", señala Añua. Efectivamente, Luyk los mató: anotó 40 puntos. "Sevillano, capitán del Madrid, recibe del delegado nacional de Deportes, el trofeo de su Excelencia", relató el NO-DO de la siguiente semana. El delegado era Juan Antonio Samaranch, nombrado ese mismo año.

Luis Knörr se lleva al equipo a Bilbao

La gran actuación del Kas le permitió seguir creciendo. En la temporada siguiente fichó a Moncho Monsalve, que había jugado con el Real Madrid la final de Copa en Vitoria, y disputó la Recopa de Europa, donde cayó ante el AEK Atenas en octavos de final. En la ida, jugada en Vitoria, ganó por diez puntos (82-72), con 35 de Monsalve, pero en la vuelta perdió por 85-65. Ese partido se jugó en el Estadio Panathinaikó, el mismo que había acogido los primeros Juegos Olímpicos modernos. "A nosotros, llegar a vestirmos y ver aquel campo ya lleno nos acojonó. Y entonces nos barrieron", reconoce Laso. Aquella noche había más de 30.000 espectadores apoyando al AEK, que acabó ganando el título. "Una burrada", dice Añua.

Foto: La canasta de Llull que dio el título al Real Madrid en al final de 2014 contra el FC Barcelona (ACB Photo)

Esa eliminación fue el principio del fin de Añua como técnico del Kas y del equipo en Vitoria. "Lo que es una pequeña historia acaba siendo una leyenda urbana", advierte antes de empezar a hablar. "La empresa no aceptó muy bien que nos eliminasen. Y empezó lo de siempre. (Dalmacio) Langarica, que era el director del equipo ciclista, le dijo a Knörr que tenía un íntimo amigo que era entrenador. Lo contrataron y a mí me cortaron. Entonces las radios de Vitoria empezaron a decir que era injusto y hubo una campaña para no servir Kas en los bares. Por eso y porque el mercado bilbaíno era muy potente, decidieron llevarse el equipo. Después se gastaron mucho dinero para crear un equipo para ir a por el título, pero no funcionó. Hasta que ficharon a un entrenador americano, Lester Lane, que los mantuvo. Aunque nunca ganaron nada". El equipo acabó desapareciendo después de la temporada 73-74.

"(En Bilbao) Nadie se identificó con el Kas, fue una decisión empresarial equivocada", afirma Laso. "Se les quedó pequeño Vitoria, pero con el paso del tiempo se demostró que se habían equivocado. El equipo nunca volvío a ser lo que había sido". El base no llegó a irse a Bilbao con el equipo, sino que se quedó en Vitoria, donde echó raíces y retomó su carrera de entrenador. ¿En qué equipo? En el Baskonia, recién ascendido a primera división.

Ese equipo recogió los frutos del Kas, no solo en términos de apoyo —"había quedado un poso de afición", asegura Laso—, sino también de infraestructura. En 1979 se inauguró el Pabellón de Mendizorroza, la casa del equipo hasta la inauguración del actual Buesa Arena en 1990. "Yo estaba fuera de España, pero la etapa posterior al Kas es muy importante", dice Añua. "Se mantuvo una afición que luego ha ido creciendo hasta la situación actual, con uno de los mejores equipos de Europa. Yo no hubiese soñado con tanto". Para Laso, "el Baskonia es parte de la historia del crecimiento de la ciudad". "La afición tiene lo que tiene el Athletic en Bilbao. En Vitoria no se puede hablar de deporte sin hablar del Baksonia".

Antes de que el Baskonia comenzara su ascenso hacia la elite del baloncesto europeo, hubo un equipo en Vitoria que ayudó a crear una afición que 50 años después se mantiene igual de fiel. En 1967, el recién ascendido Kas llegó a la final de la Copa del Generalísimo, celebrada por primera vez en la capital vasca, y cayó por 85-80 ante el Real Madrid. Medio siglo después, dos de los protagonistas de ese episodio, el entrenador Javier Añua (Vitoria, 1935) y el base Pepe Laso (Madrid, 1938), recuerdan aquel fin de semana antes de que la fase final de la Copa aterrice por séptima vez en la ciudad.

Vitoria Pepe Laso
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