Anécdotas de 50 años de Aíto en el baloncesto español

"Entrenar en alta competición requiere ponerse los guantes de boxeo cada mañana. Y Aíto todavía tiene energía para ponérselos". La frase de Pepe Laso, entrenador ya retirado, define a la perfección la carrera de Aíto García Reneses (Madrid, 1946), al que dirigió en la década de los 60. Fue justo antes de que aquel jugador salido del Ramiro Maeztu comenzara una carrera profesional que ya va por más de 50 temporadas (aunque el reconocimiento haya sido por sus 50 años). Este miércoles, la ACB ha rendido homenaje una de las figuras más importantes del baloncesto español.

"Aíto es un cactus", afirma Laso. "La idea que tiene la gente de un cactus es una planta que pincha. Mi idea de un cactus es una flor que crece en el desierto. ¿Quién no va admirar a alguien que es capaz de crecer en el desierto, de mantenerse vivo, de tener espinas?". De Reneses, como le llama Lolo Sainz, también presente en el homenaje, se han dicho muchas cosas, casi todas buenas.

En un país que muchas veces no rinde los homenajes que debe en vida, como se encargó de recordar en su intervención el ministro de Educación, Cultura y Deporte Íñigo Méndez de Vigo, el reconocimiento a Aíto es un raro ejemplo. Su más de medio siglo en activo ha conformado un legado difícilmente igualable. Por sus manos han pasado cientos de jugadores y decenas de entrenadores que han ayudado a extender su figura de formador e innovador. "Hay muchos técnicos que se consideran de la escuela de Aíto. No muchos entrenadores creo que puedan decir eso", dice Rodrigo de la Fuente, que fue su jugador en el FC Barcelona, uno de los siete equipos de su carrera (además de la selección).

"El baloncesto es un veneno que cuando te entra quieres cada vez más", dijo una vez Aíto y se pudo ver en uno de los vídeos del acto. Luego, el técnico recordó a sus padres. "Mi padre siempre decía que fueses lo que fueses tenías que intentar ser el mejor. Da igual ser el mejor, pero ese mensaje lo he recibido y he tratado de hacerlo lo mejor que puedo en una cosa que nos gusta tanto como es el baloncesto", comentó.

Aíto estuvo rodeado de entrenadores de los que aprendió, de jugadores a los que enseñó, de rivales a los que se enfrentó, de árbitros a los que respetó y de dirigentes con los que trabajó... Algunos de ellos atendieron a El Confidencial y contaron anécdotas del técnico madrileño.

El alumno supera al maestro

"Lo había conocido en el 63 con la selección júnior. Él era jugador, Pepe Laso era el entrenador y yo era su ayudante. Cuando lo llevé al Barça en el 68 para jugar de base, a los quince días de estar allí me di cuenta de que sabía mucho más que yo. Era un auténtico genio, de jugador no tanto, pero como entrenador tenía las ideas tan claras que yo creo que me formó él más a mí como entrenador que yo a él como jugador".

Xabier Añua. Extrenador. Fichó a Aíto para el FC Barcelona en 1968.

El primer campus

"Quizá él y yo hicimos algo como pioneros, que fue el primer campus de España para niños, en La Garriga (Barcelona). Alguna vez lo recordamos. En la primera semana tuvimos 400 niños, y teníamos tal susto encima porque lo que era un pequeño proyecto se nos fue totalmente de las manos. Cuando acabó pensamos que nos habíamos metido en una locura, pero luego lo repetimos muchas veces".

Pepe Laso. Extrenador y exseleccionador. Dirigió a Aíto en los 60.

El mordisco de Vicente Ramos

"En la final del Campeonato de España de la temporada 63-64, yo jugaba con Aíto en el Estudiantes y vencimos al Real Madrid juvenil. Ganamos en el último segundo gracias a un balón que roba tirándose en plancha Emilio Segura y ¡pum!, mete canasta. 82-81. Aquello fue una alegría enorme para nosotros. Nos estábamos abrazando y yo estaba tan emocionado y tan nervioso que cuando le di un abrazo a Aíto le pegué un bocado en el cuello y se le quedó la marca".

Vicente Ramos. Exjugador de Real Madrid y Estudiantes, donde coincidió con Aíto.

Teorizando a escasos segundos de ser campeón

"Cuando estábamos a 30 o 35 segundos de ganar la Copa del Rey en Vitoria (2008), él, dentro de la tranquilidad que lleva consigo, o que parece que lleva siempre consigo, me empezó a explicar una teoría sobre que era interesante para el baloncesto que el Joventut ganara esa Copa, que todo el mundo había influido un poco para que la ganara, que era bueno para la ACB... Una actitud difícil de adivinar cuando estaba a escasos segundos de tener, creo, uno de los más importantes reconocimientos que ha tenido como entrenador, que fue que todo el mundo reconoció al unísono la valía de lo que había hecho en el Joventut de Badalona".

Sito Alonso. Exayudante de Aíto en el Joventut y actual entrenador del Dominion Bilbao Basket.

El entrenador que no protestaba por protestar

"Era un hombre que cuando te decía algoo, técnicamente tenía su razón. Era una persona reflexiva, no era el típico entrenador que protestaba por protestar. Te justificaba técnicamenre por qué no estaba de acuerdo con la decisión, y eso pocos entrenadores lo hacen. Podías estar de acuerdo o no, pero tenía justificación técnica, no era una simple protesta emocional".

Miguelo Betancor. Exárbitro internacional y actual presidente del Herbalife Gran Canaria.

El libro gordo de Petete

"Aparte de la formación deportiva, también se preocupaba de la formación personal. Permanentemente, en el autocar, en el avión, etc., nos hacía preguntas y reflexionaba sobre cosas de cultura general. En el aquel momento había un programa de televisión que se llamaba 'El libro gordo de Petete', que era un libro que te enseñaba cultura general. Y cada vez que Aíto nos hacía una pregunta, le cantábamos eso, lo del libro gordo de Petete".

Rafa Jofresa. Fue jugador de Aíto en el Joventut.

Tras ganar la última Copa del Rey al Herbalife Gran Canaria, actual equipo de Aíto García Reneses, a Pablo Laso le preguntaron por el entrenador madrileño en rueda de prensa. Entre otros elogios, el técnico madridista dejó una frase redonda. "Aíto es Dios en el baloncesto español". Sea o no una divinidad, lo que está claro es que tiene muchos discípulos y todavía más creyentes.