El maestro y el alumno se citan en las alturas

"¡Dile que no sea tan especial, que siempre se me motiva. Voy a empezar a tomármelo mal!". Para Sitapha Savané, pívot del FIATC Joventut, el adjetivo 'especial' se queda corto para definir la Copa del Rey de Gran Canaria que comenzó este jueves. El senegalés jugó ocho años (2004-2012) en la isla, donde es considerado un ídolo por todos, incluido Edy Tavares, al que iban dirigidas esa palabras y que ha ocupado su lugar como referencia interior del Herbalife Gran Canaria, rival de la Penya este viernes en el último partido de cuartos de final (21:30 horas).

"Nunca imaginé que jugaría contra él. Para mí es una motivación porque fue mi inspiración cuando estuve en la cantera", cuenta Tavares, de 22 años. Su explosión en la edición del año pasado en Málaga lo colocó definitivamente entre las estrellas de la ACB y le dio un empujón a su carrera que acabó meses después con su elección en el draft de la NBA.

"Es un honor que todos los chavales te digan ese tipo de cosas, significa que algo habrás hecho bien durante tu carrera", responde Savané cuando se le pregunta por las palabras de Tavares. Los dos no coincidieron en la primera plantilla del Gran Canaria -Tavares debutó unos meses después de que Savané abandonara el club en el verano de 2012-, pero Savané era el capitán y líder del equipo amarillo cuando el caboverdiano llegó al club en el 2009 y comenzó su ascenso en las categorías inferiores y equipos vinculados. Si había una referencia para los jovenes, esa era Savané.

Los reyes del tapón

Savané y Tavares tienen más en común que su paso por el Gran Canaria. Son, además, los mejores taponadores de la Liga Endesa: Savané promedia 1,85 'pinchos' por partido, mientras que Tavares pone 1,71 en cada encuentro. El más veterano mide apenas 2 metros; el joven es un gigante de 2,20. Uno domina la zona a base de técnica; el otro, aún en formación, utiliza su gran superioridad física para imponerse.

"Para colocar tapones está la colocación, el 'timing', el conocimiento. Y luego la capacidad física, que puede ser de altura o de capacidad de salto. Y a pesar de los años se ve que mantengo un poquito de habilidad", explica Savané, que sigue manteniendo un gran nivel. "Mejor físicamente no sé", dice, "igual cada vez más listo. Y luego aprendes a no meterte en ciertos berenjenales, como meterte debajo de Edy e intentar tirar. Igual mañana es un buen día para mi segundo triple". A sus 36 años, puede sorprender el nivel del pívot del Joventut, pero a los que han seguido su carrera de cerca no puede extrañarle. A Tavares tampoco: "Es un tío que siempre se ha cuidado muy bien, y eso se nota ahora".

En el Gran Canaria-Joventut que cierra los cuartos de final, la mayor ovación se la puede llevar un jugador del rival. Tal es la admiración por Savané, que ya ha jugado como visitante antes, no siempre con buenos resultados. "Gracias a Dios hemos podido jugar aquí un par de veces y creo que estaré mejor preparado que la primera vez, que fue un desastre total (su equipo perdió 80-50)". Él será solo una de las armas del Joventut, primer escollo de un Gran Canaria que jugará con seis, pero que tendrá que vencer también a la maldición del anfitrión, que no gana la Copa desde el 2002 en Vitoria.