A Bartomeu le crecen los enanos con el fiasco de su superproyecto en el Barcelona

El Barcelona comenzó la temporada 2019-20 con unos objetivos muy altos debido a que afrontaban uno de los cursos más ambiciosos de su historia reciente, pero la realidad es que ha terminado en un fiasco tremendo. Cierran la temporada en blanco un proyecto que se había convertido en el más temido en Europa. Había llegado un jugador por puesto para formar el mejor quinteto. Ahora todo ha quedado en nada y con un Josep María Bartomeu más tocado si cabe para comenzar una reconstrucción con Sarunas Jasikevicus al timón de este barco a la deriva después de la destitución de Svetislav Pesic.

El equipo de baloncesto era la salvación del presidente después de las enormes críticas recibidas por la gestión del club de fútbol donde muchos aficionados piden su dimisión. Así las cosas, a Bartomeu le crecen los enanos después de caer contra el Baskonia en la final de la Liga Endesa y ver como no puede salvar la temporada con una Euroliga que quedó suspendida, pero donde habían logrado el pase a cuartos siendo el mejor equipo con un 22-6. La realidad es que el año a base de talonario toca a su fin de la peor manera y lleva a un largo verano que estará marcado por la búsqueda caras nuevas.

Un desastre económico

El pasado verano el Barcelona dio la campanada protagonizando el fichaje más sorprendente de Europa. Cerraba el fichaje de Nikola Mirotic. El gasto en Mirotic fue excepcional para la plantilla, pero sin duda era un salto de calidad tremendo en comparación con sus rivales en la Liga Endesa y en la Euroliga. El conjunto catalán decidió no reparar en gastos para armar un equipo capaz de acabar con el dominio del Real Madrid y ganarlo todo, principalmente la Euroliga, título que conquistó por última vez en 2010.

Al sueldo de Mirotic hay que sumar el de Thomas Heurtel, que tendría un salario bruto de 11 millones de euros. Cory Higgins, exjugador del CSKA de Moscú, cobraría un poco menos: 10,5 millones o Brandon Davies, pívot que las dos últimas temporadas jugó en el Zalgiris Kaunas y que también quería el Real Madrid, que firmó por 3,5 millones de euros brutos y dos años. Ahora 10 meses después todo ha quedado en nada. Año en blanco, cambio de entrenador, un presidente tocado y con muchas dudas del costoso proyecto. Malcolm Delaney, Cory Higgins, Álex Abrines, Nikola Mirotic y Brandon Davies en el quinteto y con un fondo de armario con Víctor Claver, Thomas Heurtel y Adam Hanga, entre otros, poco más se puede añadir. Bueno sí, 41 millones de euros, el presupuesto más alto de Europa.

Año de decepciones

La realidad es que prácticamente nadie de la plantilla ha conseguido sacar su mejor nivel esta temporada. El equipo dejaba sensaciones de que, salvo en alguna ocasión, sacaba los partidos adelante más por el talento individual que por juego. Por ello, el veterano Svetislav Pesic fue la primera víctima del proyecto después del duro varapalo sufrido en la final de la Liga Endesa ante Baskonia.

“El club agradece al técnico serbio su dedicación y le desea mucha suerte, tanto a nivel personal como profesional”, rezaba el club en un comunicado en el que recuerda que con el serbio a los mandos han conseguido ganar dos Copas del Rey. Pesic, con todo en su mano, no ha conseguido cumplir con las expectativas al no cosechar ningún título con la plantilla más cara de la historia del Barça. No ha logardo hacer cuajar a los fichajes y el club catalán ha decidido dejar atrás la vieja escuela apostando por Sarunas Jasikevicius.

Luego está el rendimiento individual de los jugadores. Mirotic fue un desastre en la final: 8 puntos. -1 de valoración, -10 en pista, 0/5 en triples y 0/1 en tiros libres. Una noche para olvidar en el peor momento. Un nuevo golpe para un Mirotic que volvía a decepcionar en las grandes citas, quizá el único pero que se puede plantear a un jugador de su nivel.

Brandon Davies, que había brillado en el Zalgiris, ha sido demasiado irregular y una decepción en su primera temporada. El americano no parece el gran pívot que se esperaban en Barcelona. Álex Abrines, por su parte, tampoco ha dado el nivel esperado. El alero mallorquín de 26 años ha jugado una muy mala temporada, en estado físico muy por debajo de lo necesario y dejando un nivel muy discreto durante la temporada y en Valencia.

El siguiente fiasco fue el de Malcolm Delaney. Llegó para ocupar el lugar de Heurtel y Pangos, pero a pesar de ser un excelente jugador llegó fuera de forma y tardó en mostrar ese gran nivel. Durante la crisis del coronavirus, viajó a Estados Unidos y se negó a cumplir los plazos que marcó el Barcelona para su vuelta. Un lío que llevó a la ruptura de su contrato y su fichaje por el Armani Milán. Adam Hanga fue el base parche de Pesic para que el barco no se hundiera. Huertel, con solo cinco partidos oficiales a sus espaldas antes de llegar a Valencia, fue el que demostró mejor nivel, pero no fue suficiente.

Nuevas caras

Ahora al Barcelona le toca lidiar con un nuevo proyecto con Jasikevicius al frente y que puede traer una nueva reconstrucción. El primero en llegar será Nick Calathes, una de las figuras de la Euroliga, con otro contratazo más bajo el brazo. Además el decepcionante nivel de Davies ha provocado que el club catalán busque un nuevo pívot para la próxima temporada.

Todo hace indicar que el Barcelona volverá a intentar estar en lo más alto en la 2020-21 con otra inversión importante. Una apuesta arriesgada en lo económico que si no da los frutos en títulos podría provocar un gran agujero en las cuentas del club difícil de tapar.