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Marta Domínguez, diez años de rumores, desmentidos y exculpaciones
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LARGA DEFENSA DE LA MISMA ACUSACIÓN

Marta Domínguez, diez años de rumores, desmentidos y exculpaciones

El alambicado esquema donde se asientan los procesos de dopaje deportivo en España sigue siendo ineficaz en casos como el de la palentina

Foto: Marta Domínguez, durante la inauguración en Palencia de una estatua en su honor, en 2012.
Marta Domínguez, durante la inauguración en Palencia de una estatua en su honor, en 2012.

El alambicado esquema donde se asientan los procesos de dopaje deportivo en España sigue siendo ineficaz a la hora de sentenciar con claridad a un deportista supuestamente tramposo. Es de esperar que la nueva Ley del Deporte dé el marco definitivo a una situación en la que nombres como el de Marta Domínguez siguen confundiendo a una opinión pública que no sabe qué pensar sobre sus otrora ídolos.

De lo poco cierto que hay en relación a la atleta, fuera de sus logros en la pista, es que lleva mucho tiempo defendiéndose de la misma acusación. Tras salir declarada inocente de dos macrooperaciones policiales, ahora afronta la persecución que le ha hecho durante años la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), cuyo expediente deambula por los despachos de las autoridades deportivas españolas sin saber bien qué hacer con él. Pase lo que pase ahora, parece que el caso irá para largo y acabará en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Por la estrambótica Operación Puerto supimos que el perro de la mediofondista se llamaba Urco y que su médico de confianza desde 2003 había sido el polémico Eufemiano Fuentes, a quien conocía desde los inicios de su carrera. Nada más pudieron demostrar unos investigadores atados de pies y manos por la legislación entonces vigente, mucho más inocente que sus altísimas expectativas antidopaje.

Son bastantes las voces autorizadas que desde el anonimato han ido afirmando a lo largo de los años que "algo huele a podrido" en relación a la palentina. Aunque su reputación de atleta limpia no se puso gravemente en entredicho hasta la Operación Galgo, cierto es que desde que se relacionó con Fuentes ya levantaba rumores entre algunos miembros del mundillo, runrún que el resto no quería creer y simplemente atribuían a la envidia o a pensamientos malintencionados. Pero es idéntico runrún, aunque amplificado al máximo, el que diez años después sigue sin lograr despejar totalmente la ahora política del Partido Popular.

En el extranjero no la creyeron tanto

Al no ser el dopaje delito, las bolsas de sangre marcadas con el nombre ‘Urco’ aparecidas en Puerto jamás pudieron ser cotejadas para comprobar si eran de la atleta. La protagonista se enrocó en su versión de inocencia y siguieron llegando los éxitos, entre ellos el más sonado, cuando ganó los 3.000 obstáculos de los Mundiales de Berlín 2009, primer oro para España en diez años y último hasta la fecha.

Pero a finales de 2010 explotó la Operación Galgo, cuya investigación determinaba que Marta Domínguez fuera detenida como principal imputada en una trama de tráfico y suministro de sustancias dopantes. La juez que instruyó el caso dejó en evidencia las pesquisas de las fuerzas de seguridad, y acabó por exculpar de todos los cargos a Marta, aunque en el auto dejaba entrever las sospechas de que pudiera ser consumidora de sustancias dopantes, comportamiento no penado y ajeno a aquella causa, por tanto. Otra vez la defensa ganó la batalla, eso sí, también hay que decirlo, dentro de un campo jurídico con demasiados escapes e incongruencias.

Con otra sentencia favorable, Marta Domínguez siguió jurando en público que no se había dopado en la vida, mensaje que, sobre todo en el extranjero, era cada vez menos respetado vistos el cariz de los escándalos y la poca capacidad de las autoridades españolas para poder demostrar lo contrario.

placeholder Marta domínguez logra la mínima olímpica

Pero los rumores habían llegado hacía tiempo a la más alta instancia del atletismo internacional, sospechas que hicieron que la española fuera incluida en una investigación secreta de la IAAF que vigilaba de manera pormenorizada el pasaporte biológico de varios atletas. Los científicos responsables determinaron sin margen de duda que Marta Domínguez se había dopado de manera sistemática durante años, pasaron el dossier a la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) con el fin de que su Comité de Disciplina le diera forma jurídica y determinara la sanción a imponer. Ellos proponían, según publicamos este martes, cuatro años de inhabilitación deportiva y desposeimiento de los títulos logrados en ese periodo, incluido el oro de Berlín.

Tras un largo paréntesis de silencio, con maternidad de por medio incluida, Marta regresó en 2012 a la selección nacional para hace unos meses retirarse a sus 37 años de la competición en pista, lo que de facto le aleja definitivamente del atletismo de élite mundial. Ahora es senadora por Palencia y de hecho la pasada primavera votó, dentro de la comisión de la que formaba parte, la nueva Ley Antidopaje.

Un abogado experto en mil batallas parecidas

El presidente Rajoy la incluyó en las listas para las Elecciones Generales de 2011 haciendo una arriesgada apuesta por un personaje que ya llevaba años defendiéndose de las acusaciones, directas o indirectas, de dopaje.

El lío, sin resolver aún, de las instancias que dirimen los casos como el de Marta es el marco donde ha demostrado moverse a las mil maravillas su abogado, José Rodríguez, a través de alegaciones con informes mastodónticos que desconciertan aún más a los comités que deben imponer sanciones.

De momento, tal y como informaba El País, la RFEA se inhibe del caso y lo ha remitido al Consejo Superior de Deportes. Allí, Ana Muñoz, recientemente nombrada directora general, está a la espera de saber cómo ubicar este expediente y desde dónde emitir un veredicto. Mientras, en silencio hacia la opinión pública pero muy activa a través de su resabiado abogado, Marta sigue como en los últimos años defendiéndose de la misma acusación. Siempre la misma y reiterada acusación.

El alambicado esquema donde se asientan los procesos de dopaje deportivo en España sigue siendo ineficaz a la hora de sentenciar con claridad a un deportista supuestamente tramposo. Es de esperar que la nueva Ley del Deporte dé el marco definitivo a una situación en la que nombres como el de Marta Domínguez siguen confundiendo a una opinión pública que no sabe qué pensar sobre sus otrora ídolos.

Marta Domínguez Eufemiano Fuentes
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