Radiografía del fútbol sala en España: los desequilibrios que alejan a Movistar de Noia FS

De ser el deporte más practicado en el patio de los colegios a ocupar un espacio más que discreto en el ecosistema mediático del deporte español. El futsal afronta el reto de la profesionalización lastrado por la poca visibilidad, lo que convierte al patrocinio en la principal vía de ingresos de la mayoría de clubes de la recién iniciada Primera Federación, antigua LNFS. Sin una ventana mediática amplia y escasa capacidad de cobrar por entradas, es hoy una competición en la que el patrocinio, especialmente el institucional, marca las diferencias entre equipos cuyo presupuesto medio ya se acerca al millón de euros.

El futsal no quiere perder la ola de la profesionalización marcada por Asobal y la Liga F en los últimos años. Para ello, los clubes buscan obtener un mayor control sobre el negocio, precisamente en aspectos como la televisión, que son clave para influir en la facturación, tanto directamente con la venta de los derechos, como con la garantía de visibilidad para los patrocinadores. La pasada temporada, los clubes asociados a la Lnfs percibieron 1,3 millones de euros de los derechos audiovisuales por el acuerdo alcanzado con LaLiga. Esta partida suponía entre un 5% y un 10% de los ingresos, en función del club.

Ahora bien, los contratos comerciales continúan siendo la principal fuente de ingresos de la mayoría de clubes de la categoría y lo que determina el diferencial competitivo entre ellos. No en vano, el peso medio de los patrocinadores en los equipos de la primera división de fútbol sala supera ligeramente el 50%.

Los clubes se mueven en una horquilla de ingresos de entre 500.000 euros y 4 millones. En las horquillas más altas se encuentran clubes históricos de la categoría como Movistar Inter, que lleva asociado a la teleco española desde 2008 o El Pozo Murcia, que es directamente propiedad de la empresa de alimentación murciana desde su fundación. En el primer caso, el peso del patrocinio alcanza el 75% de la estructura. Ambos proyectos se mueven con un presupuesto anual que ronda los cuatro millones de euros. En las más bajas, los presupuestos superan a duras penas el medio millón de euros como sucede con el Noia FS y el Quesos Hidalgo Manzanares. “Es muy superior al que tuvimos el año anterior en Segunda División. Pero Noia es un municipio de 14.000 habitantes así que es un reto muy difícil competir al máximo nivel”, asegura su director general, Javier Barreiro.

Más allá de Movistar Inter y El Pozo Murcia, el resto de equipos carecen de patrocinios de grandes multinacionales

En la élite tirando de patrocinio local

Más allá de Movistar Inter y El Pozo Murcia, el resto de equipos carecen de patrocinios de grandes multinacionales y dependen del apoyo de patrocinadores locales, y en algunos casos del complemento de las instituciones públicas, para poder subsistir en el máximo nivel. Este es el caso de clubes como Noia FS, Ribera Navarra FS, Viña Albali Valdepeñas, Quesos Hidalgo Manzanares FS o UMA Antequera, recién descendido a segunda división, cuyos municipios oscilan entre 15.000 y 42.000 habitantes.

Por ejemplo, en el Valdepeñas la bodega que da nombre al club aporta casi la totalidad de los ingresos por patrocinio. Más destacado aún es el caso del Ribera Navarra FS, que experimentó un cambio de propiedad en marzo a causa de la delicada situación que atravesaba la entidad. El propietario del CD Tudelano de Segunda Federación, Ramón Lázaro, adquirió el equipo. De hecho, uno de los motivos que ponía en jaque la estabilidad del club era la pérdida de su patrocinador principal, Aspil, a partir de esta temporada. La marca navarra de aperitivos proporcionaba 240.000 euros por temporada, lo que suponía más de la mitad del presupuesto.

Para los clubes de grandes ciudades o capitales de provincia es más sencillo disponer de mayores recursos gracias a contar con un abanico más amplio de patrocinadores. Así, tanto Córdoba Futsal, Palma Futsal como Xota FS de Navarra cuentan con presupuestos iguales o superiores al millón de euros. De hecho, el club mallorquín, que este mismo año se erigió en campeón de Europa, carece de un patrocinador que dé nombre al equipo. José Tirado, director general de Palma Futsal, explica que “estamos liberados con el naming, somos Palma Futsal, y preferimos seguir siéndolo mientras podamos porque entendemos que nos permite fidelizar más la marca”.

Apoyo institucional desigual

Otra de las patas principales del negocio es el apoyo institucional, muy desigual a lo largo y ancho de la geografía española y muy cambiante en función del color político. Por ello, la ubicación del club puede ser un factor determinante en la confección del presupuesto. De este modo, el peso del patrocinio institucional en los ingresos puede llegar a oscilar entre el 5% y el 50%.

Esta es la diferencia entre Movistar Inter, único equipo en la categoría de la Comunidad de Madrid, y UMA Antequera, en el que la aportación institucional sufraga la mitad del presupuesto. Pese a que se desconoce la aportación exacta, el Jaén Paraíso Interior FS es otro de los clubes cuyo presupuesto recibe mayor aportación pública. Más allá de esta brecha, los clubes perciben de media alrededor de un 25% de su presupuesto vía subvenciones.

Al margen del resto de equipos de la liga, también hay que tener en cuenta a las secciones de clubes del fútbol profesional. Entre ellos, FC Barcelona, vigente campeón, y Real Betis. El pasado curso también compitió en primera el Levante UD hasta que consumó su descenso. Si bien se desconoce la inversión que verdiblancos y granotas destinan al futsal, en el caso del FC Barcelona el presupuesto de la sección fue de 1,1 millones para la temporada 2022-2023. Sin embargo, la sección de futsal del club catalán registró unas pérdidas de 5,1 millones de euros.

*Artículo publicado originalmente en 2playbook.com