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La catarsis de Gervasio Deferr: "No soy idiota, por supuesto que cambiaría cosas que hice"
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El gimnasta se abre

La catarsis de Gervasio Deferr: "No soy idiota, por supuesto que cambiaría cosas que hice"

Junto al periodista Roger Pascual, Deferr cuenta todos sus fantasmas en 'El Gran Salto', donde repasa su carrera deportiva y vida personal en lo que define como "una catarsis"

Foto: Gervasio Deferr, durante su época en activo. (EFE/JM.García)
Gervasio Deferr, durante su época en activo. (EFE/JM.García)

Gervasio Deferr es uno de los hombres del momento. El pasado 10 de marzo, Gervi terminó firmando libros de 'El Gran Salto' (Ediciones Península) a las diez de la noche en un banco del parque de El Retiro bajo la luz de una farola a una fila interminable de lectores que esperaban su turno después de que la Biblioteca Eugenio Trías, donde se celebró la presentación en Madrid, hubiese echado el cierre. Deferr agradecía emocionado a cada uno su paciencia y su cariño.

Hace años que Gervasio tenía en la cabeza sacar sus demonios y contar su atribulada experiencia deportiva y, sobre todo, vital. "Siempre había habido muchos rumores y muchas dudas sobre mí. Se hablaba de si había hecho esto o lo otro durante mi carrera. Y estaba cansado de eso. Así que decidí ser yo quien contara mi historia y lo haría con pelos y señales. Por eso he contado lo que pasó antes, durante y después de competir".

Foto: Ray Zapata, durante su ejercicio. (EFE)

En un principio la idea de Gervasio "era escribirlo a cuatro manos con mi hermano. Pero un día, en una entrevista, conocí al periodista Roger Pascual. Quedé muy satisfecho con el resultado y el tratamiento de aquella conversación. Desde el primer momento tuve 'feeling' con Roger. El vídeo de la entrevista, que se volvió viral, duraba cuatro minutos. Pero detrás había una hora de entrevista en la que me trató con mucho respeto y cariño. Así que aposté por hacerlo con él".

Deferr sabía que no sería una biografía deportiva al uso. "Sabía cómo quería hacerlo. Para mí ha sido una catarsis, pero tengo que admitir que ha sido más duro de lo que pensé en un primer momento. Había días que pasábamos cuatro o cinco horas trabajando, pero en otros no podía estar más de 20 minutos porque me dolía recordar algunos episodios", confiesa.

placeholder Deferr, en el anuncio de su retirada. (EFE/Kiko Huesca)
Deferr, en el anuncio de su retirada. (EFE/Kiko Huesca)

Roger Pascual respalda esa versión: "Gervi se abre en canal y te cuenta su vida sin escatimar ni un solo detalle. Revela cosas difíciles, incluso de admitir para uno mismo. Ha revivido lo bueno, pero también todo lo malo. A veces le sudaban las manos, como cuando competía, recordando esos momentos complicados. Una biografía deportiva destaca por la dimensión deportiva del personaje, porque tenga una vida interesante o porque sepa comunicarlo bien. En el caso de Gervasio, reunía los tres ingredientes. Es un tío que llega a la gente, que no intenta venderte una versión edulcorada. No le importa que le juzguen. Desde el primer día le dije que tenía que estar a gusto con cada palabra porque lo que cuenta es duro. Había días que se hacía complicado porque se atascaba en episodios dolorosos. Hemos llorado y hemos reído. Él es así y el libro debía ser así".

Deferr afirma que "el resultado ha sido muy gratificante". La gente se acerca a leer un libro sobre la carrera de Deferr y acaba descubriendo que es un libro sobre la vida de Gervasio. Gervi afirma sentirse "halagado por esto. Es el mejor elogio que me puedes hacer. Porque ahí está la historia de mi vida, dentro, y sobre todo, fuera de la competición".

"Lo hice así y he aprendido de ello porque la vida te enseña cuando te caes y te toca levantarte"

Gervasio insiste en lo importante que es caerse en la vida: "Hice cosas que cambiaría, por supuesto. No soy idiota. No tenía la experiencia vital que tengo ahora. Pero lo hice así y he aprendido de ello porque la vida te enseña cuando te caes y te toca levantarte". El gimnasta, "porque lo seré toda mi vida", pone el foco en que "no todo es bonito en el deporte de élite. No todo es ganar y celebrar. Hay desengaños, sufrimiento, dolor… y hay que vivir eso también. No es fácil y debemos contárselo a los chicos y a las chicas que llegan a este mundo de tanta exigencia".

Y ahí entra en el lado oscuro de su historia y del libro: "En el ámbito del deporte de élite, y en el de la vida misma, a veces la presión te genera problemas de salud mental que no sabemos gestionar. Eso te empuja a caer en sitios oscuros como el alcohol o el consumo de sustancias. Al alcohol y lo grave que es le damos poca importancia. Pero ha roto miles de vidas. Todo eso lo cuento en el libro porque espero que mi experiencia sirva para ayudar al menos a una persona. Si lo consigo, el libro habrá cumplido su cometido. Ganar un oro olímpico es un subidón, pero hay que saber gestionarlo y detrás hay cosas que no son tan bonitas y agradecidas".

Pascual añade que "Gervasio lo da todo siempre. En la pista, de fiesta, con su gente… Y contando su vida también. Habla desde las tripas y desde el corazón. Es raro en este mundo del deporte de élite y en esta sociedad en el que la gente se tira el rollo. Gervasio no intenta agradar. No construye un discurso, le sale todo sin filtro. No es un libro fácil de asumir. Pero creo que cuando acaba, te sientes muy identificado con él porque te hace partícipe de su viaje con sus luces y sus sombras".

Foto: Ángel Arroyo, José Miguel Echavarri y Perico Delgado. (EFE/Juanjo Martín)

Deferr admite que ya no es aquel joven al que una medalla de plata le parecía un fracaso. "Ahora ya no quiero grandes batallas en mi vida. Ya no hay grandes victorias o fracasos estrepitosos. Vivo más calmado, disfruto de las cosas y tengo regalos como mis sobrinos y sobrinas. Desde 2017 estoy entrenando a chicos y chicas que comienzan en la gimnasia y he recobrado la ilusión. He vuelto a sentir la pureza de esos niños, que es lo que me llena. Es mi zona de confort, el sitio donde mejor me expreso. Enseño mi pasión por este deporte y les gusta cómo lo hago. Estoy construyendo una familia con ellos".

Había algo que le daba miedo, que le inquietaba, tras publicarse el libro. Y no era lo que pudiera pensar la gente o si sus confesiones incomodarían a su familia: "Te confieso que me daba miedo ver cómo lo iban a encajar los padres de mis alumnos. Porque hay cosas que cuento que no son muy edificantes. Pero la acogida ha sido genial y estoy muy contento. Todos me apoyan y no hay reproches".

Contar su historia le ha quitado un peso de encima y hoy Gervasio vuelve a sonreír e incluso ha recuperado la popularidad que tenía cuando era el gimnasta con más talento del planeta. "A mis 41 años ya la gente me reconocía menos, pero ahora voy por la calle y muchos me felicitan y me agradecen que haya contado mi experiencia. Es reconfortante porque ese era justo el propósito. Ayudar a que otros vean que a su alrededor también hay gente a la que les pasan estas cosas y cómo tiran adelante. Estoy abrumado por el cariño que estoy recibiendo. Yo soy un tío normal, de la calle, del barrio. Y estoy muy orgulloso de que la gente normal me pare por la calle y me diga que se identifica con mi historia. Tengo una vida nueva y esto me está ayudando a disfrutarla".

Gervasio Deferr es uno de los hombres del momento. El pasado 10 de marzo, Gervi terminó firmando libros de 'El Gran Salto' (Ediciones Península) a las diez de la noche en un banco del parque de El Retiro bajo la luz de una farola a una fila interminable de lectores que esperaban su turno después de que la Biblioteca Eugenio Trías, donde se celebró la presentación en Madrid, hubiese echado el cierre. Deferr agradecía emocionado a cada uno su paciencia y su cariño.

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