Cuando el deporte dijo basta y decidió tumbarse por el fin en el diván

El 27 de julio de este año se produjo uno de los hitos deportivos del 2021 durante la disputa de los Juegos Olímpicos de Tokio. La gimnasta estadounidense Simone Biles se retiró de la final por equipos tras el salto, después de competir en la primera rotación del equipo estadounidense, donde obtuvo la peor puntuación del equipo con 13,766. Biles, notablemente disgustada, conversó con una de sus entrenadoras personales, Cecile Landi, y la doctora del equipo, Marcia Faustin. Después colocó los agarres en las barras asimétricas, pero finalmente decidió abandonar la pista.

Posteriormente, Biles compareció ante los medios y dejó uno de los titulares del año poniendo el foco en un de los temas tabús en la sociedad y en el deporte: "Después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Ya no confío tanto en mí misma. Tal vez sea por hacerme mayor. No somos sólo deportistas, somos personas al fin y al cabo y, a veces, hay que dar un paso atrás".

Biles abría una puerta, la de la presión y el trabajo mental del deportista, área que está creciendo en los últimos tiempos. Rafael Mateos, Psicólogo Deportivo en 'Train Your Mind' e investigador en la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja actualmente con 48 deportistas individuales y más de 15 equipos. Mateos confirma que "no es algo que esté totalmente normalizado, pero casos como los de Biles o Iniesta ayudan a visibilizar ese trabajo". "Gracias a eso podemos aumentar con el deportista el rappor, el grado de confianza que establecemos con el deportista. También nos ayuda muchos casos como el de Luis Enrique, que habla con toda la normalidad del trabajo de Joaquín Valdés, el psicólogo deportivo que tiene integrado en su equipo. Si el seleccionador apuesta por ello, eso nos abre muchas puertas".

Ya no es tabú

Mateos reconoce que la figura de los psicólogos deportivos "ha dejado de ser tabú en las pistas y canchas en España". "Es algo que tiene más que ver más con el contexto y el deporte que con la edad. Por ejemplo, es más difícil en deportes de equipos, porque siempre es más difícil ganarte la confianza de una veintena que la de uno. Todos tienen sus peculiaridades, pero en los de deporte la variable del conflicto entre los compañeros tiene más peso. En otras individuales como las de fondo, el deportista tiene más tiene para pensar y necesitamos trabajar mucho más las técnicas disociativas porque ahí tiene mucho peso la variable del auto-diálogo".

El atleta Ángel David Rodríguez, al que se le conoce por el apodo de 'El Pájaro' es ocho veces campeón de España de 100 metros, cuatro veces de 200 metros y cinco de 60 metros. Es una figura carismática del atletismo español de las últimas décadas con voz en foros internacionales de deportistas. Un velocista que confiesa "seguir compitiendo porque me engancha la adrenalina de la competición". "La presión del día de carrera. Es algo adictivo”. Rodríguez sostiene que "la figura del psicólogo es un recurso que siempre ayuda". "En el CAR de Madrid y en la Federación hay psicólogos a disposición de los atletas. Conozco a algunos que recurren a ellos puntualmente y otros que los implementan en sus rutinas de trabajo diario".

Una de las atletas que mejor ha integrado el trabajo psicológico en su rutina es la medalla de oro olímpica Ruth Beitia. La santanderina siempre fue minuciosa en su preparación, especialmente a la hora de trabajar la visualización de la competición al detalle. En los Juegos de Río de Janeiro, donde se colgó el oro, decidió que debía utilizar gafas de sol. Y cuando trabajaba con su psicóloga la visualización de la competición, lo hacía con las gafas de sol puestas para tener todos los detalles controlados.

La presión por medio

'El Pájaro', a la hora de competir, siempre ha jugado con la presión. Con la suya y con la de los rivales. "He corrido una vez al lado de Usain Bolt y utilicé el factor de su presencia a mi favor. Yo era el sexto tiempo de la serie, pero sabía que si manejaba bien la presencia de Bolt, podía pasar como tercero tras él y tras Chambers. Era consciente de que a los 40 metros Usain encendería el cohete y eso podía pesar a quienes tuviera al lado, casualmente los tres que yo aspiraba a batir. Ellos tuvieron que vivir su show previo a la carrera también al lado, lo que te puede desconcentrar si no estás muy metido en lo tuyo. Yo salí según lo preparé, vi de lejos despegar a Usain y seguí con mi plan de carrera y saqué todo al final. Los rivales se desfondaron tras el latigazo de Bolt. No estaban preparados para quedarse atrás, y al final me colé en semifinales. Manejé la presión a mi favor".

Rafa Mateos incide en lo que comenta Rodríguez e introduce otro factor capital: el miedo. "Muchos deportistas tienen miedo. Hay dos tipos de miedo, al fracaso y el miedo físico. El primero hay que aparcarlo porque no ofrece ningún beneficio. El segundo es una variable que trabajamos mucho los psicólogos deportivos porque el miedo es una reacción natural del cuerpo que el deportista utiliza como sobre-activación. El miedo es tu amigo. Sería malo no sentir ese miedo. En estos casos se incide la técnica de auto-diálogo".

Los dos coinciden en que "detrás del caso Biles hay otras variables como la hiperactividad de la que Simone se ha medicado desde pequeña y, sobre todo, el tema de los abusos que ha sufrido". "El comportamiento de los deportistas depende mucho del contexto. Biles no fue la misma en Río que en Tokio. Sus circunstancias eran diferentes”.

Se tolera mal la incertidumbre

Mateos advierte que "los seres humanos toleramos mal la incertidumbre y los deportistas trabajan mucho para tener controlado el máximo de los factores: sueño, entrenamientos, alimentación…" "Y en esta variable de la incertidumbre la aparición del Covid ha cambiado todo. Puedes estar un año trabajando para una carrera y el día antes das positivo y se desmorona todo". Ahí 'El Pájaro' apunta que "un buen amigo que jugaba en la ACB y en la Selección me dijo que ellos tienen la ventaja de volver a jugar tres días después de perder y se olvidan de esa derrota". "Y nosotros tenemos muchas menos oportunidades. Hay deportistas que se lo juegan todo a una carta. Una final olímpica, un ejercicio de gimnasia, los trials clasificatorios de tu país…".

El psicólogo deportivo de 'Train your Mind' saca el nombre de Rafa Nadal. "El verdadero mérito de Rafa es que, además de controlar al máximo todos los factores que puede dominar, pone sobre la mesa todos los que no controla. Se enfada cuando pierde, eso es obvio. Pero el objetivo de un deportista siempre es hacer la mejor evaluación de su rendimiento tras los partidos, y nadie aprende más que Nadal de los partidos que juega. Y no solo de las finales que pierde. Es un referente de la autoevaluación".

Ángel David Rodríguez concluye apuntando que "la preocupación por el trabajo psicológico y la salud mental en el deporte es el reflejo de lo que está pasando en la sociedad". "Afortunadamente ha dejado de ser tabú hablar con un psicólogo o un psiquiatra. Ahora es un recurso de apoyo para canalizar la presión y el stress al que padecemos. Para algunos es un problema, para otros una motivación. A mi me ha puesto siempre cachondo. Me ha gustado esa sensación que me activa y me da una agresividad que te hace volar".

Y cuando la presión aprieta, siempre quedan discursos como el de Sarunas Jasikevicius, el ténico del Barcelona de baloncesto, que al ser preguntado por la presión que sienten los jugadores del Barça afirmó lo siguiente: "No todo el mundo está para jugar en el Barça. Está claro. Hay presión, pero, ¿qué debería decir una persona que, ahora, en pandemia, no encuentra trabajo? Eso sí que es presión. ¿Nosotros? La mayoría somos millonarios. ¿De qué presión estamos hablando? Vete a otro equipo. Cualquier entrenador incluso. Estamos trabajando todas nuestras vidas para estar en el Barça y tener esta presión. Es un lujo esto. Es increíble, vamos. Somos los más afortunados del mundo". Poco más que añadir.