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Jaque a LaLiga: los grandes tienen un plan secreto y los pequeños, un futuro negro
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TEBAS SE ENFRENTA A PÉREZ Y BARTOMEU

Jaque a LaLiga: los grandes tienen un plan secreto y los pequeños, un futuro negro

Tormenta perfecta para la competición doméstica, que ve cómo los grandes planean una liga europea mientras los pequeños se quedan sin el dinero de las apuestas

Foto: Bartomeu y Tebas, en 2016, cuando aún eran amigos. (EFE)
Bartomeu y Tebas, en 2016, cuando aún eran amigos. (EFE)

Se creía un rumor, una vieja leyenda para amedrentar a las patronales, pero la idea de una Superliga europea no solo es real, sino que está más cerca de hacerse realidad que nunca. Fue Josep Maria Bartomeu, durante su discurso de renuncia, quien hizo saltar la liebre: "Hoy puedo anunciar una noticia que cambia las perspectivas financieras. Ayer aprobamos la aceptación de los requerimientos para participar en una futura Superliga europea de fútbol, una iniciativa impulsada por los grandes clubes. El detalle estará a disposición de la próxima junta y deberá ser ratificado por la Asamblea", dijo el expresidente del Barcelona.

Pese a que lo anunció con gran naturalidad, lo cierto es que es la primera vez que un presidente de club, aunque fuera uno saliente, reconocía en público que las negociaciones existen y que, por lo que parece, están avanzadas, hasta el punto de que se están firmando documentos. "Hay dos proyectos de superliga europea sobre la mesa, yo entiendo que Bartomeu se refería a la que está diseñando la UEFA", dice a este periódico Jordi Farré, impulsor de la moción contra Bartomeu y candidato a la presidencia del club. "Porque el otro proyecto lo impulsa Florentino Pérez, y quiero creer que Bartomeu no está pensando en meter al Barcelona en un proyecto de Florentino", continúa Farré.

Tras los dos conceptos de Superliga hay un enfrentamiento entre grandes bancos. La idea de la UEFA, impulsada por los principales clubes de la Premier League, cuenta con el respaldo de Barclays, que ha hecho un fabuloso negocio patrocinando la liga inglesa desde 2004. Barclays se haría cargo de la inversión inicial y de la puesta en marcha de la competición con una inversión inicial estimada en 5.000 millones de euros. Además, según se ha informado a los clubes, el ganador de esta competición, que sustituiría a la Champions League y seguramente también a la Europa League, se embolsaría 2.000 millones de euros, mientras que el ganador de Champions se lleva apenas 19 millones. Se trataría, en esencia, de un movimiento de la UEFA para frenar las ambiciones de los principales clubes, que llevan años exigiendo una mayor rentabilidad en Europa (en la Europa League, por ejemplo, muchos clubes llegan a perder dinero). La idea con la que se trabaja, aunque no es definitiva, pasa por 18 clubes fijos y la presencia de invitados cada año, ya que sería una liga cerrada, sin ascensos, descensos o clasificaciones para jugarla, al estilo de la Euroliga de baloncesto. Si todo va bien, se presentaría en 2024 y se empezaría a jugar nunca antes de 2028.

Paralelamente, Florentino Pérez y Andrea Agnelli, magnate del motor y presidente de la Juventus, tienen otra idea en marcha, una suerte de Mundial de clubes. Cuenta con el apoyo de JP Morgan y el visto bueno de la FIFA y sustituiría al actual Mundial de Clubes. Se disputaría cada cuatro temporadas, coincidiendo con el año del Mundial de selecciones, y estaría formada por dos ligas de 20 equipos, con equipos de todos los continentes. De hecho, la FIFA ya está avanzando en esta fórmula, ya que el Mundial de Clubes de la próxima temporada se ampliará de ocho a 24 equipos.

placeholder Bartomeu, Agnelli y Pérez, durante un acto en 2017. (Reuters)
Bartomeu, Agnelli y Pérez, durante un acto en 2017. (Reuters)

Sobre el papel, estas dos competiciones serían compatibles, dado que la UEFA cedería una edición cada cuatro años para que se disputase el torneo de FIFA, aunque difícilmente lo serían con las ligas nacionales, de ahí el secreto con el que se manejan las negociaciones. Supondría añadir al calendario en torno a 40 partidos, más del triple de los que juegan los finalistas de Champions, algo imposible tanto a nivel físico como logístico. De este modo, lo que temen las ligas domésticas ya no es que los grandes clubes abandonen la competición de sus países, sino que creen plantillas B para disputarlas, ya que las estrellas se reservarían para el torneo más rentable. Ni mencionar las copas, organizadas por las federaciones nacionales, que desaparecerían del mapa o serían fuertemente devaluadas.

"El proyecto de la Superliga es una idea de barra de bar a las cinco de la mañana", dice Tebas

Javier Tebas, presidente de LaLiga, saltó como un resorte tras el anuncio del 'expresident': "Desafortunado Bartomeu, anunciando el último día la participación en una competición fantasma, que sería la ruina para el Barcelona, y ratifica su ignorancia en la industria del futbol. Triste final de un presidente que tuvo aciertos y últimamente errores", para después ahondar aún más en la crítica al proyecto en una entrevista a Associated Press: "Bartomeu está dirigido por Florentino en este asunto, esto es lo que yo creo. La llamada Superliga es un viejo sueño del presidente del Real Madrid, que lleva mucho tiempo trabajando en el proyecto. No es una noticia nueva. Pero es un gran error porque nadie entiende las graves consecuencias financieras que puede tener. Es una conversación de barra de bar a las 5 de la mañana", dijo el jefe de la patronal.

"El gran temor", dicen fuentes de la RFEF, "es que las ligas nacionales queden como ligas de desarrollo de Madrid, Barça y Atleti, muy al estilo de Estados Unidos, pero hay una referencia mucho más cercana: la ACB. ¿Cuál es el papel de las ligas nacionales después de la 'gigantización' de la Euroliga? Pues eso: siguen jugando, pero no es lo mismo. Otra cosa sería eliminar las competiciones de las federaciones, porque ahí se tocarían fibras más sensibles, como las selecciones".

El candidato Farré adelanta que, en caso de ser el próximo presidente del Barça, no participará en la Superliga de Florentino Pérez: "Yo no veo al Barcelona haciendo esto. Habrá que ver qué documentos ha firmado Bartomeu cuando estaba a punto de dimitir, porque lo mismo acaban en los juzgados. Estoy más abierto al proyecto de la UEFA, que conozco bastante bien, y por eso sé que está muy verde como para tomar ninguna decisión. De todos modos, yo optaría por potenciar LaLiga, a la que sin duda le hace falta un empujón", dice.

Más allá de que estos proyectos lleguen a cristalizar, porque aún no lo ha conseguido ninguno, existe una realidad: que los grandes clubes están convencidos de que pierden dinero cuando juegan con equipos menores. "Cuando el Barcelona juega contra el Bayern o el Manchester UTD, se mueven unas cifras que nada tienen que ver con un enfrentamiento con, digamos, el Granada. Los grandes clubes están convencidos de que ser competitivo, a nivel deportivo pero sobre todo comercial, es jugar contra grandes equipos sin que deje de tener un halo especial, sin que se haga rutinario, pero los enfrentamientos con los equipos menores están fuera de esta ecuación. El futuro irá por ahí", dice la fuente federativa.

La sombra sobre los modestos

La ausencia de los grandes clubes en las ligas nacionales perjudica, casi en exclusiva, a los equipos modestos, que verían perderse parte de sus ingresos por televisión y taquilla sin los enfrentamientos contra Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. No obstante, se trata de un problema lejano teniendo en cuenta lo inminente de su principal preocupación: la prohibición de ser financiados por las casas de apuestas.

Estos días, los equipos de Primera y Segunda han recibido cartas en la que se les informa de que tendrán que abandonar los patrocinios relacionados con el juego a partir de la próxima temporada. Hay gran indignación y cuantifican las pérdidas entre 60 y 100 millones de euros. "Estamos haciendo lo imposible por sobrevivir con los estadios vacíos y ahora nos quitan la que para muchos equipos, en especial en Segunda y Segunda B, es la principal fuente de ingresos", dice el dirigente de un conocido club de Segunda. "¿Ahora tenemos que mirar si un patrocinador hace esto o aquello, aunque sea una actividad legal? Nos parece una cacicada ideológica que puede costarle el futuro al muchos clubes modestos", continúa.

Los clubes han renovado sus patrocinios con las casas de apuestas este verano a la espera de que se introdujese una carencia de tres años

La indignación es reciente, pero el conocimiento de la prohibición viene de lejos. Según fuentes del Ministerio de Consumo, los clubes tienen conocimiento del contenido de la ley de regulación del juego desde que se formó el Gobierno, en enero de este mismo año. En teoría, los clubes tenían que haber aprovechado estos meses para buscar patrocinadores alternativos y adecuarse al nuevo marco legal, sin embargo apenas un puñado de ellos ha hecho los deberes. Es el caso de Huesca, Valladolid, Getafe y Eibar, en Primera, que, junto a la Real Sociedad, que adoptó la decisión anteriormente por iniciativa de sus socios, ya no lucen patrocinios de juego. En Segunda, solo Castellón, Tenerife, Lugo y Almería han hecho la transición.

placeholder El Betis es uno de los clubes que renovaron este verano su patrocinio con Betway. (EFE)
El Betis es uno de los clubes que renovaron este verano su patrocinio con Betway. (EFE)

Los demás aún tienen agujeros en los presupuestos del año que viene por rellenar. Una buena parte de los clubes incluso han renovado este verano sus acuerdos con casas de apuestas por varios años como una medida de presión al Gobierno para que introdujese un periodo de carencia. Los clubes pedían tres años, al igual que se hizo con la ley que prohibía anunciar el tabaco, añadiendo como agravante el impacto negativo del coronavirus, pero tanto Consumo como el Consejo de Estado han considerado que la temporada en curso es suficiente. "Hemos mantenido un contacto constante con los clubes desde enero y consideramos que la temporada que viene era un plazo garantista", dicen desde Consumo. Es más, a finales de verano, con la avalancha de renovaciones, el ministro Garzón calificó de "temeraria" la actitud de estos clubes que hoy están indignados.

El borrador del Real Decreto, al que este periódico ha tenido acceso y que se aprobará en los próximos días, es tajante con los patrocinios: no se podrán utilizar las marcas de casas de apuestas en las retransmisiones deportivas, camisetas de los equipos o vallas del estado, ni siquiera como coletilla en el nombre del club, el estadio o la ciudad deportiva.

Se creía un rumor, una vieja leyenda para amedrentar a las patronales, pero la idea de una Superliga europea no solo es real, sino que está más cerca de hacerse realidad que nunca. Fue Josep Maria Bartomeu, durante su discurso de renuncia, quien hizo saltar la liebre: "Hoy puedo anunciar una noticia que cambia las perspectivas financieras. Ayer aprobamos la aceptación de los requerimientos para participar en una futura Superliga europea de fútbol, una iniciativa impulsada por los grandes clubes. El detalle estará a disposición de la próxima junta y deberá ser ratificado por la Asamblea", dijo el expresidente del Barcelona.

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