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El nuevo pulso de Javi Gómez Noya, el triatleta que no se compara con Rafa Nadal
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'condenado' a pelear por su sexto mundial

El nuevo pulso de Javi Gómez Noya, el triatleta que no se compara con Rafa Nadal

El gallego, de 36 años, añadió el pasado mes de mayo uno de los pocos títulos que le faltaban: el Mundial de Larga Distancia. Ahora buscará su sexto mundial en corta y el oro en Tokio 2020

Foto: Gómez Noya choca las manos de los aficioandos en el Mundial de Larga Distancia celebrado en Pontevedra. (EFE)
Gómez Noya choca las manos de los aficioandos en el Mundial de Larga Distancia celebrado en Pontevedra. (EFE)

A Javier Gómez Noya no hay reto que se le resista, ni siquiera a sus 36 años. Cuando su cuerpo debería resentirse tras toda una vida dedicada al triatlón y a los esfuerzos superlativos, él sigue siendo un chaval. El gallego ya enfoca su preparación hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde espera estar después de renunciar a los de Rio 2016 por una inoportuna lesión en el codo. Conseguir una medalla es su objetivo, aunque a él solo le vale el oro: "No firmo la plata porque ya tengo la de Londres 2012, mi aspiración es subir un escalón más. Sé que no estuve en Brasil, pero no por ello me voy a conformar. Yo no renuncio a nada. Si luego me presento en Japón y quedo séptimo pues nada, pero con la conciencia tranquila de haber peleado por lo máximo", cuenta a El Confidencial quien es, por derecho propio, uno de los mejores deportistas de la historia de este país, aunque le cueste reconocerlo: "Yo hago mi trabajo lo mejor posible, eso otro lo tiene que valorar la gente. Yo no me comparo con Rafa Nadal, pero desde luego mis resultados son mucho mejores que los que un día soñé cuando empecé a competir profesionalmente".

En invierno del 2017 Noya sorprendió al mundo al anunciar que abandonaba la distancia olímpica -esa a la que siempre se había dedicado y que le consagró entre los más grandes de su deporte con cinco cetros mundiales, más que nadie- para probar en larga, terreno hasta ahora desconocido. En la mira, el Ironman de Hawái, una prueba de especial dureza, que siempre le había apasionado y que tenía ganas de intentar. Debutó con éxito en el Ironman de Cairns, donde fue segundo en una especie de aperitivo antes de Kona, epicentro de la carrera cumbre, donde se dio de bruces con la realidad: “No estoy contento con mi resultado en Hawái, pero la experiencia fue buena y aprendí muchísimo. Cambiaría mi entrenamiento para gestionar mejor las características de la carrera porque es particular y diferente a cualquier otra. Hay unas condiciones de calor y humedad brutales, por ahí hay que trabajar. También todo el aspecto nutricional porque la cantidad de energía que tienes que aportar al cuerpo es importante", reconoce el atleta, que terminó en el puesto once, muy cerca de los primeros espadas.

"Cometí errores. A veces la carrera va tan intensa que descuidas cosas. En mi caso, no comí ni bebí lo suficiente. Cualquier error pequeño lo pagas más que en cualquier otro sitio. Apreté mucho también en el sector de bicicleta para no descolgarme de la cabeza y me pasé de ritmo. Tenía que haber sido más conservador para afrontar mejor la carrera a pie. A buen seguro, hubiera logrado un resultado mucho mejor", confiesa con resignación. Tras degustar las mieles del Everest del triatlón y refrescar la mente, Javier decidió volver a la modalidad corta, donde esperaba volver a sentirse competitivo, como así ha sucedido finalmente.

placeholder Gómez Noya cruza la línea de meta del Ironman de Hawái tras acabar undécimo. (Reuters)
Gómez Noya cruza la línea de meta del Ironman de Hawái tras acabar undécimo. (Reuters)

Vuelta exitosa al plan corto

No estuvo en la primera prueba de las Series Mundiales celebrada en Abu Dabi, pues no se veía lo suficientemente preparado, e hizo su aparición en Bermudas con un gran segundo puesto. "Tenía confianza en poder llegar a mi nivel en distancia olímpica, pero estar en el podio en estas carreras no estaba ni en mis predicciones más optimistas. Creía que me costaría un poco más. La verdad es que estoy disfrutando de como están saliendo las cosas esta temporada", afirma Noya, que en las siguientes citas celebradas en Yokohama y Leeds fue cuarto y tercero, respectivamente. "Creo que todo el trabajo que hice de más kilómetros y volumen de cara al Ironman el año pasado me ha venido genial en este. Tengo una base brutal, sobre todo de bici y carrera. Es increíble lo que he mejorado. Los resultados están ahí y, además, no me ha afectado a la natación", afirma un triatleta al que la edad no parece pasarle factura, pues apenas ha perdido un ápice de explosividad. Ostenta el elixir de la eterna juventud.

Su vuelta al ruedo ha coincidido con el desplome de su gran rival y amigo, Mario Mola. El balear, de 29 años y con tres títulos mundiales que amenazan su reinado, está pasando por un momento difícil: una afección en los isquios le ha descolgado de la general por el campeonato, donde partía como claro favorito. "La rivalidad con Mola pues sí, me motiva, igual que antes con los Brownlee. Si quieres competir contra ellos has de buscar continuamente formas para mejorar y reinventarte, Mario es un referente ahora mismo, todo el mundo sabe que es el rival a batir y ganarle no es fácil ni mucho menos", dice. El bajón de rendimiento de Mola, unido a sus buenos resultados (marcha cuarto en la general), han 'condenado' a Noya a pelear por su sexto Mundial. "Mi idea era competir para ir cogiendo el tono de cara a los Juegos. Evidentemente, quería estar delante, pero estas buenas posiciones en cada una de las citas me permiten aspirar a más y voy a intentarlo. Eso sí, mi sexto campeonato del mundo no me quita el sueño. Si no lo consigo tampoco me importará demasiado porque ya lo he ganado otras veces", admite sin tapujos.

placeholder Gómez Noya, junto a Mola y Alistar Brownlee en una prueba de las Series Mundiales en 2016. (EFE)
Gómez Noya, junto a Mola y Alistar Brownlee en una prueba de las Series Mundiales en 2016. (EFE)

El título que le faltaba

El pasado mes de mayo el gallego amplió su palmarés con uno de los pocos títulos que le faltaba, el Mundial de Larga Distancia. No llegó en las mejores condiciones ni con un plan de entrenamiento específico para esta carrera, pero tampoco le hizo falta. Llevado en volandas por su gente, pues se disputó por las calles de Pontevedra, llegó a meta en solitario, aplaudido por los competidores que iba doblando. Chocó la mano de los aficionados presentes, a los que también dedicó gestos de reverencia antes de coger la cinta y gritar de rabia. Acto seguido, se tiró al suelo exhausto. Dominó de principio a fin, como le gusta, y ganó con solvencia. Fue una demostración de que su ambición y voracidad no conocen límites. "Fue una carrera espectacular, por la cantidad de gente que había, todo el apoyo que recibí… una de las carreras más bonitas de mi vida. Sufrí mucho en los últimos kilómetros porque no la había preparado bien. Ganar ese título en mi casa será una de las cosas que recordaré cuando me retire", manifiesta.

Noya no deja de bajarse de los podios. Hace unos días no pudo proclamarse por tercera vez campeón europeo de Medio Ironman, pero completó una fantástica remontada para ser segundo en Elsinore (Dinamarca). El triatlón de gran fondo le gusta y le motiva, por eso espera centrarse en distancias más largas en cuanto acabe Tokio 2020. Por supuesto, a Hawái volverá, casi con total seguridad en 2021. "Compaginar las dos distancias es imposible, al menos a un nivel alto. Seguiré haciendo medios Ironman como he hecho en los últimos 8 ó 10 años, es buen entrenamiento para la corta. La larga distancia ahora habrá que aparcarla, pero sí, volveré a Hawái para pelear de nuevo por la victoria. A los más grandes les costó varias ediciones ganarlo, no desespero. Ahora tengo experiencia y sé qué tengo que hacer", indica con una sonrisa.

Las próximas citas para Gómez Noya serán los triatlones sprint de Montreal y Hamburgo, válidos para el Campeonato del Mundo. A mediados de agosto competirá en el triatlón test de Tokio, donde además de conocer el recorrido olímpico habrá plazas de clasificación directa para la gran cita. Lo hará, como siempre, a ritmo de rock and roll. "AC/DC es el grupo ideal, te mantiene alerta", concluye entre risas.

A Javier Gómez Noya no hay reto que se le resista, ni siquiera a sus 36 años. Cuando su cuerpo debería resentirse tras toda una vida dedicada al triatlón y a los esfuerzos superlativos, él sigue siendo un chaval. El gallego ya enfoca su preparación hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde espera estar después de renunciar a los de Rio 2016 por una inoportuna lesión en el codo. Conseguir una medalla es su objetivo, aunque a él solo le vale el oro: "No firmo la plata porque ya tengo la de Londres 2012, mi aspiración es subir un escalón más. Sé que no estuve en Brasil, pero no por ello me voy a conformar. Yo no renuncio a nada. Si luego me presento en Japón y quedo séptimo pues nada, pero con la conciencia tranquila de haber peleado por lo máximo", cuenta a El Confidencial quien es, por derecho propio, uno de los mejores deportistas de la historia de este país, aunque le cueste reconocerlo: "Yo hago mi trabajo lo mejor posible, eso otro lo tiene que valorar la gente. Yo no me comparo con Rafa Nadal, pero desde luego mis resultados son mucho mejores que los que un día soñé cuando empecé a competir profesionalmente".

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