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De Ruth y Carolina a Simone y Kimia, las diez caras femeninas del deporte en 2016
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De Ruth y Carolina a Simone y Kimia, las diez caras femeninas del deporte en 2016

Ellas han sido las deportistas que han destacado y en algún caso incluso hecho historia durante este año en el que los Juegos Olímpicos de Río acapararon el mayor protagonismo

Foto: Ruth Beitia.
Ruth Beitia.

Ruth Beitia (Atletismo)

Ha sido elegida como la mejor atleta europea del año con todo merecimiento. La saltadora de altura consiguió la medalla de oro en los Juegos de Río, la primera de una mujer para el atletismo español en la historia, a sus 37 años y después de toda una vida persiguiendo su sueño. Había participado en tres Juegos anteriormente, Atenas, Pekín y Londres y tras quedar cuarta en el 2012 decidió que era el momento de dejarlo. Su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo, la convenció con sutileza cuando empezó a hacer mal tiempo en Santander y Ruth ya no podía ir a patinar: “Vente al club a entrenarte un poco… Y poco a poco, me fue enredando”. Su regreso fue apoteósico porque toda la presión, “la mochila con piedras” como explica siempre ella que llevaba a cuestas, se desvaneció. A partir de ese momento empezó a disfrutar de verdad y los resultados llegaron, uno tras otro, hasta el gran éxito: el 21 de agosto del 2016. Después logró su segunda Diamond League consecutiva y ya está pensando en el Mundial de Londres que se disputará este verano, “donde terminó todo y al mismo tiempo empezó”. Porque Ruth siempre repite una frase: “Los sueños a veces se cumplen”. Y ella ya ha demostrado con creces que no es solo una frase hecha.

Simone Biles (Gimnasia)

A sus 19 años y en su primera participación en unos Juegos, no solamente ha conseguido superar a Nadia Comaneci e igualar la leyenda soviética Larissa Latynina con sus cuatro medallas de oro de seis posibles; Simone Biles ha logrado convertirse en un icono mundial. Con su 1,45 de estatura, su perenne sonrisa, sus saltos increíbles y su técnica exquisita ha cambiado su deporte, lo ha revolucionado. Hay un antes y un después de ella en la gimnasia y no tiene más rival que sí misma, como le sucedió cuando se desequilibró en la final de barra en Río. Biles tiene además ese intangible que se llama carisma y ha conseguido enganchar a la gimnasia a una nueva generación que, sencillamente, la adora. ¿Lo último? Plantar cara a través de las redes sociales a los miserables que critican su físico. Esta fue su respuesta: “Podéis juzgar mi cuerpo todo lo que queráis, pero al final del día es MI cuerpo. Me encanta y estoy cómoda en mi piel”.

Almaz Ayana (Atletismo)

La etíope de 23 años ha sido elegida como la mejor atleta del año por la IAAF. Su gesta en Río desde luego merecía tal honor. Almaz Ayana logró la medalla de oro en los 10.000 metros de una manera tan apabullante que dejó boquiabiertos a todos en la que ya es considerada la mejor carrera de la historia. En el primer día del atletismo en los Juegos de Río pulverizó un récord de 23 años… ¡por 14 segundos! Cuando la china Wang Junxia logró el récord del mundo de los 10.000 en unos aún increíbles 29m 31,78’’, Ayana sólo tenía dos años. Ella lo ha dejado en dejó 29m 17,45’’ en una carrera sin liebres, una carrera memorable. La hazaña fue tal que la segunda clasificada, la keniana Vivian Cheruiyot cruzó la meta 15 segundos después que la etíope y batió el récord de su país con la tercera mejor marca de la historia. La tercera, Tirunesh Dibaba, la campeona en Londres terminó en 29m 42,56s, la mejor marca de su vida a los 30 años. Por primera vez en la historia, cuatro atletas estuvieron por debajo de los 30 minutos.

Allyson Felix (Atletismo)

Es la atleta con más oros olímpicos de la historia: seis. Nadie ha conseguido tantos éxitos como ella y de Río se llevo dos oros, en los relevos 4x100 y 4x400 y una plata en la final de los 400 que dejó una de las imágenes de los Juegos cuando la atleta de Bahamas Shaunae Miller entró en meta tirándose en plancha arrebatándole la victoria a la americana. Su carrera ha sido impecable y a sus 31 años puede presumir de ser la mejor entre las mejores. En Pekín ganó el oro en el 4x400 y la plata en el 200. En Londres 2012 fue su explosión y se llevó el triplete en 200, 4x100 y 4x400, la primera que lo lograba desde Florence Griffith en 1988. Para clasificarse en los Trials para los Juegos de Río sufrió como nunca por culpa de una lesión tras un accidente en el gimnasio: se le cayó una pesa en un pie, pero lo logró y puso así un broche magnífico: Seis medallas de oro y tres de plata.

Katie Ledecky (Natación)

Tiene sólo 19 años y ya ha hecho historia. 13 de las mejores marcas de los 800 metros de la historia de la natación son suyas. Su superioridad es tan aplastante que no parece humana. En Río ganó cuatro medallas de oro, en 200 y 400 libres, en el relevo 4x200 y en 800, además de la plata en 4x100, logrando dos plusmarcas mundiales en 400 y 800. Hacía 48 años que una nadadora no conseguía ganar los 200, 400 y 800, una proeza. La gran pregunta con Ledecky es hasta dónde puede llegar teniendo en cuenta su juventud porque cuando se lanza a la piscina, sobre todo en los 800, la única duda es si conseguirá rebajar nuevamente su propio récord del mundo.

Carolina Marín (Bádminton)

No sólo ha logrado ser la primera jugadora no asiática en lograr la medalla de oro en bádminton unos Juegos Olímpicos, ni la primera no asiática en ser campeona del mundo de forma consecutiva en el 2014 y el 2015. Carolina Marín ha conseguido poner el bádminton en el mapa del deporte español. Porque, no nos engañemos, aquí de bádminton sabíamos lo justito hasta que ella apareció, fulgurante. Con su genio, su garra, su fuerte carácter y una preparación meticulosa, que no deja nada al azar y que incluye hasta gritar para descentrar a sus rivales. Los de Río fueron sus segundos Juegos, en Londres cayó en primera ronda ante la que después fue la campeona. La onubense, a sus 23 años, tiene una larga carrera por delante y el mérito ya de ser una pionera. Sólo cuando pasen los años y los que ahora son niños y niñas cuenten que se dedicaron al bádminton gracias a ella nos daremos cuenta realmente de lo que ha supuesto Carolina Marín para su deporte.

Elaine Thompson (Atletismo)

Es la nueva reina de la velocidad. Y no una reina cualquiera. La jamaicana consiguió en Río ganar en 100 y 200 metros en los mismos Juegos, algo que no sucedía desde que Florence Griffith Joyner logró la hazaña en los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988. Y lo consiguió con dos grandes marcas: 10, 71 y 21, 78. En los 100 metros destronó a su compatriota, amiga y compañera de entrenamientos Shelly Ann Fraser Pryce, que se tuvo que conformar con la medalla de bronce y que acudió a Brasil con el objetivo de ser la primera en lograr tres oros en tres Juegos consecutivos, pero a la que una lesión le arruinó los planes. En los 200 a la campeona europea, la holandesa Dafne Schippers. A sus 24 años y en sus primeros Juegos se hizo con el trono. Y tiene pinta de que no piensa soltar la corona fácilmente.

Kimia Alizadeh (Taekwondo)

El deporte ha servido a lo largo de la historia para romper barreras sociales y reivindicar derechos fundamentales. Los Juegos siempre han sido siempre el mejor escaparate para ello y en los de Río hubo una mujer, Kimia Alizadeh, que consiguió la medalla de bronce en taekwondo en la categoría de -57 kilos, en la que la española Eva Calvo fue plata. Kimia es la primera mujer iraní en conseguir una medalla en unos Juegos Olímpicos. En Irán, la medalla de Alizadeh tuvo trascendencia política. Hassan Rouhani, el presidente del país quien en varias ocasiones ha expresado su oposición a la represión contra las iraníes, la felicitó públicamente, lo que contrastó con las ideas expresadas por algunos clérigos chiitas que defienden que el lugar de la mujer persa está en casa, cuidando del hogar y de la familia. Las mujeres en Irán, por ejemplo, tienen prohibido el acceso a los estadios. “Estoy muy feliz por todas las mujeres iraníes”, declaró la joven de 18 años. Su bronce quizás haya servido más que mil discursos.

Marta Vieira Da Silva (Fútbol)

A sus 30 años la brasileña vuelve a estar nominada para el galardón The Best entre las tres mejores jugadoras del mundo junto a la alemana Melanie Behringer, la gran favorita, y la estadounidense Carli Lloyd. Ahora que el fútbol femenino empieza a ocupar espacio en los medios de comunicación, ahora que ya no es una rareza que una niña quiera jugar al fútbol, ahora que hay jugadoras incluso con reconocimiento social y patrocinadores, es de justicia reconocer que Marta tiene algo que ver con todo esto. Ganó el FIFA World Player durante cinco años de forma consecutiva, desde el 2006 hasta el 2010 y ha estado entre las candidatas en 12 de las últimas 13 ediciones. No ha sido un buen año para ella, sobre todo tras perder ante Canadá en la lucha por el bronce en los Juegos que se celebraban en su país, pero en el fútbol femenino es, aún hoy, una de las estrellas y una referencia para muchas mujeres.

Carolina Rodríguez (Gimnasia)

Una de las mayores gestas del deporte español en los Juegos de Río la protagonizó ella. Y no, no ganó ninguna medalla. A sus 30 años, una edad prácticamente prohibida para una gimnasta, consiguió meterse en la final donde logró un octavo puesto, el mejor resultado de su larga carrera, convirtiéndose en la finalista más veterana de la historia de los Juegos. Y lo hizo además emocionando al mundo, dedicándole el ejercicio de pelota, uno de sus elementos preferidos, a su hermano Santi, que falleció en accidente de tráfico y quien le vaticinó, cuando empezaba en su León natal, que algún día sería olímpica. Junto a su entrenadora desde que tiene siete años, Ruth Fernández, Carolina dijo adiós a la gimnasia por la puerta grande y aprovechó algunos momentos mientras esperaba la puntuación de los jueces para comunicarse mediante el lenguaje de signos con sus padres, que son sordos. La plata conseguida por el conjunto español en la final por equipos fue celebrada como se merecía la hazaña, la de Carolina, no fue para menos.

Ruth Beitia (Atletismo)

Ha sido elegida como la mejor atleta europea del año con todo merecimiento. La saltadora de altura consiguió la medalla de oro en los Juegos de Río, la primera de una mujer para el atletismo español en la historia, a sus 37 años y después de toda una vida persiguiendo su sueño. Había participado en tres Juegos anteriormente, Atenas, Pekín y Londres y tras quedar cuarta en el 2012 decidió que era el momento de dejarlo. Su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo, la convenció con sutileza cuando empezó a hacer mal tiempo en Santander y Ruth ya no podía ir a patinar: “Vente al club a entrenarte un poco… Y poco a poco, me fue enredando”. Su regreso fue apoteósico porque toda la presión, “la mochila con piedras” como explica siempre ella que llevaba a cuestas, se desvaneció. A partir de ese momento empezó a disfrutar de verdad y los resultados llegaron, uno tras otro, hasta el gran éxito: el 21 de agosto del 2016. Después logró su segunda Diamond League consecutiva y ya está pensando en el Mundial de Londres que se disputará este verano, “donde terminó todo y al mismo tiempo empezó”. Porque Ruth siempre repite una frase: “Los sueños a veces se cumplen”. Y ella ya ha demostrado con creces que no es solo una frase hecha.

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