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El Satisfyer y otros succionadores de clítoris: análisis y opinión de este juguete sexual
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El Satisfyer y otros succionadores de clítoris: análisis y opinión de este juguete sexual

Todo lo que querías saber y no te habías parado a preguntar sobre el gadget sexual que lo cambió todo en el mundo del orgasmo femenino

Foto: Los succionadores de clítoris se han extendido en los últimos años (LELO)
Los succionadores de clítoris se han extendido en los últimos años (LELO)

¿Estás pensando en comprar un Satisfyer u otro succionador de clítoris porque no dejas de leer y escuchar maravillas sobre el que, sin duda, ha sido el juguete sexual con mayor y mejor fama de la historia?

Si es el caso, te animo a leer el siguiente artículo, basado únicamente en mi experiencia y en la de mujeres cercanas en cuyo criterio creo a pies juntillas y que, muy amablemente, han accedido a prestarme su opinión sobre el famoso cacharrito que, casi dos años después del gran boom, sigue siendo el juguete sexual más vendido de la mayoría de sexshops online y que, además, acaba de renovarse por partida doble con la versión 3 del Satisfyer Pro original y una variante para hombres.

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Pero, ¿cuál es la magia que encierra este pequeño gadget con más pinta de aparato destinado a la limpieza facial que al placer íntimo? Puede que, precisamente, este aspecto sea una de sus claves, pero empecemos por el principio.

¿Qué es el Satisfyer y cómo se utiliza?

La propia marca define el Satisfyer como un producto de bienestar sexual con el que podemos estimular nuestro clítoris de forma prácticamente contactless, mediante unas ondas de presión patentadas por la propia Satisfyer, cuya tecnología recibe el nombre de Air Pulse.

Otros succionadores de clítoris menos conocidos, probablemente por ofrecer unos precios algo alejados de los 40 euros que cuesta el Satisfyer Pro 2, como el succionador de clítoris de Lelo, incorporan una tecnología similar que promete mucho placer con cero contacto.

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De ahí que se le conozca como el succionador de clítoris, puesto que, supuestamente, estas ondas ejercen una presión absorbente (configurable hasta en 11 intensidades diferentes), sobre la zona del clítoris en la que se coloque.

Su diseño ergonómico y discreto, la silicona médica de fácil limpiado con la que está fabricado y su batería recargable, son algunos de sus puntos fuertes.

Sin embargo, el gran gancho del Satisfyer Pro 2 es que garantiza orgasmos extremadamente intensos tras apenas dos minutos de tiempo de uso en cualquier mujer o persona con vagina.

Además el Satisfyer es sumergible, por lo que podría utilizarse, por ejemplo, en la bañera, donde alcanzar el clímax promete resultar una experiencia incluso más increíble.

El marketing del Satisfyer

Lo cierto es que, así leído, parece un plan sin fisuras; un juguete sexual que ni siquiera lo parece, un cien por cien de garantías de alcanzar el orgasmo más intenso que has sentido nunca y, además, en un tiempo récord.

En fin, una bicoca para cualquiera que fuera el departamento de marketing que tuvo la gran suerte de ser el encargado de dar a conocer al mundo el aparato en cuestión allá por 2019 y que, siendo justos, debió ganar el premio al departamento de la década, puesto que fue el regalo más repetido del Black Friday y la Navidad de dicho año, además de copar artículos, programas, columnas de opinión, tweets y memes durante varios meses consecutivos.

Concretamente, fue una viñeta de la ilustradora @modernadepueblo publicada en su cuenta de Instagram en colaboración con @platanomelon, el principal distribuidor del Satisfyer en España, la que dio el pistoletazo de salida al gran hype del Satisfyer.

De un día para otro y después de años y años de silencio sobre la masturbación femenina, ese tema tan tabú que prácticamente no se mencionaba ni siquiera con las amigas más íntimas, todo el mundo parecía estar hablando, sin tapujos, de un juguete sexual para mujeres que prometía alcanzar el orgasmo femenino (otro gran olvidado de nuestra sociedad durante años) en el 100% de los casos.

El hype fue tal que, lejos de seguir siendo un tema tabú, el Satisfyer se convirtió en un producto muy blanco. Si actrices, periódicos, revistas e incluso la gente del trabajo hablaba de ello con semejante naturalidad (recordemos que se enfocaba como un producto de bienestar sexual), es que debía ser la bomba y, claro, yo también quise probarlo.

Mi experiencia con el Satisfyer

Hice mi pedido alrededor de un mes después de que estallara la fiebre Satisfyer, que por aquel entonces estaba en pleno auge, por lo que el pedido se demoró hasta diciembre y, más concretamente, hasta el día de mi cumpleaños.

Lo recibí en la oficina, porque esa es otra; entre las bondades que rodeaban al mágico cacharrito, se encontraba, por supuesto, el hecho de que venía en un paquete completamente anónimo y sin remitente. Por si acaso te daba cosa que alguien se enterara de que eres una mujer sexualmente activa a la que le gusta sentir placer. El caso es que a mí, que en aquel momento pasaba más horas en la oficina que en mi casa, me vino de perlas. Como al otro medio millón, me imagino.

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Ese día, yo cogía un avión tres horas más tarde hacia una ciudad europea en la que iba a pasar cinco días de necesarias vacaciones conmigo misma…hasta que el paquete llegó de forma inesperada, justo a tiempo para irnos los dos juntos. Segundo plan sin fisuras de este artículo.

Ni se me ocurrió pensar en la cara que puso la señora del control de acceso del aeropuerto cuando le dije si era necesario que sacara “un juguete íntimo que llevo en ese neceser” para depositarlo directamente sobre la bandeja en la que habrían reposado a saber cuántas cámaras de fotos, teléfonos móviles y planchas del pelo solo aquel día.

“¿Un qué?”- me preguntó con ojos de búho.

“Un juguete íntimo” - respondí un poco bajito porque, a mi lado, había dos chavales en la edad a la que uno está a punto de perder la inocencia.

“No, no hace falta”- sentenció mientras apartaba la mirada de lo que podría haber sido una semiautomática de calibre 22.

Llegué a mi destino cansada, así que dejé las presentaciones para la mañana siguiente, momento tras el cual comencé a pensar si todo aquello no sería más que una grandiosa estrategia de marketing orquestada desde ese inmenso agujero negro que ha sido siempre el placer íntimo de las mujeres y aderezada con el hecho de que, según estudios, alrededor de un 83% de las mujeres son clitorianas, o sea, necesitan estimular su clítoris para alcanzar el orgasmo.

Me explico; no es que no alcanzara el orgasmo, pues como prometían todas las opiniones y lecturas sobre el tema, lo hice sin mayor dificultad salvo la de subir la intensidad un poco más que la media que se mencionaba en el 80% de las opiniones, pero todo fue demasiado rápido o demasiado intenso, o ambas cosas a la vez. Y, de repente, cuando más quería abrazar esa sensación, se había esfumado.

"Como prometían todas las opiniones sobre el tema, alcancé el orgasmo sin dificultad"

Un poco como cuando te comes un chicle de fresa ácida y, cuando al segundo mordisco empiezas a notar el increíble sabor de a saber qué adictivo aditivo, ha desaparecido. Y te tienes que comer otro y hasta te podrías comer el paquete entero en el trayecto de la oficina al trabajo.

He de decir que esa primera sensación se repitió las cuatro o cinco veces que volví a darle una oportunidad, pensando que, como todas las relaciones afianzadas, el aparatito rosa y yo terminaríamos por acoplarnos. Pero no fue así y, es más, en algunos casos, la sensación posterior a ese corte en seco me resultó incluso un poco molesta.

Lo siguiente que hice después de aquella primera impresión fue enviar un mensaje de audio a todas mis amigas poseedoras de un Satisfyer, cuyas opiniones, después de haber transcurrido más de un año desde su adquisición, te dejo aquí debajo para que saques tus propias conclusiones y decidas si el Satisfyer es o no para ti.

Opiniones reales sobre el Satisfyer

Andrea y Carla fueron las dos primeras amigas que me hablaron, superemocionadas, sobre el descubrimiento que habían hecho y me alentaron al unísono y con la llamada en modo altavoz, a hacerme con uno inmediatamente.

De hecho, una de ellas descubrió, tras muchos años inmersa en una relación estable, que jamás había tenido un orgasmo, por lo que para ella, el Satisfyer supuso un punto de inflexión en su vida sexual.

Por supuesto, ahora está soltera, disfrutando de la vida como nunca y reencontrándose con el Satisfyer de vez en cuando.

Para Jana, que nunca había tenido antes un vibrador o similar, también fue un descubrimiento y solo tiene buenas palabras para él. Aunque ya no lo usa tanto, a veces lo utiliza en pareja, que es otro de los reclamos del Satisfyer.

A Milena, sin embargo, le pareció una sensación similar a lo que yo había sentido: “Sí, es efectivo y sí, es rápido…pero el final “no es del todo satisfyer. He de decir que Milena es, con seguridad, la más lista de mis amigas y creo que, en ese punto, dio acertadamente en el clavo pero claro, orgasmatrón ya estaba cogido.

Su amiga Elena, con la quien también compartía parte de opinión, había desarrollado un mecanismo para evitar esa sensación de “corte por lo sano” que consistía, simplemente, en alejar el aparato cuando se sentía cerca del final.

Por último, Laura me comentó, directamente, que a ella no le había encantado y que entre su círculo, solo una de sus amigas, cuya experiencia con el Satisfyer era también la primera con un juguete vibrador, era fan declarada del succionador.

Aunque supongo que, después de leer todas nuestras opiniones estarás ya sacando tus propias conclusiones al respecto, te dejo aquí debajo la lectura que yo he hecho del tema después de todo este tiempo.

Conclusiones sobre el Satisfyer

A estas alturas, seguramente estés esperando que te cuente que, bajo mi punto de vista, el Satisfyer no merece la pena, pero el asunto es algo más complejo que todo eso.

Creo que para muchas mujeres como Andrea o Jana, que no habían experimentado con otro tipo de juguetes sexuales con anterioridad, su uso puede hacer honor a su nombre y ser verdaderamente satisfactorio, pues no deja de ser un aparato que vibra sobre nuestro clítoris, un órgano que contiene más de ocho mil terminaciones nerviosas (alrededor que el doble que las que comprende el pene) y cuya correcta estimulación puede hacerte estallar en mil fuegos artificiales pero, como mera opinión personal, el placer que Milena, Elena o yo misma hemos sentido utilizándolo, no es mejor que el que se consigue al estimular el clítoris con un vibrador average o con una mano (propia o ajena) bien dirigida.

Claro que es divertido utilizarlo, básicamente porque experimentar con la sexualidad siempre es una buena idea y, créeme, vas a alcanzar el orgasmo con seguridad, pero, bajo mi punto de vista, la sensación es tan sobrecogedora que es complicado saborear por completo todo el proceso.

El tema de “los dos minutos" es otro factor que, al contrario que en la mayoría de opiniones que puedes encontrar en internet, a mí no me parece un punto positivo. ¿De verdad hemos llegado al punto en el que incluso el tiempo que nos dedicamos a nosotras mismas de una forma tan íntima, tiene que ser así de limitado?

Creo que deberíamos recapacitar profundamente sobre este fenómeno de la inmediatez que últimamente parece abarcarlo todo y pensar si, realmente, disminuir el tiempo que dedicamos a nuestra sexualidad, sea solas o en pareja, es una buena idea.

Conocerse a una misma y conectar con nuestro cuerpo o con el de la persona que tenemos al lado, encima o debajo, es un proceso precioso ¡y muy placentero! al que no deberíamos poner límites al fijar como único objetivo el orgasmo final.

Pero bueno, al fin y al cabo, somos tan dueñas de nuestro cuerpo como de lo que hacemos con el tiempo que los quehaceres cotidianos nos dejan libre, por lo que puede ser una buena opción para muchas mujeres que deseen experimentar placer de forma rápida ¡o incluso repetidamente!

Pero si hay algo de lo que no tengo duda es que el Satifyer ha supuesto un punto de inflexión en la liberación sexual de las mujeres y, si bien no tengo claro si el aluvión de buenas críticas se debió a un repentino descubrimiento de los juguetes sexuales por parte de muchas mujeres o más bien al hecho de que, de la noche a la mañana nos sentimos libres para hablar de forma lícita sobre nuestro placer, lo importante es que este pequeño y extraño aparato se merece, por este motivo y aún con todo lo anterior, todos mis respetos.

Si tú también quieres darle una oportunidad al succionador de clítoris, te dejo tres opciones para que puedas elegir el que más te encaje. Me encantaría que, si lo haces, dejaras un comentario contando tu experiencia ¡seguro que resulta muy útil para muchas de nosotras!

Satisfyer Pro 3 de Platanomelon

El más clásico y también el causante de toda esta revolución. Como te he contado más arriba, tiene 11 modos de potencia, está fabricado en silicona médica y es sumergible y recargable. Además, es bastante silencioso, especialmente en los modos de menor intensidad.

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Satisfyer Pro 3 Plus Vibration
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Lelo Sona Cruise 2

El succionador de Lelo dobla de largo el precio del Satisfyer Pro 2 y, pese a que su funcionamiento es similar, este cuenta con diferentes cadencias de estimulación, además de una tecnología Cruise Control que hace que la intensidad aumente cuando lo presionas contra tu cuerpo. Lelo es una marca de reconocido prestigio en el mundo de los juguetes sexuales y la calidad de sus productos es siempre símbolo de garantía.

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Lelo Sona Cruise 2

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Succionador masajeador Hugbox

La alternativa económica al Lelo Sona 2 que puedes conseguir en Amazon por apenas 30€. Su boquilla es similar e incorpora diez niveles de intensidad con varios modos de vibración. Como en los dos casos anteriores, su batería es recargable y el paquete de Amazon llega sin remitente. Además, se puede utilizar en la ducha o el baño, ya que tiene certificado IPX7 y es muy silencioso.

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Succionador masajeador Hugbox
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¿Estás pensando en comprar un Satisfyer u otro succionador de clítoris porque no dejas de leer y escuchar maravillas sobre el que, sin duda, ha sido el juguete sexual con mayor y mejor fama de la historia?

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