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Las películas de éxito serán penalizadas
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tendrán que devolver las ayudas tras la reforma

Las películas de éxito serán penalizadas

El cine español cambia su sistema de ayudas. Ahora se concederán antes del rodaje y se establece que aquellas suficientemente rentables tengan que devolver el dinero

Foto: La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, (dch), y el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert (EFE)
La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, (dch), y el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert (EFE)

¿Tiene sentido que una película como Ocho apellidos vascos, que ha recaudado más de 50 millones de euros en taquilla, reciba una ayuda a la amortización premiando su éxito? Hasta ahora la Ley del cine decía que sí, que todas las obras que superaran un mínimo de espectadores tenían derecho a un dinero del estado, pero esto se ha acabado. La reforma aprobada hoy por el Consejo de Ministros ha cambiado el sistema de ayudas, que ahora se entregarán a priori, en vez de una vez explotadas en taquilla. Esto acaba con la inseguridad de los productores a la hora de financiar un proyecto y con prácticas fraudulentas como la compra de entradas para alcanzar el mínimo de entradas vendidas. Todos contentos. Bueno todos no, porque todas aquellas películas que tengan mucho éxito y sean altamente rentables tendrán que devolver las ayudas del estado.

Así lo han confirmado fuentes del Ministerio de Cultura en el encuentro que mantuvieron con los medios para aclarar los pormenores de esta reforma. En ella se aclaró que está previsto que haya “reembolso si hay éxito”. Lo que no aclararon es el porcentaje de devolución, aunque aseguraron que nunca sería del 100%. El presidente de la Confederación de Productores (FAPAE), Ramón Colom que también estuvo presente, aclaró que ellos esperan que los criterios para devolver no sean sólo el número de espectadores sino “la rentabilidad”, ya que dependiendo del proyecto algunas son rentables a partir de los 100.000 espectadores y otras a partir de los 200.000 espectadores, lo que se pide desde FAPAE es que ese reintegro vaya al “saco de las películas”, es decir al fondo para producir nuevos filmes.

Una de las dudas que planteaba esta reforma era qué ocurriría cuando se solaparan en el tiempo la concesión de las anteriores ayudas (se dan dos años después del estreno del filme) con las nuevas, es decir habría que destinar el doble de dinero a las arcas del cine para pagar. Desde el Ministerio de Cultura se han dado las cantidades que, a partir de 2016, se destinarán para esta labor. El primer año serán 35 millones de euros para la amortización y 30 para las ayudas nuevas. Progresivamente las de amortización irán desapareciendo. Así en 2017 serán 30 millones tanto para estas como para las concedidas a priori y así hasta llegar a 2019, cuando se quede en una cifra que han estimado entre los 40 y 45 millones de euros sólo para las establecidas por esta reforma.

Lo que se ha recalcado constantemente es que estas ayudas son para “cine industrial”, la película de autor no entra en esta saca, y tendrá que optar a otro tipo de ayudas a proyecto destinadas a filmes de riesgo y nuevos directores. En esta reforma lo que se primará son aspectos comerciales, de promoción y distribución.

'Se producirán las que el sector considere que se pueden hacer con una seguridad jurídica y que no estén subordinadas a un riesgo'

En la rueda posterior al Consejo de Ministros en la que se anunció esta reforma el ministro Wert dejó una de sus perlas asegurando que se producían demasiadas películas en España, y que desde Europa recomiendan “una por cada millón de habitantes”. Es decir unas 47 en vez de las más de 100 que se están haciendo actualmente. Desde el Ministerio de Cultura han quitado peso a esas palabras asegurando que el ministro no quería insinuar que esta reforma acarrearía un menor número de rodajes, aunque tampoco han aclarado cuántos estiman conseguir al año. “Las que el sector considere que se pueden hacer con una seguridad jurídica y que no estén subordinadas a un riesgo. La ayuda está destinada a acreditar la presencia de al menos 60.000 espectadores”, añadieron tras aclarar que esas 47 son aquellas con un carácter claramente industrial. “No se puede cifrar el éxito del país en el número de películas producidas. No es un dato relevante”, concluyeron zanjando el debate.

Ayudas objetivas

Una de las palabras más escuchadas por parte de los representantes de Cultura fue “objetivación”. “Lo esencial ha sido quitar cualquier criterio de subjetivación”, es decir que habrá una serie de requisitos que las películas tendrán que cumplir e ir sumando puntos para acceder a la ayuda y decidir en qué cuantía reciben ese dinero.

Todavía no se conoce el baremo que regirá la concesión, ya que está siendo trabajado por “el ICAA y su equipo técnico”, pero sí que se incidió en aspectos como la experiencia de la productora, el número de salas en las que se prevé estrenar, que tengan director español o que emplee a profesionales del país. También habrá un mínimo de coste de producción que habrá que acreditar y un tope todavía no establecido. Esa ayuda será recibida en etapas: “un 25% con la adjudicación, otro 25% al inicio del rodaje, y luego con la calificación se pagará el resto, según evolucione el proyecto”.

Otro de los elementos aprobados por el Consejo de Ministros fue la partida extraordinaria de 16 millones para pagar la deuda contraída con el sector. De ellos, cinco han sido destinados para pagar las ayudas a la amortización de 2012, evitando el prorrateo. Otros 10 se han destinado a engordar la partida para pagar las ayudas de 2013 (eso ocurrirá este año), dejando la cantidad en 36,5 millones. Una cifra que han asegurado suficiente para ello, tal como luego ha confirmado Ramón Colom.

El presidente de los productores ha aprovechado su presencia para dejar alguna pulla y contar lo que esperan del Ministerio en los próximos meses. “Lo mejor es que hemos estado tanto tiempo, tanto que ya no te atrevías a reclamar según qué cosas, que nos ha dado mucho tiempo para hablar”, ha comentado ironizando sobre los tres años largos de negociación que ha llevado esta reforma. Después ha procedido a lanzar el guante a los representantes de Cultura presentes, diciéndoles que esperan que en los presupuestos generales de 2016 haya un aumento de las deducciones fiscales, una de las decepciones del sector este año.

'La complejidad de este asunto no se resuelve en un almuerzo de dos horas, es evidente. Pero todo ayuda. La literatura está para los géneros y las películas'

Hubo hasta tiempo de hablar de la reunión que mantuvieron Rajoy y María Dolores de Cospedal con productores y con el presidente de la Academia, Antonio Resines, en la que no hubo ningñun representante de Cultura, y que dicen que precipitó esta reforma. "La complejidad de este asunto no se resuelve en un almuerzo de dos horas, es evidente. Pero todo ayuda. La literatura está para los géneros y las películas”, explicaron los interlocutores del ministerio, que no estuvieron presentes en el encuentro y que se mostraron molestos al respecto. Colom echó un capote de nuevo y aseguró que esto estaba cerrado desde antes de Semana Santa, lo que acentúa la sensación de que se ha ajustado su anuncio para que coincida con las próximas elecciones autonómicas.

Antonio Resines también valoró esta mañana esta reforma, calificándola de una “magnífica” decisión y asegurando que el Gobierno les tendrá a su lado “mientras sigamos así, el sector apoyará todo lo que se haga en esta línea”. "Hace sólo un mes que vimos que había un movimiento favorable a tener en cuenta la petición de cambiar el sistema de ayudas; nos preguntaron, faltaban algunos detalles técnicos, pero teníamos claro que iba a salir adelante el cambio en el sistema de ayudas y lo más importante, se iban a pagar las prorratas que no se habían pagado este año", ha dicho sin dejar de mencionar que “sigue habiendo problemas” pero "siempre ha habido buena sintonía en esta última etapa del Partido Popular".

Próxima parada: la bajada del IVA, quién sabe si una semana antes de las generales les da por bajarlo.

¿Tiene sentido que una película como Ocho apellidos vascos, que ha recaudado más de 50 millones de euros en taquilla, reciba una ayuda a la amortización premiando su éxito? Hasta ahora la Ley del cine decía que sí, que todas las obras que superaran un mínimo de espectadores tenían derecho a un dinero del estado, pero esto se ha acabado. La reforma aprobada hoy por el Consejo de Ministros ha cambiado el sistema de ayudas, que ahora se entregarán a priori, en vez de una vez explotadas en taquilla. Esto acaba con la inseguridad de los productores a la hora de financiar un proyecto y con prácticas fraudulentas como la compra de entradas para alcanzar el mínimo de entradas vendidas. Todos contentos. Bueno todos no, porque todas aquellas películas que tengan mucho éxito y sean altamente rentables tendrán que devolver las ayudas del estado.

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