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Los seis amigos que cambiaron la historia de la televisión
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20 aniversario del comienzo de 'friends'

Los seis amigos que cambiaron la historia de la televisión

Se cumplen veinte años del comienzo de la serie Friends. Uno de los programas más influyentes de la historia de la televisión y definitorio de una generación

Foto: Imagen promocional de los protagonistas de 'Friends'
Imagen promocional de los protagonistas de 'Friends'

Hace veinte años (el 22 de septiembre de 1994) se abrieron por primera vez las puertas del Central Perk. Una veinteañera vestida de novia irrumpía en la cafetería y se presentaba al espectador. Su nombre: Rachel Green, una pija neoyorquina que conocería ese mismo día a cinco amigos, que se convertirían en su familia y en la de toda una generación: Ross, Joey, Chandler, Mónica y Phoebe.

Durante diez años las andanzas de estos jóvenes se convirtieron en el programa más influyente para los millones de personas enganchadas a Friends. Desde ese 22 de septiembre todo el mundo quiso tener una novia como Rachel, un piso como el de Mónica, y un sofá en el que tomar café como el que cada capítulo hacía acto de presencia.

La importancia de Friends en los jóvenes de los noventa hizo que el peinado de Jennifer Anniston fuera motivo de pelea en las peluquerías, que todo el mundo supiera el significado de Unagi o que para mostrar a alguien que te tiene harto chocaras los puños como si te fuera la vida en ello.

La serie creada por Marta Kauffman y David Crane superó todas las expectativas de la cadena y se convirtió en un fenómeno de masas que traspasó fronteras. Pero no sólo el público se rindió a los pies de esta comedia de situación, sino que la crítica la tuvo siempre entre los shows favoritos de cada temporada, como recuerda María del Mar Grandío, autora del libro Audiencia, fenómeno fan y ficción televisiva. El caso de Friends (Libros en red).

“Friends es la sitcom clásica por excelencia. Sus 10 temporadas en antena y sus numerosos galardones la encumbraron como una de las grandes comedias de todos los tiempos. Digamos que consiguió llevar a la excelencia los parámetros que durante 50 años se habían utilizado en este formato televisivo, tanto en su estructura como en las técnicas de humor utilizadas para la creación de gags”, cuenta la autora a El Confidencial.

Una excelencia que, gracias a su “perfecta combinación de cuatro ejes básicos: los personajes, las situaciones, el humor verbal y el humor visual” consiguió decenas de premios, entre ellos el Grammy a la mejor serie de comedia en su octava temporada, una temporada que, como recuerda Grandío, se emitió justo después del atentado contra las Torres Gemelas: “Dos semanas después del 11 de septiembre de 2001, 32 millones de estadounidenses vieron el comienzo de la octava temporada de Friends, una de las temporadas más vistas de la serie y por la cual ganaron el Emmy a la mejor comedia televisiva en 2002. Algo que demuestra cómo, precisamente por ser un momento de conmoción nacional, la audiencia norteamericana se refugió en la familiaridad, las risas y la compañía de sus amigos de Nueva York”.

La importancia de Friends trascendió a las propias comedias de situación, las batallas de los actores exigiendo sueldos por episodio cada vez más altos se convirtieronen una tónica que se repetía cada par de temporadas, una maniobra que ahora se repite en otras series actuales como The Big Bang Theory, que ha estado a punto de retrasar su nueva tanda de episodios por las demandas de sus protagonistas.

En España, estos seis amigos llegaron de la mano de Canal +. Su director, Miguel Salvat, explica a este periódico cómo rápidamente se convirtió en uno de los buques insignia de la casa repitiendo el éxito que estaba teniendo al otro lado del charco gracias a que siendo una sitcom al uso también resultaba novedosa: “Ahora parece que es difícil recordar que Friends fue pionera en el tratamiento de algunos temas que nunca se habían visto en televisión, y desde luego, nunca en clave de comedia”.

Una serie que revitalizó la parrilla de la NBCque desde los ochenta con programas como El show de Bill Cosby no encontraba su sitio en la comedia.

¿Una serie generacional?

Durante mucho tiempo se ha dicho que Friends es una serie generacional, que define a aquellas personas que vivieron su juventud a la par que los personajes de la serie. Sin embargo, tras el final de la serie en 2004,Friends siguió emitiéndose en miles de reposiciones y ganando nuevos adeptos.

A día de hoy la tienda de la NBC en la plaza Rockefeller de Nueva York sigue dedicando una parte importante de su material a Ross, Rachel y compañía. Nuevas generaciones que se han sumado a la friendsmanía.

“Pienso que esta serie no es una serie generacional, sino general, que puede ser vista por cualquier tipo de audiencia. La clave es que consigue ser efectiva en lo que tiene que ser una sitcom: hacer reír a la gente. Da igual su condición, edad, sexo o nacionalidad”, opina María del Mar Grandío, una opinión que comparte con el director de Canal +. “No sé si se trata de identificación con los personajes por parte de una generación de jóvenes, o de mucho más. Desde luego, las cifras de audiencia que tuvo la serie parecen indicar que muchos espectadores no tan jóvenes también la seguían. Las generaciones que la vieron en su momento quieren seguir viéndola, y las generaciones más jóvenes la quieren descubrir. En este sentido, es una serie que está envejeciendo mucho mejor que la media”.

La pasión por la serie y sus protagonistas se mantiene, cada año los rumores de una posible reunión para una película que continúe sus aventuras se vuelven a avivar, por más que sus creadores hayan dejado claro que no contemplan esa posibilidad. De momento el que más se ha acercado a juntar a los protagonistas ha sido Jimmy Kimmel, el presentador americano que hace dos semanas juntó a todas las chicas en un gag que ha recordado por qué Friends cambió la comedia televisiva para siempre.

Hace veinte años (el 22 de septiembre de 1994) se abrieron por primera vez las puertas del Central Perk. Una veinteañera vestida de novia irrumpía en la cafetería y se presentaba al espectador. Su nombre: Rachel Green, una pija neoyorquina que conocería ese mismo día a cinco amigos, que se convertirían en su familia y en la de toda una generación: Ross, Joey, Chandler, Mónica y Phoebe.

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