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HBO, mucho nombre y pocos premios
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La cadena fue la gran derrotada de los emmy

HBO, mucho nombre y pocos premios

La cadena americana es sinónimo de calidad y excelencia pero sin embargo ha sido la gran derrotada en los últimos Emmy, y no es el primer año que ocurre

Foto: Woody Harrelson y Matthew McConaughey en 'True Detective'
Woody Harrelson y Matthew McConaughey en 'True Detective'

El televisor se enciende. Un fondo gris que simula interferencias aparece en pantalla. Sobre él tres siglas, HBO. Nada más leer esas tres letras el espectador siente una ilusión desbordante, está asistiendo a un evento televisivo. A algo de una calidad que podría ser emitido en cine. Da igual que todavía no hayan visto ni cinco minutos de la serie, es HBO, su fama la precede. Cualquier producto de la empresa viene envuelto en un halo de culto del que parece imposible desprenderse. HBO podría emitir Sharknado, al día siguiente una legión de fanáticos lo considerarían una obra maestra de la ciencia ficción y la crítica estaría rota en mil pedazos.

La frase del canal ya es toda una declaración de intenciones: “It’s not TV, It’s HBO (No es televisión, es HBO)”. Ellos mismos saben que no son una simple cadena, son el canal por cable de referencia en todo el mundo. De hecho si uno hiciera una encuesta rápida sobre dónde se emiten las mejores series en la actualidad un alto porcentaje contestaría que HBO.

Pero la resaca de los Emmy nos ha dejado con HBO como una de las perdedoras de la noche. Ni en drama, ni en comedia, ni en miniserie. Sólo con el premio de consolación de Mejor película para la televisión para The normal heart, que luego vio cómo su reparto de estrellas era superado por la versión de la BBC de Sherlock.

Tanto Breaking Bad, como Modern Family, como Fargo han superado un año más a la todopoderosa HBO. Es decir AMC, ABC y FX han sido mejores. Al menos para la Academia de Televisión americana. Y no sería por falta de opciones, en drama HBO competía con dos pesos pesados: True Detective y Juego de Tronos. En comedia coló otras dos candidatas: Veep y Silicon Valley, y en Miniserie tenía la temporada de despedida de Treme. Todas perdieron.

Los HBO-adictos alegarán mil cosas. Que era la despedida de Breaking Bad, que Modern Family es muy blanca y gusta a todos, que Fargo no es tan buena… excusas. La verdad es que este año no ha sido el de HBO. Pero tampoco lo fueron los anteriores. Si uno mira los últimos ganadores de los premios Emmy, tiene que remontarse a 2007 para encontrar un ganador del premio gordo que fuera del canal americano. En ese año se despidió a Los soprano con el Emmy a la mejor serie, un galardón que ya había conseguido tres años antes. La serie que suele ser nombrada como la mejor de la historia sólo obtuvo dos premios.

La Academia y HBO no son un matrimonio bien avenido. Han pasado por alto muchos productos de la cadena y le han concedido pocos premios. HBO tiene el nombre, la fama, y también la calidad, pero no conecta con los académicos. No es porque estos premien series livianas, ya que durante cuatro años han estado dando sus galardones a Mad Men, una serie no apta para impacientes.

En la categoría de comedia la cosa es aún peor. Desde 2001 no reciben un galardón en dicha categoría. Lo hizo Sexo en Nueva York (una de las series más importantes en la historia de la cadena) y deja de contar. Desde que se creó en 1972 HBO sólo ha logrado un premio para sus series cómicas (donde ha tenido shows como El séquito o, actualmente, Girls) y otros dos para sus series dramáticas.

Muy poco reconocimiento para las tres siglas que se venden como lo más selecto de la televisión mundial. Este divorcio con los premios no quiere decir que sus series sean malas, sino que siempre hay una que sabe mover mejor los hilos para lograr el premio más prestigioso al que puede aspirar un producto en la televisión actual.

Estos datos demuestran dos cosas: 1) HBO no tiene un dominio tan aplastante en la televisión y 2) El resto de canales están aprendiendo la lección. Tanto las cadenas en abierto como (y sobre todo) las de cable han malacostumbrado al espectador a un producto de calidad, serio, adulto. Canales como AMC, Showtime o FX están ahora mismo ofreciendo productos que ponen los dientes largos a los productores de HBO. Una guerra entre televisiones que solo tiene un ganador: los espectadores.

Para Juan Zavala, director de comunicación de TNT esta situación demuestra que hay mucha gente haciendo muy buenos productos, pero no considera que esto sea el fin de HBO: “No creo que haya perdido su papel dominante, el sello HBO tiene mucha fortaleza y sigue dando muy buenos resultados. Por ejemplo, Juego de Tronos es un producto HBO y es la serie que ha tenido más impacto social en años”. Para él el contexto actual es de “trono compartido”. Eso sí, estos nuevos canales han surgido gracias a HBO, ya que es su sello lo que han heredado.

A HBO parecen importarle poco los Emmy. El prestigio lo tienen ganado, la gente les reconoce y son capaces de crear verdaderos fenómenos de masas como Juego de Tronos. Solo ellos se pueden permitir gastarse una millonada por cada episodio para trasladar el universo de George R.R Martin a la gran pantalla.

Si hay un campo donde se puede decir que HBO ha salido ganadora durante todos estos años es en el marketing. Han sabido crear una imagen de marca, un nombre. Todo el mundo conoce su logo, sus productos. Da lo mismo que la gente ame Breaking Bad, si uno tiene que decir tres siglas dirá HBO y no AMC.

Una imagen de marca que como subraya Juan Zavala no sería nada si no hubiera un buen producto detrás: “El mejor marketing es el contenido. Si al cabo de los años el marketing no responde a una realidad pierde el impacto”.

El televisor se enciende. Un fondo gris que simula interferencias aparece en pantalla. Sobre él tres siglas, HBO. Nada más leer esas tres letras el espectador siente una ilusión desbordante, está asistiendo a un evento televisivo. A algo de una calidad que podría ser emitido en cine. Da igual que todavía no hayan visto ni cinco minutos de la serie, es HBO, su fama la precede. Cualquier producto de la empresa viene envuelto en un halo de culto del que parece imposible desprenderse. HBO podría emitir Sharknado, al día siguiente una legión de fanáticos lo considerarían una obra maestra de la ciencia ficción y la crítica estaría rota en mil pedazos.

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