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Cómo ser Indiana Jones durante dos semanas (con comida y alojamiento pagados)
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Cómo ser Indiana Jones durante dos semanas (con comida y alojamiento pagados)

Excavar en una necrópolis medieval, darle a la paleta en una muralla de hace 2.300 años… Por toda España hay campamentos que buscan voluntarios para trabajos de arqueología

Foto: Un grupo de voluntarios realiza excavaciones arqueológicas en el Castro de San Lourenzo. (Cedida)
Un grupo de voluntarios realiza excavaciones arqueológicas en el Castro de San Lourenzo. (Cedida)

¿Le apetecería transformarse durante unos días en Indiana Jones y ayudar a excavar una muralla de 2.300 años de antigüedad? ¿O preferiría tal vez concentrarse en sacar a la luz las tumbas de una necrópolis medieval?

Se buscan voluntarios de entre 18 y 30 años que, a cambio de alojamiento, manutención y actividades culturales varias estén dispuestos a remangarse y a colaborar durante el mes de agosto en las excavaciones del yacimiento arqueológico de El Castro de San Lourenzo, un impresionante poblado fortificado situado junto a la aldea de Cereixa (Lugo). Fue construido en el siglo III a. C. y sus habitantes se dedicaban fundamentalmente a la metalurgia del hierro. Pero, poco antes de la llegada de los romanos a la zona, el castro fue abandonado, y así permaneció durante alrededor de un millar de años. Hasta que, en la Edad Media, a finales del siglo X y principios del XI, se construyó en él un cementerio con al menos 86 tumbas y una capilla, que con el paso del tiempo también terminaron siendo abandonadas.

“Es un asentamiento muy interesante porque tiene una parte castreña y otra medieval”, nos cuenta el arqueólogo Xurxo Ayán, al frente de las excavaciones que desde hace años se llevan a cabo en ese yacimiento. “Te aseguro que excavar tumbas de un cementerio medieval es una experiencia única”.

Un total de 15 personas tendrán este verano la oportunidad de experimentarlo. La Xunta de Galicia, a través de su Consejería de Política Social y Juventud, ofrece la posibilidad de colaborar del 1 al 12 de agosto en las tareas arqueológicas que se llevan a cabo en ese yacimiento. Los participantes dedicarán tres o cuatro horas por las mañanas a excavar, lavar y tratar en el laboratorio los objetos desenterrados, guiados siempre por especialistas, y por las tardes harán actividades complementarias para empaparse de la cultura tradicional gallega: excursiones para conocer el rico patrimonio de la Ribera Sacra y de otras zonas, talleres, visitas a otros yacimientos arqueológicos… “Algún año incluso hemos asistido a la exhumación de víctimas del franquismo”, subraya Ayán.

placeholder Participantes en una de las pasadas ediciones del campamento de arqueología de El Castro de San Lourenzo. (Cedida)
Participantes en una de las pasadas ediciones del campamento de arqueología de El Castro de San Lourenzo. (Cedida)

Las plazas se adjudicarán por riguroso orden de solicitud. Los que consigan hacerse un hueco en el campamento tendrán que abonar una cuota de gestión de 110 euros, pero, a cambio, podrán dormir en las literas del albergue municipal, usar las duchas comunes del mismo centro y tendrán manutención y un seguro.

Y el de El Castro de San Lourenzo es solo de uno de los muchos de campamentos de voluntarios de arqueología que tendrán lugar este verano a lo largo y ancho de toda España…

“Son unas vacaciones baratas, porque por 110 euros está todo incluido, pero, sobre todo, resultan muy estimulantes. Suponen una oportunidad magnífica de conocer cómo es el trabajo de un arqueólogo y, eventualmente, pueden despertar en alguno de los participantes la vocación de estudiar Arqueología o Historia”, asegura Alfredo Pérez Ruibal, investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC y reconocido internacionalmente como uno de los mayores expertos en arqueología contemporánea. “Yo mismo fui a uno de esos campamentos con 16 años, colaboré en la excavación del castillo medieval de Guardo, en el norte de Palencia. Y fue ahí donde entendí que quería estudiar Arqueología”, añade.

También Xurxo Ayán tomó parte siendo adolescente en un par de campamentos arqueológicos. “Estuve en uno en la localidad de Entrimo, muy próxima a Portugal, recuperando restos de un monasterio. Fue una gran experiencia”, afirma. Esto afianzó su decisión de ser arqueólogo, que comenzó a gestarse cuando, siendo niño, su padre le llevaba a la zona de El Castro de San Lourenzo, cuyas excavaciones hoy dirige. “He cumplido el sueño de cualquier arqueólogo: excavar en el yacimiento de mi pueblo”, sentencia.

placeholder Voluntarias en el yacimiento arqueológico de El Castro de San Lourenzo. (Cedida)
Voluntarias en el yacimiento arqueológico de El Castro de San Lourenzo. (Cedida)

Ya son seis las ediciones que tiene a sus espaldas el campamento arqueológico de El Castro de San Lourenzo, la de este verano será la séptima. Por ahí han pasado jóvenes gallegos, de otras zonas de España y varios extranjeros. “Hemos tenido voluntarios de Chequia, de Taiwán, de Rusia… En un pueblo que tiene unos 100 habitantes, imagínate lo que el campamento supone para la localidad”, destaca Ayán. Y este año también habrá extranjeros excavando en El Castro de San Lourenzo: de las 15 plazas que ofrece, cinco se reservan para gallegos, cinco para españoles de otras comunidades y cinco para voluntarios internacionales.

El día 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, los asistentes al campamento que dirige Xurxo Ayán vivirán su día grande. La fiesta en honor del santo se celebrará en el recinto de la propia excavación arqueológica y con la asistencia de todo el pueblo. Todos juntos, en comitiva, irán desde Cereixa hasta el castro, y por el camino harán algunas paradas para cantarle a algunos vecinos ilustres de la localidad, como, por ejemplo, al señor Regueiro, que con sus 92 años es el vecino más anciano de la localidad. Y, quién sabe, cuando concluya el campamento, igual habrá nacido en alguno de sus 15 participantes la vocación de convertirse en arqueólogo.

¿Le apetecería transformarse durante unos días en Indiana Jones y ayudar a excavar una muralla de 2.300 años de antigüedad? ¿O preferiría tal vez concentrarse en sacar a la luz las tumbas de una necrópolis medieval?

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